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jueves, 29 de marzo de 2012

Sobre el pozo


Piripipí se descubre un agujero, y entonces trata de taparlo.
Le echa cosas adentro. Cosas, cosas, cosas. El agujero nunca se llena, Piripipí se frustra, se frustra.
Persona creativa, Pripipí tiene la ocurrencia de fabricar algo arriba del pozo.
El pozo sigue pozo, agujero, vacío, enigma, horror. Poderoso e irresistible influjo.
Encima de él Piripipí construye un puente.
Sobre el puente una casa.
Sobre la casa un campo.
En el campo un cultivo, una selva, un desierto, una ciudad.
En la ciudad hace un planeta y en el cielo del planeta crea monstruos, dioses, el cosmos, la razón, el amor.
Hijos.
El pasado.
Sobre la no superficie del pozo Piripipí construye a Piripipí.
Y en ese entretenimiento labra su vida.



Titi

Hay determinadas cosas por las que amo estar en Argentina y sufro porque moriré y ya no estaré.
Por ejemplo, los tweets de una chica que se llama Trinidad Romero, Titi, que se presenta como redactora publicitaria y periodista:
  • El que mucho abarca, poco a dieta.
  • Sos el amor de mi vida, en este momento de mi vida.
  • Es más fácil creerse las cosas malas.
  • Las mujeres no estamos solas porque queremos. Estamos solas porque ELLOS quieren.
  • A 10 de cada 10 mujeres les pasa algo cuando responden "nada".
  • Es increíble como todos los empleados de McDonald's tienen cara de personaje que se muere primero en las películas de terror.
  • Estás respirando. Qué dijimos de provocarme.
  • Pensar que los que atienden en Mc Donalds, así como los ves, fueron el espermatozoide más rápido.
  • Ver fotos de una pareja que ya cortó es como ver fotos de gente que tuvo un accidente.
  • La gente que cae bien es la que no tiene problemas en caer mal.
  • No estoy diciendo que sos estúpida, sólo digo que tenés mala suerte cuando estás pensando.
  • Cuando estoy sentada en el colectivo cierro los ojos. No soporto ver a la gente mayor parada.
  • Las parejas cortan porque uno de los dos no ama más. En todos los casos.
  • Nada me gusta más q tu sonrisa.Y tu auto. Tu sonrisa y tu auto. Y la plata de tu papá. Tu sonrisa, tu auto y la plata de tu papá. Y tu papá.
  • Sos lo que hacés cuando se cae internet.


Titi

@TrinidadRomero

Redactora publicitaria. Periodista. 

miércoles, 28 de marzo de 2012

Intercambio cultural

Iniciamos en Buenos Aires el intercambio cultural entre Argentina y China, pero parece que Mankell se anticipó con la relación entre China y Suecia.
Todo bien, Mankell, pero si con tu apellido tenés el tupé de llamarte EL CHINO, yo no voy a ser menos.


Optimistas de Ding Zhao

La flemática gente de Xi Jinlao se caracteriza porque un asunto puede ser grave o no para un ellos, pero nunca es desesperante.

En cambio, para sus vecinos de Ding Zhao un asunto puede ser grave o no, pero siempre es desesperante.

Algunos, incluso, tienen un optimismo desesperado.

lunes, 26 de marzo de 2012

Bicisenda

Adoro la bicicleta, pero la onda de ahora la verdad me pone violencia rivas. Iba a escribir sobre el tema hasta que Gisela se me adelantó con este celebrado texto:


