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domingo, 10 de marzo de 2013

Con o sin correa


En la Plaza Houssay aparece claro el fenómeno de las personas en quienes vemos chorrear la bondad cuando descubrimos el amor incondicional que le tienen a sus perros. De esa esperanzadora categoría de personas hay, no obstante, una subcategoría: la que agrupa a quienes odian a los niños en general y en particular a los peruanitos boliviantios negritos que están (¡sin padres! o sea, ¡sin correa!) jugando a la pelota. Los eliminarían, se los darían a los militares.