Páginas

viernes, 12 de abril de 2013

Parentela China


Desde que lo recuerdo, mi padre ha pavoneado su manejo virtuoso del idioma español. Nació en China, donde aprendió el cantonés y el inglés, y aprendió español a los 17 años. Siempre cuenta que al subir al barco no sabía decir "hola", pero que al desembarcar tres meses después en Buenos Aires ya era el intérprete de todo el grupo con el que viajó y se puso a charlar con unos changarines que "parloteaban un cocoliche horroroso, a medio camino entre el italiano olvidado y el español aún no aprendido".
Creo que la estrategia de mi padre fue negarse sistemáticamente a traducir. Dejó el cantonés atrás y volvió a aprender a hablar de nuevo, en castellano. Prueba de ello es que cada vez que le pedí que tradujera algo del chino al español o viceversa, lo vi en un brete, enredándose cada vez más en un embrollo entre lógico, semántico y filosófico tremendo, del que salía con malos resultados.
Si le preguntaba cómo se decía en chino "calabaza", rebuscaba dentro de los arcones de su vocabulario, relacionaba, retorcía, forzaba palabras hasta dar con el magro facilismo: "calabaza china". Siempre recelé cada vez que le añadía a un sustantivo el calificativo "chino".
También estaba el caso de la parentela. Yo quería saber cómo se decía en chino "primo segundo", "tatarabuelo" o "bisnieto"; él repujaba alguna respuesta hasta que simplificaba engañosamente: "a todos los de la generación del padre se les dice 'tíos', a todos los de la misma generación, salvo a los hermanos, se les dice 'primo'".

Papá: tengo que decirte que nunca me tragué ese hueso.

Y ahora encuentro este video: