Una persona que del
otro lado no tiene nada.
Que, en realidad,
no tiene otro lado.
Te mira planamente.
Quizás como un idiota, o un psicótico, pero no. Es una persona como cualquier
otra.
Pero cuando la
conocés, no podés entender que no tenga nada más que lo patente.
Una persona que es
áspera, ácida, agresiva, que lastima apenas te acercás.
En breve descubrís
que todo lo que podés percibir de ella es una coraza.
Toda su
presentación es una defensa.
Si traspasás la
defensa, sólo hay una persona minúscula, apenas válida, en el centro de una
soledad.
Pero en el centro.
De ahí no se la
mueve.
Está afirmada en su
centro de gravedad.
Desde ahí hace,
y hace mucho en la vida. Consigue casi todo lo que quiere.
Estas dos personas todo
lo que tienen es lo que son.
.
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