"Nunca dejaste de reír porque ella murió. Ni en el velorio, ni en los días difíciles que siguieron, que fueron los más difíciles. Siempre te reíste, como toda tu vida, porque sos una persona divertida, que festeja la vida y se entrega a la vida luminosa. Nunca dejaste de reírte, pero ya nunca te reíste igual que antes" (Marina).
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