Un muchacho va de la mano con una chica, los dos en rollers por una bicisenda. Tiene un bella cabeza romana, con ojos hermosos y una barba renegrida. Pero esa cabeza de hombre está implantada en un enjuto, suave y gracioso cuerpo de mujer, con la flacura y proporciones de un chico de ocho años. Y no es un freak. Se siente bien con quien es, y cada vez hay más como él.