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lunes, 16 de mayo de 2011

Todo tipo

Se comía todo lo que podía. Como decían: la Gorda no deja títere con cabeza. Cada vez que aparecía  uno, lo embestía con determinación de bombero. No jugaba. Un día contó que soñó que era el tiburón de la película Tiburón, en la escena en que lo colgaban de la cola. Pero a ella la colgaban de las manos y le salían del vientre todo tipo de hombres: el técnico nuevo que entró a Sistemas, el señor que viene a vender publicidad para su revista de seguridad industrial, el gordo del depósito, el cliente de Santa Fe que se presenta personalmente cuando viene a Buenos Aires.


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