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domingo, 28 de abril de 2013

Adolfo

Adolfo era uno de mis amigos de la Escuela Industrial. Éramos parte de una barra, en la que estaban Fernando Demarco, Eduardo Orlov, Juan Carlos Nuciari, Pablo Makovsky. Luego nos hemos visto poco, pero creo que siempre seguimos sintiéndonos amigos.

Ahora ya somos gente madura, ya pasamos el medio siglo. Ya dejamos atrás la curva del camino. Cada uno ha hecho una trayectoria, ya hay hijos criados, fracasos, algunos logros. Ya hemos vivido mucho.
Siempre me conmueve que una persona, aún grande, siga siendo un hijo. El padre de Adolfo me lo recuerda en esta pequeña carta abierta:


"Adolfo Vergara, es mi hijo primogénito y amigo del alma y de sangre, hasta la muerte!"

Bravo, don Miguel Ángel. 

Y disculpe aquella vez que le rayamos el Falcon porque lo metimos entre unas plantas. Fue sin querer.

Ah, y fue Adolfo.