No me interesan los animales en general, quiero decir, no me saca el sueño saber que un perro està perdido o que nacieron siete gatitos y ya estàn abandonados.Adoro mirarlos cuando son pequeños pero cuando pasan todos juntos en correa con su persona perro cuidador y me babean o me pisan quiero castigarlos fervorosamente.
No me sale tampoco el respeto por la gentequeusabicicleta y no advierte que hay otra manga de tarados que usamos los piés, llevan ellos el carnet de soy libre soy ecologista soy mejor porque no consumo nafta, voy por la bisicenda toco el aire a vos no te toco.Adoro andar en bici, mi viejo me enseñó a los golpes y me emociona ver llegar a cierta gente a sus trabajos sobre ella.
No me sale fàcil en general el "cuidado del medio ambiente", tiro la basura en los cestos pero no me acuerdo què le hace bien y què le hace mal a NUESTRO PLANETA.Aveces me baño y tardo mucho aveces llamo a los dos ascensores cuando estoy apurada sabiendo que es un gasto de energía superficial.
Como animal. 
Me gustan los asados los pescados, no siento que peco cuando hinco el diente en un hueso de vaca, tan sabroso y tan vaca muerta.
Adoro mirar a las vacas cuando voy por la ruta.
No me cuido el cuerpo como debiera, mucho menos el alma.Fumo drogas.Tomo helado.
Adoro observar los cuerpos bellos de hombres y mujeres.
Aveces si estoy en un parque hermoso y veo un àrbol hermoso le arranco un pedazo de madera para sentirla en mi mano.Adoro a los àrboles, mi hija de chica corría a abrazarlos y decía amigooo, también adoro el olor de las hojas Rivadavia.
No intento armar un catàlogo del mal vivir.Sé que vivo mal y trato en general de que pocos se enteren.
Pero siento un gran alivio diciendo mis miserias.
Estoy casi sola en ésto y la soledad es también mi tesoro.



domingo, 25 de marzo de 2012

Recomendaciones a Irina para leer Edipo Rey

Me reporta mi hija que la profesora de Lengua les anunció que este año se concentrarán en los mitos griegos. Que esta semana leerán Edipo Rey. Le prologo el trabajo con este texto

Es el cumpleaños de su tío, el juez. Al sobrino le gusta ir a su casa, por el salón de juegos y porque le gusta estar con su prima. Recuerda que el tío es aficionado a “los libros”, y camino a la reunión pasa por una librería y elige un libro al azar, cualquiera, sin saber por qué ese en particular; ni siquiera lo atrajo más que los otros libros por algún detalle, menos conocía al autor, muchísimo menos conocía el libro.
“Sé que te gustan los libros”, le dice al tío al entrar, cuando le entrega el regalo, y el tío, complacido, festeja la ocurrencia felicitando a su sobrino, “sabés observar” y da una mirada al libro, sabiendo que será la última mirada que le dará, porque es un hombre que aprecia la literatura y su lectura sigue una estrategia que es exactamente lo contrario a la improvisación. En ese momento está leyendo cuatro libros a la vez y tenía en lista otros quince, todos seleccionados con el rigor de quien conocen y debe administrar su tiempo profesionalmente.
Da, entonces, una condescendiente mirada al libro que el chico le ha regalado, como modo de agradecerle el bonito gesto. No conoce el título, ni el autor, ni la editorial. Mira el libro con una sonrisa amable y estática, para que el chico vea que valora el regalo. Pero he aquí que pasando las páginas casi distraídamente, ha visto algo. Una frase le ha enganchado el ojo: “Es cierto, usted y su hija habitan las mismas aguas, pero allí donde usted nada, ella se ahoga”.
Lee la frase y queda suspendido. Ahora la situación es: el chico ya está en otra cosa (está en la sala de juegos, jugando a los dardos con su prima) y él, que debía haber pasado rápidamente a charlar con los invitados, se ha quedado mirando su regalo. Ya dejó afuera al sobrino, al mundo entero, de la relación que entabla con el libro. Porque habrá resultado que el libro es una clave que le da acceso a una realidad formidable, con tanto significado que su vida de golpe se hará más intensa, una aventura. Vivirá más, será otro y a la vez más él mismo.
Aquel libro, en fin, habrá tenido un efecto revolucionario.

Detengámonos unos minutos en el azar. Volvamos al instante en que el chico tiene el impulso de comprar un libro para su tío, y sobre todo en la elección del libro. Dijimos que lo eligió al azar. Esta pequeña historia es útil para definir qué es el azar. Un trillón de piedritas son inertes pero una contiene la vida. El tema es que el chico eligió esa. Y ese fútil, infinitamente exiguo instante en que alargó su mano y tomó ese libro, ese y no cualquier otro, habría de tener un poder tremendo, en la vida de su tío, en la de su tía, de sus amigos, sus alumnos, sus asistentes, las personas cuyas vidas serían fuertemente afectadas por las decisiones que él tomaría. La elección del libro acabaría teniendo consecuencias en la vida del chico, en la vida de la prima del chico.
Analizada la trama de la historia todo tiene lógica, salvo aquel momento. El azar no puede explicar la realidad. Sólo es admisible que alguien, alguno de aquellos ociosos dioses y diosas que se pasean con sus túnicas por el Olimpo, haya intervenido secretamente en el momento en que el sobrino alargó la mano hasta el libro.

Pero entonces comienza una tarea que puede resultar apasionante. Habrá que entender qué criterios, qué éticas, qué locuras, qué valores, qué inclinaciones y qué costumbres y formas de vivir tienen aquellos ociosos, porque de ello depende que hayan hecho que el chico eligiera aquel libro.
Es así como esos dioses tienen el poder de urdir nuestras vidas. 




sábado, 24 de marzo de 2012

Rostro asado


Mi hija se puso de novia con un otakumetalero que vive en uno de los lugares más abandonados al olvido de Dios del Gran Buenos Aires. Una tierra que se parece a los barrios del norte de Rio de Janeiro —se asocia Rio con la mágica floresta deliciosa cubriendo gentiles cerros que van entrando en el mar tibio; aquel lugar está en el sertão, un paisaje yerto donde las lagartijas caen deshidratadas por el calor despiadado y donde los árboles están cubiertos de polvo seco como el yeso. Justamente en uno de esos barrios, en Duque de Caxias, vivía mi novia negra, negra violácea, diosa del corazón de las tinieblas, y yo iba a amarla en su casa y ella me llevaba a algún terreiro, los fondos de las casas donde se hacían los ritos umbanda. En tanto, yo también era el novio de Nati, que conmigo se daba una biaba de exotismo: había saltado fuera de su pasarela de niña rica, y entre hijo de banqueros e investigador próspero del Canadá, tuvo unos meses de locura conmigo, un tipo medio chino, medio negro cabeza, medio bohemio, medio aventurero y otros medios.

*          *          *

Años después encaré la misma historia desde otro lugar. Con Laura nos hicimos cómplices en el rostro asado: le conté que aunque el talón de Aquiles de mi fisiología son mis vergonzosos intestinos, una y otra vez me zambullo en las comidas más extremas que encuentro, y así fui feliz en Bolivia, en los lugarcitos para comer en las ferias, abarrotados de familias sobre cajoncitos de frutas y más aún, en un velorio en una casa perdida entre los pliegues del Altiplano. Una comunidad entera se movía de acá para allá, con lentos movimientos y tan en silencio que sólo se oía el viento que daba contra las piedras desparramadas por el suelo. En medio de la nada un hombre con campera de jean y gorro de beisbolista asaba carne sobre una parrilla desvencijada. Me acerqué; sobre la parrilla había tiras de corazón, tripas, algunos cortes de carne indistinguibles y tres cabezas de un animal despellejadas. Inquirí sobre aquellas cabezas. El asador habló tan bajo que no escuché. Más tarde llevaron las cabezas a una mesa y la gente se acercaba y cortaba algún pedazo sobre su plato y se iba a comerlo por ahí. Eran cabezas de llamas. Yo también me serví un pedazo —de la quijada, y estaba muy rico, aunque daba algo de impresión masticarlo y más tragarlo. De regreso en Puno alguien me explicó que el almuerzo al que yo había ido se hace tradicionalmente al octavo día del entierro de un muerto y se asan las cabezas porque asándolas se les explotan los ojos, que es lo que sucede el mismo día con los ojos de los muertos en el seno de la tierra.
Nos sentimos pares con Laura en el gusto que nos causaba la bestialidad silenciosa de aquel asunto, la frontalidad del nombre de la comida, rostro asado, su musicalidad, su imagen y la maciza carga de símbolos de que estaba preñado. Ella hubiera querido venir conmigo a aquel almuerzo, y luego hubiéramos regresado juntos al mundo familiar, a nuestra casa, a la vida normal de todos los días.
El rostro asado, en fin, requiere la excepcionalidad. No puede uno vivir de rostros asados.

