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domingo, 23 de noviembre de 2014

Leer cuentos


Cuenta Dan Wakefield que “mientras los métodos de meditación orientales como el zen hacían furor, Vonnegut sostenía que tenemos nuestro sistema occidental para alcanzar los mismos resultados de calmar el ritmo cardíaco y aquietar la mente: se llama 'leer cuentos'. A esta práctica la llamaba ‘siestita budista’.

Y esto dice el poeta, el Homero, de Las alas del deseo (palabras de Peter Handke, película de Wim Wenders): "Nombradme a los hombres, mujeres y niños que me buscarán, a mí, su narrador, su cantor y portavoz, porque me necesitan, más que a nada en el mundo. Hemos embarcado".
También: "Cuéntanos musa del narrador, del infante, del anciano apartado a los lindes del mundo y haz que en él se reconozca cada hombre. Con el tiempo los que me escuchaban se han convertido en mis lectores. Ya no se sientan en círculo sino solos, y cada uno no sabe nada del otro. Soy un viejo, con la voz quebrada, pero el relato sigue elevándose desde las profundidades. Y la boca entreabierta lo repite, tan poderoso como apacible. Una liturgia para la que nadie necesita estar iniciado en el sentido de las palabras y de las frases".

Volviendo a Wakefield sobre Vonnegut, “escribió que ‘la función del artista es hacer que la gente viva la vida mejor que antes’, y cuando alguien le preguntaba si había visto eso materializado, él respondia: ‘sí, The Beatles lo hicieron’”.





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