Páginas

sábado, 23 de febrero de 2013

Resolana


  


Es un fenomenal título Eternal Sunshine of the Spotless Mind para un guión de maciza calidad (de Charlie Kaufman, pare ser filmado por Michel Gondry). Y en español inclusive parece mejorar; alguien le puso con buen sentido del lenguaje Eterno resplandor de una mente sin recuerdos. Podría haber sido Eterno fulgor de una mente en blanco, o Eterna resolana de una mente inmaculada, si se hubiera resuelto un nombre telúrico.

Alguien más avezado en el inglés me explicará por qué se usó sunshine en lugar de shine. Resplandor expresa la película afinadamente, sin necesidad del sol, y Stanley Kubrick pudo utilizar shine igualmente.

Kubrick inauguró el resplandor como emblema en que se encarna el terror. En cambio, en Eterno resplandor… es uno de los términos en la ecuación del amor. El resplandor puede ser la fatalidad del amor. O puede expresar que el origen, materia y sustento  del amor llega de otro orden de la realidad. Cuando dos personas se enamoran viven en otro mundo, lo que les pasa las transporta a otra existencia. A un estado acaso divino.

El resplandor, en fin, parece nombrar al amor.










Decía que si en lugar de resplandor se hubiera usado resolana, la traducción habría sido al criollo. Resolana es aquella zamba con música de Eduardo Falú y letra de Jaime Dávalos. Como Eterno resplandor…, cuenta una historia de amor. Aunque la de Dávalos es muy ordinaria, el letrista se las arregló, de todos modos, como solía hacerlo, para colar alguna figura notable. Dice:

Que te quede de mí la ternura,
Como resolana debajo la piel.










Me viene a la mente otra película, El rayo verde, de Éric Rohmer. Es la historia de una mujer que no puede escapar a la soledad. Busca en los lugares convencionales el amor que la salvará, hasta que se harta y abandona. Siendo cine realista, en la trama hay cosas buscadas con afán apasionado que juegan el capricho de aparecer sólo cuando se ha desistido. Delphine conoce a un hombre sólo luego de haberse resignado a estar sola. Con la crudeza descarnada de las relaciones de un hombre y una mujer sin intermediarios, ella no cifra en él esperanzas, no se entrega al amor. Andan por ahí, sin expectativas respecto de ellos, en medio de la sordidez en que naufraga el estado humano en la aburrida humanidad europea. Pero he aquí que aparece algo. Uno de los dos le cuenta al otro una leyenda: a veces cuando se pone el sol sobre el mar, por un instante se forma un rayo verde, y si dos personas lo ven a la vez, quedan enamoradas para siempre. El tema pasa inmediatamente, se olvida porque nada parece realmente importar. Con el desarrollo de la historia, sin embargo, la ilusión va germinando y creciendo imperceptiblemente, hasta que al final están los dos frente al mar, al atardecer, el sol gordo, líquido y anaranjado se va hundiendo en el mar, y en el instante que desaparece, vemos un rayo verde hacer un fugaz y mágico resplandor.


Fulgor
Brillo
Resplandor
Destello
Relámpago
Luminiscencia
Luminosidad
Refulgencia
Deslumbre
Claror
Relumbro
Albor
Resolana




 



En fin, se ha cumplido un año que estamos juntos.