*          *          *

A lo largo de mi vida seguí ensayando maneras de abordar el rostro asado. La fórmula incluye dos términos: por un lado un mundo exótico y extremo, desconocido, impredecible; por otro, la realidad permanente, familiar, donde habita el cotidiano, la normalidad. Las relaciones posibles con estos términos son también dos: la pertenencia y la incursión. En las diferentes aplicaciones de la fórmula yo me planté en la normalidad (por ejemplo, con Laura) o fui lo exótico (por ejemplo, para Nati) y estuve con personas que estaban en mi mundo familiar o que pertenecían al mundo exótico (por ejemplo, Marlúcia, mi novia negra).
En otros ensayos estuve con alguien con quien éramos mutuamente exóticos, para crear un cotidiano como una isla flotando en el Universo, y desde allí incursionar el exotismo del otro.
Y con alguien para quien yo era una aventura extravagante, pero abandonó su mundo de normalidad en el que todo estaba previsto y se instaló en el mío, convirtiendo la extranjeridad, alienación, enajenación que me habita en su mundo familiar — y también el mío.

*          *          *

Posiblemente esta estructura sea la de la traducción. La posibilidad de traducir, asimilar, integrar al mundo familiar algo de otros mundos, exteriores o internos.
Ayer una amiga, hija de un chino y una argentina, nos convocó a Camilo y a mí para que la ayudáramos a darle forma a su idea de escribir un libro sobre cómo ella introdujo el psicoanálisis en China.
Cuando nos despedíamos Camilo le preguntó a quemarropa:
    ¿Cuántos viajes hiciste a China?
    Veintidós.
    En un solo concepto, ¿qué te dejó China?
    ¡Tantas cosas!
    Sí, pero si tuvieras que resumir en una, o elegir una sola cosa.
Ella pensó unos instantes. Los tres nos quedamos atrapados por su silencio. Al fin dijo:
    Encontré respuestas a las preguntas que había tenido toda mi vida. Siempre supe que era distinta, que me hacía diferente tener un padre chino. Identificaba en mí aquellos rasgos en que me parecía a mi papá, y cada uno de ellos era un enigma. Cuando estuve en China pude verlos en todo el mundo y se me hicieron comprensibles.






lunes, 19 de marzo de 2012

El viaje de aquella novia de la época de U2



Cuando esta canción de U2 estaba de moda, yo salía con una chica que andaba conmigo para darse un chapuzón en alguna aventura exótica.
Dos versos de la canción le vinieron fenómenos a lo que estábamos viviendo:


How far you gonna go
Before you lose your way back home

Llegó algo lejos, pero no tanto. No perdió su camino de regreso a casa.

***


Six o'clock in the morning
You're the last to hear the warning
You've been trying to throw your arms
Around the world
You've been falling off the sidewalk
Your lips move but you can't talk
Tryin' to throw your arms around the world

I'm gonna run to you, run to you, run to you
Be still
I'm gonna run to you, run to you, run to you
Woman I will

Sunrise like a nosebleed
Your head hurts and you can't breathe
You been tryin' to throw you arms around the world
How far you gonna go
Before you lose your way back home
You've been trying to throw your arms
Around the world

I'm gonna run to you, run to you, run to you
Woman be still
I'm gonna run to you, run to you, run to you
Woman I will

Yeah, I dreamed that I saw Dali
With a supermarket trolley
He was trying to throw his arms around a girl
He took an open top beetle
Through the eye of a needle
He was tryin' to throw his arms around the world

I'm gonna run to you, run to you, run to you
Woman be still
I'm gonna run to you, run to you, run to you
Oh, Woman I will

(And you just gotta, you just gotta make your faith...see...)

