Páginas

martes, 7 de septiembre de 2010

Decoración

No veo por qué un hombre haya de concentrarse en lo que no sea su misión. Todo lo demás —amistades, deudas, sentimientos, moral, salud, estética, compromisos— puede bien dejárselo a los decoradores de la realidad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario