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sábado, 9 de abril de 2011

1954: San Nicolás ve chinos reales por primera vez


El portal CULTURASIA está publicado esta entrevista en la que conté recuerdos heredados de aquel interesante evento.
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-- ¿Y dentro de su propio círculo, estaban organizados políticamente? ¿Había un grupo comunista y otro no tanto?
-- No que yo sepa. Yo nací en el 62, cuando la mayoría se habían ido. Finalmente se quedaron unos 12 o 15 y yo soy fruto de la radicación de uno de ellos. La comunidad hablaba chino y yo no, por lo que no pude participar mucho de esa vida. Lo que más recuerdo son las fotos familiares, de los chinos en el casamiento de mi madre argentina, luego siendo yo chico me recuerdo jugando entre ellos. No sería serio que te hable de sus convicciones políticas. Esta fabrica la pusieron en San Nicolás, a 130 kilómetros de Buenos Aires. Eran todos hombres. Tres se casaron con argentinas, uno no dejó descendencia, otro tuvo una hija y mi padre nos tuvo a mi hermana y a mí. A los pocos que se quedaron los he visto morir en los últimos años. Trabajaban en restaurantes chinos como camareros. Como técnico textil quedó uno solo en San Nicolás que después se hizo taxista.


La entrevista completa en:

http://culturasia.es/index.php/blog/112-entrevista/228-historias-de-inmigracion.html


1 comentario:

  1. Gracias, Chino, por compartir esto. Qué cosa con la palabra. Siempre emerge como testimonio, como huella de una pérdida, de una caída, al mismo tiempo irremediable y redimible. La chilena Elizabeth Colingwood-Selby dice: “Como huella, como vestigio, como ruina, el nombre es sitio y tiempo de una catástrofe, pero por lo mismo, a su vez, promesa de redención, anuncio de un pasado que ha de rescatarse, que ha de manifestarse en la rememoración, en la evocación, en el reconocimiento de la pérdida”. La caída de la lengua es la caída del ser en la diferencia, su fisura; lo uno no puede pensarse sin lo otro pues el vínculo entre el ser y la lengua es indisoluble; la distancia que los separa y liga a la vez, sólo puede pensarse desde la caída, como caída. Será. En esa lengua que está y no, te buscás, compañero. Zeta

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