Nothin' much to say I guess
Just the same as all the rest
Been trying to throw your arms around the world
And a woman needs a man
Like a fish needs a bicycle
When you're tryin' to throw your arms around the world

Baja la voz

Gisela presenta a este muchacho, Juan Quintero:


Está esta joya de Pablo Dacal:


Sobre todo está Molina, que es capaz de conmover de esta manera:


Recuerdo algo que dijo Yupanqui: «No creo que el gritar ayude a nadie en materia de canto profundo. No se le puede cantar a la tierra… ningún hombre puede decirle a una mujer “te amo” a los alaridos. O baja la voz o nada es cierto.»


viernes, 16 de marzo de 2012

Eliminado

Un documental de turismo está conducido por un chinito norteamericano. Viajaron a China. El chinito casi no conoce nada, pero habla el idioma. Con eso cree tener suficiente para traducirle al televidente occidental qué está viviendo.
Nunca baja los brazos en su cometido de reducir a la realidad norteamericana lo que es diferente. Si algo que le dicen o le muestran no tiene palabras en inglés, no intenta reconstruirlo trabajando con los conceptos y las percepciones, sino que lo suprime y pone en su lugar algo suyo.
Estoy refiriéndome al chinito peyorativamente; es posible que él no pueda hacer otra cosa. El tema de Solaris es la tragedia de la traducción. Los hombres (¿rusos, norteamericanos, occidentales?) no saben qué hacer con lo incomprensible. Lo que no pueden asimilar los desespera, intentan disfrazarlo de algo familiar, y si finalmente fracasan, lo destruyen.




martes, 13 de marzo de 2012

Cai Guo-Qiang

Mariana Padilla, sinófila, artista, candidata a GRAN amiga, me ha presentado a Cai Guo-Qiang.

Cai Guo-Qiang: fujianés, como los 12.000 dueños de supermercados argentinos, discriminados en China por brutos, como a los gallegos en España y a los sureños en Italia; gallo nacido en 1957; residente en Estados Unidos desde 1995; multipremiado.

Las cosas que hace me abren el horizonte hasta ahora, sin límites.

Esta obra es de diciembre pasado en el Mathaf (Arab Museum od Modern Art). La obra tuvo como soporte el cielo del desierto. Cai no dio muchas explicaciones. Sus asistentes se ocuparon de anunciar que tiene por nombre Black Ceremony y que es una progresión de diez escenas que exploran temas relacionados con la muerte y el regreso a casa.

Aquí la página oficial de Cai.


