El Gobierno de la Ciudad invirtió en un centro de exposiciones en una parte privilegiada de la ciudad, en la zona del Museo de Bellas Artes, la Facultad de Derecho y la distinguida Recoleta, foco del turismo aspiracional interno.
Sobre el techo del centro de exposiciones se hizo un parque en la altura, que termina en un largo balcón que da a un paisaje particular: las vías del tren, que son la frontera de la zona. Más allá de las vías está la villa miseria de Retiro, donde viven miles de indigentes en condiciones deplorables.
Así las cosas, apoyado sobre las barandas en que termina el hermoso parque, un turista puede asistir al espectáculo de la pobreza y la injusticia social.
Para sorpresa de algunos, en un momento el Gobierno de la Ciudad comenzó a construir un puente desde la villa miseria hacia la zona oligárquica. Pero la obra no duró mucho: a poco avanzar, el puente fue interrumpido, y sólo sirvió para que los habitantes de la villa de Retiro cruzaran una de las muchas vías. O sea, terminó siendo un puente interno de la zona indigente. Para llegar al barrio distinguido (para visitar el formidable Museo de Bellas Artes, o si quieren estudiar derecho), los villeros deben dar una vuelta enorme.
Si los vecinos de la Recoleta y los visitantes que la recorren vieran llegar a los pobres por un puente, se horrorizarían y rápidamente montarían en cólera.
Su idea de país es de pocos ricos, gente que vive con la ilusión de pertenecer a la clase de los ricos y una masa indeterminada, tal vez infinita, de pobres que alimentan con sus vidas y las de sus hijos, la riqueza de los ricos. Los pobres son mantenidos lejos, del otro lado. Sólo son visibles cuando no hay riesgo de que invadan.
Es un modelo de país. Unos arrojan toneladas de comida a la basura, para lo cual casi todos los demás son vampirizados sobreviven y mueren espantosamente.
Opuesto a un modelo en que todas las personas vivan dignamente, en un sistema que soluciona sus problemas: qué comer, poder pensar, tener dónde vivir, tener salud, poder imaginar y crear, tener una vida comunitaria, disfrutar de la belleza, criar bien a los hijos.
Este domingo se votan modelos.
Quizás no alcance con votar, con elegir entre candidatos para decidir un modelo de país. Sin embargo, en nuestro sistema político, votar es una instancia que tiene mucho peso.