La música, un tema tras otro de Bowie, la Eroica que no
había escuchado en tantos años, una cantante muy joven de la que jamás había
oído, una banda de la que había renegado siempre, las cinco arias que aparecen
en momentos difíciles, la banda sonora de la película Powaqqatsi, entera; la
música, digo, lava, como lava el agua que se siente pasar sentado en el muelle
mirándosela hasta perder todo pensamiento, y como dice Maerose en El Honor de
los Prizzi, “What the heck, Charlie, time takes care of everuthung”.
Aunque siempre algo queda.
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