lunes, 12 de marzo de 2012

Marzo

Nati Quinn era lo más en muchos sentidos, en todo sentido, de modo que cuando Pablo Makovsky me dijo que le gustaba Chico Buarque, mi amigo imaginario, me sentí alborozado. Yo no era digno de nada de Nati, y de repente estábamos unidos por alguien a quien yo admiraba y quería tanto, pero tanto.
Veinte años después canturreamos con Gisela unos temas de Chico, ella comparte una de las canciones en facebook y Nati Quinn relata que ella “escuchaba sus discos a los 9 años” y “me asombraba y me deslumbraba”. La canción es Bastidores, tremendo desgarro de amor, y Nati Quinn se pregunta si “será un mal escorpiano la melancolía”. Le contesto que “quizás los escorpianos nos regodeamos en la melancolía como si disfrutáramos su carga de muerte (lo que ya no volverá)”. Verónica Pogliano, aunque escorpiana también, suele enfurecerse cuando me ve disfrutar del costado oscuro de la realidad. Disfrutar de la muerte es algo que nos viene de los gallegos y en el caso de algunos es una canchereada. Una petulancia que se puede convertir en arte. Creo que algunas personas como E. Hemingway le sacaron el jugo a lo sombrío, lo irreparable, lo melancólico, lo penoso, lo desgarrador, haciendo vivir lo mórbido, en lugar de plantar la muerte en medio de la vida (en todo caso la vivificación artificial de todo me parece alienada y mucho más perniciosa).
Digo simplemente que sufrir también es vivir, si el sufrimiento es inevitable y se aprende a sufrir bien.
Un error en el intento de sufrir lo cometen una y otra vez los brasileños, acaso presionados por la obligación de la alegría. Tienen el concepto sentimental arraigado de la saudade pero no pueden cargarlo de tragedia. Ahí está Aguas de março, soberbia canción, perfecta, que sabe detenerse sin edulcoraciones ante la fatalidad, el dolor que causa el fin de una época. La familia ha pasado un verano en las sierras cubiertas de un bosque fresco, en la misma casa donde han pasado todas las vacaciones, desde que el hijo mayor era un bebé. Luego han llegado los otros, y siempre han ido allí, y han crecido conociendo la intimidad de aquel lugar en que han sido felices. Con valentía Jobim construye la canción bajo la forma de la enumeración de detalles que urden la intimidad de la familia, el tiempo perfecto de la familia, cuando ya están los chicos y aún no se empiezan a ir. Nombra una plantita que crece en la piedra, el final de un camino, un pajarito en la mano, una conversación a la orilla de un arroyo, la luz de la mañana, el auto que se encajó. Ha mirado a su hijo y ha observado que las aguas de marzo son “estar un poco solo”. Ha mirado para atrás y ha dicho “es el proyecto de la casa, es el cuerpo en la cama”.
Es una canción formidable para que uno pueda armarse con todo lo que necesita para decir adiós a algo. Bien habría hecho Tom Jobim y todos los brasileños que la cantaron en no dispersarle la tristeza sin vuelta que tiene. En cambio, la cantan agradablemente, sonriendo. Incluso Jobim. ¿Cómo puede no entender la canción, si él la creó? Yo lo contradigo, aunque no sea nadie, y cada vez que llega marzo necesito escucharla para tener la punzante sensación de que el verano que se termina no se repetirá jamás, para pulverizar toda ilusión imbécil y necia de que podemos quedarnos en el tiempo.

miércoles, 7 de marzo de 2012

El Gran Arquitecto II


Me inclino hacia Piglia en este tema y no hacia Lévi-Strauss, ¿por qué? Porque con Piglia comparto la ladinidad que hace uno rebusque en cualquier asunto el costado que quebrará lo sacro.  Lévi-Strauss explicó que su abstracción etnográfica se nutría de la geología y el psicoanálisis, cuyo basamento teórico es que la realidad patente está determinada por otra realidad, subyacente, reprimida. Así a él se le ocurrieron las estructuras elementales de la mente humana. Piglia, por su parte, se concentra en las teorías del complot. Es el mismo tema, sólo Piglia le agrega lo evasivo e incitante que tiene la malicia.
En la intención científica el inconciente, el sustrato geológico, las estructuras elementales, las categorías kantianas, la gramática generativa transformacional, son tratados como neutros. Piglia desvela su carga negativa dado que: 1) son fuente de problemas, 2) están fuera del dominio de la realidad en que decidimos.
Mi pregunta en la entrada anterior, derivada de lo distinguido por Piglia, es por qué no podrían ser asumidos como positivos, como la Pacha Mama o el Dios bueno de la Divina Providencia. Lali Singh, la niña que nació con dos caras en la aldea india de Sanai Sampūra recibía multitudes de personas que la sabían la reencarnación de la diosa Durga, le rezan como a tal y hoy empiezan a escuchar lo que ella tiene para decirles en la certeza de que le habla la Inaccesible Dios del Supemo Fulgor —y la nena dice cosas impresionantes, convertida en una verdadera pequeña diosa. Diferente suerte tuvo Lakshmi Tatma a quien corrieron a cortarle los dos brazos y las dos piernas que le sobraban, con lo que intentaron hacerla vivir una “vida normal”. En donde nacieron Lali y Lakshmi Tatma, era mucho más que normales, eran santas y aún si vivieran poco por la condición misteriosa de su cuerpo, ese poco sería magnífico y trascendente.
No estoy a favor de que un submundo que decide sobre este sea bueno, sólo quiero llamar la atención sobre la naturalización de su maldad inherente que hemos fabricado. Las religiones indias aceptan que todo lo que ocurre es efecto del orden-funcionamiento cósmico y atribuyen a esa armonía un carácter positivo. La observación los ha llevado a comprender que el Universo es infinitamente perfecto. Se me ocurre que los padres indios de la pequeña Lali son más felices teniendo en ella una diosa que si fueran belgas y estuvieran destrozados por la angustia de que la niña se sale del modelo.
En fin, quizás sea posible disfrutar un rato de las buenas obras de los pobladores del Olimpo, del Cielo, del Infierno y del Inconsciente, ese Gran Arquitecto Universal tan sospechado.



