Pagamos con susto, dolor y gozo los precios imposibles que puso el macrismo, y queremos seguir pagándolos, porque nos sentimos en un bar que te rompen el orto, y vos razonás que con con una cerveza a 500 pesos el chopp, a este bar no vienen los pobres y así podés estar con la gente que querés.
Ligeras anotaciones que hace Gustavo Ng de asuntos que piensa o encuentra escritos en libros mientras va en colectivo y luego comenta con tal o cual persona.
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lunes, 17 de febrero de 2020
sábado, 15 de febrero de 2020
Li Ting y Hai Tang
Li Ting es una de las enfermeras de la sala de emergencias del
hospital de Wuhan que fue el foco del brote del nuevo coronavirus.
Trabajando en la primera línea contra la enfermedad, el virus la
infectó.
Su esposo, Hai Tang, es uno de los camarógrafos de la división de
Wuhan de la productora audiovisual ErgengTV.
Decidió grabar los días que él y su esposa se debatieron con el
virus, como modo de alentar a todos los pacientes a pelear contra la enfermedad
con determinación y amor.
Luego de enviar a su pequeño hijo a casa de unos parientes, los
primeros días de la enfermedad Hai Tang cuidó a Li Ting en su casa. Con el
avance de la enfermedad, fue necesario internarla.
Hasta ahora la productora ErgengTV publicó en las redes sociales 14
capítulos. El último se publicó ayer.
Es el previo al alta de Li Ting.
ErgengTV anunció que “Hai Tang colgará su cámara por un tiempo,
hasta que su esposa se recupere.”
miércoles, 5 de febrero de 2020
Una oportunidad de elegir la dignidad
Mi apellido es Ng y proviene de China.
Una mitad mía es china, la otra mitad se reparte en vasca, gallega
e italiana y todo entero soy argentino.
Muchas veces me preguntan si soy víctima del racismo contra los
chinos.
La verdad es que pocas veces me discriminaron por chino. Mucho más
me han discriminado por pobre y por “negro”.
Esta tarde compruebo que ha aparecido el racismo contra los chinos
en los medios de comunicación de Argentina.
Igual que se ha ejercido el racismo contra los bolivianos, los
chilenos, los paraguayos, los africanos y otros.
Siento pena, bronca y una tristeza muy grande.
El racismo ha sido en muchas sociedades instrumento del odio con que
la Humanidad se condena del modo más brutal.
Judíos y gitanos masacrados en la Segunda Guerra Mundial.
Onas cazados y asesinados en la Patagonia.
El racismo es algo violento e inmundo, que hace de nuestra sociedad
una sociedad indigna y a las personas que lo ejercen, seres de una bajeza
nauseabunda.
Hay racismo en los franceses, en los alemanes, en los norteamericanos,
en los chinos, en los argentinos.
Hay una dosis de racismo en todas las personas que forman una
sociedad habitada por el racismo.
Algunas son capaces de cuestionarlo, rechazarlo, criticarlo en sí.
Antes que racistas hay racismo.
Un racista es un miserable que ejerce con consciencia el racismo.
Si un chico ve a su padre ejerciendo el racismo, ese chico está
siendo condenado por su padre.
El racismo es utilizar la diferencia para dañar a otros.
Y así como hay racismo, también hay solidaridad y amor.
Argentina también está habitada por la solidaridad. Somos una
sociedad de personas que descienden de gente que ya estaba en este territorio y
de gente llegada de todas partes. Incluso los que estaban primero y fueron
atacados ferozmente supieron recibir con amabilidad a los recién llegados.
Nos emociona esa parte del Preámbulo de la Constitución que dice “para
todos los hombres de buena voluntad que quieran habitar el suelo argentino”.
Tengo una bronca inexpresable contra los hijos de puta que hoy han
generado y regenerado el dato de que alguien puede estar infectado por el nuevo
virus porque estuvo en contacto con chinos.
Sabemos la mala fe, la repulsiva mala fe, el racismo que hay dentro
de ese dato.
Sólo esperamos que el resto de los argentinos elija la solidaridad
que tiene adentro, la sensatez, lo que tiene de buena persona, que elija su
corazón e ignore este gesto tan indigno.