Charlamos con Laura Santos, en cuya alma tiene puesta el
alma Dani Jayo, sobre qué efectos causa en el trabajo hablar más de un idioma.
Laura anotó algo de lo que dije en su artículo "El profesional bilingüe: ¿todos podemos aprender una segundalengua?"
Gustavo Ng podría funcionar como una sencilla metáfora de lo
que es la globalización: tiene un apellido impronunciable para los acentos
occidentales, es argentino de padre chino, vivió en Brasil, recorrió
Latinoamérica como corresponsal y ahora dirige, desde Buenos Aires, la revista
de intercambio cultural con China, Dang Dai.
Además de español, habla inglés y portugués con tal fluidez
que no se sabría cuál es su segunda lengua. De niño le contrataron una maestra
para que le enseñara inglés, pero dominó el idioma cuando se lo llevaron a
vivir un tiempo a Estados Unidos. El portugués, en cambio, lo aprendió
siguiendo a una ola de rockeros argentinos (como Charly García) cuando
visitaban Brasil.
“Cada lengua me da un mundo distinto, me permite pensar de
una manera totalmente diferente, tengo la posibilidad de ser otra persona,
porque cuando hablás otro idioma, sos otra persona”, revela en entrevista
realizada vía Skype.
La clave para que él haya podido aprender otros idiomas fue
que en su casa escuchaba hablar a su papá en chino y en inglés, por lo que
desde chico aprendió que era posible y fácil hablar otras lenguas. Ahora
intenta darle la misma apertura de pensamiento a sus hijos y ve con agrado cómo
Irina, su hija adolescente, comienza a aprender japonés por el sólo gusto que
le provoca el anime.
Gustavo lamenta que su papá que no le haya enseñado chino.
Mercedes Guhl, tomando como base sus investigaciones como traductora, afirma
que las lenguas generalmente son transmitidas por las madres.
Como parte de las herramientas que necesita para dirigir la
revista, Gustavo se enfrascará en aprender chino. En este sentido, advierte un
fenómeno que se está dando en Buenos Aires: “Hay chicos que están buscando
retomar el chino. Se vinieron a Argentina, lo hablaron de chiquitos y lo
perdieron. Ahora se están recibiendo de abogados, médicos, y se dan cuenta de
que les serviría de mucho hablarlo”.
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