lunes, 5 de marzo de 2012

El Gran Arquitecto


Cuando vi Una mente brillante sentí que el cine norteamericano, que esconde la cobardía en el moralismo y el pragmatismo, no se había animado a plantear rotundamente que el paranoico John Nash tuviera razón. Dejaba la posibilidad como algo remoto, remotamente lógico, pero todo el final conducía al espectador a no comprender otra cosa que una sociedad que había logrado que Nash pudiera lidiar con su delirio.
Las teorías de la conspiración anclan su especificidad en que no puede comprobarse que no sean verdad. Que se descarte su veracidad vale poco; el tema es que no pueda eliminarse porque su mendacidad no sea probada.
Y vale una confirmación, en cualquier terreno, mínima, para que se enarbole indeleblemente una cantidad sin límites de teorías conspirativas que andan dando vueltas. Bastó la confirmación de que San Martín y Bolívar pertenecían a una Logia Lautaro que planeó en Europa la emancipación de América, para que la tramada red de hipótesis sobre el poder de las logias en el Nuevo Mundo fuera validada en bloque sin la mínima chance de apelación. Además, quedó el futuro como un terreno despojado de dudas; se le haría cuesta arriba a quien pusiera reparos a cualquiera que enunciara las decisiones masónicas como última determinación de la realidad.
Juego dentro del juego, uno de los pilares de la acción de los masones es la idea de un Arquitecto Universal.
Los masones emulan a ese Dios que todo lo diseña, todo lo trama y decide hasta el último detalle del vasto Universo.
Nunca supe de alguna conexión directa entre los masones y S. Freud, y me pregunto si no aparecerá un día un psicoanalista que postule al inconciente como Gran Arquitecto de la psiquis al que no hay que reparar, enmendar, destrabar, lo que sea, sino al que hay que venerar, en quien debe confiarse y aceptar sus decisiones como las mejores posibles, que aún sin ser perfecto, es quien menos se equivoca.



Para leer algo en serio sobre este tema está la conferencia de R. Piglia Teoría del Complot, del 15 de julio de 2001 en la Fundación Start de Buenos Aires.




Manu

Caminamos con mi amiga Edith. Me confiesa: "Pasa algo bastante increíble con Manu (su hijo). Se siente de una clase social inferior ante nosotros, ante su papá y ante mí, Daniela y Seba (otros hijos). Todos sus amigos son los negritos de la escuela, y viene y nos trata como con respeto, como si fuera el hijo de la señora que viene a limpiar. Yo llegué a sentir algo así con mi abuela, que vivía en Rosario y a quien no veía nunca, y era una vieja estirada, pero ¿con nosotros?..."

domingo, 4 de marzo de 2012

Los inocentes

A Dios hay que matarlo por abusar de los inocentes.





sábado, 3 de marzo de 2012

Al final

Cuando la inspiración impulsa a alguien a una misión y salta al barco que está por zarpar, se va hasta el final de la misión, y la hace por hacerla, por la épica, por el fanatismo de estar vivo. Es indispensable apuntar impecablemente al resultado mejor, pero la aventura no es validada sólo por el resultado. El resultado es más bien una consecuencia, contaminada por variables fuera de nuestro poder.
Lo importante es, al final, poder mirar a los ojos a los amigos y a los hijos.