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martes, 31 de mayo de 2016

30 años


Cuando la señorita Olga lo rechazó por segunda vez, Dimitri Rybolóvlev se cuidó de no dejar ver su ánimo. "Sentí que apenas al mirarme ella sabría nítidamente que yo había envejecido en unos segundos 30 años".




jueves, 26 de mayo de 2016

Tres fuerzas ficticias


Podría ser que la mayoría de los marxismos haya hecho agua por transformar en programa la idea de que un cierto materialismo determina la vida social. 
Intuyo que si esa certeza hubiera dado forma a la realidad, todos las propuestas marxistas habrían ganado y luego tenido éxito en el desarrollo de las sociedades.
Hace varias décadas que los marxistas se hacen este cuestionamiento, se subrayó la frase de Marx sobre la determinación en "última instancia", y sin embargo pervive aquella vieja idea -que escuché que irritó inclusive a Karl Marx.
Parte de ese estancamiento es que no hemos podido incorporar al acervo de nuestro sentido común las explicaciones marxistas de cómo el orden simbólico puede ser tan determinante como el material. 
Vuelvo a recordar la frase de Valéry "no se puede gobernar con la pura coerción, hacen falta fuerzas ficticias”, para entender que en este momento el escenario del discurso político está dominado por tres ideas: 1. Cambiar, 2. Sinceramiento y 3. La pesada herencia. 
Creo que el actual poder seguirá ganando fuerza mientras toda la sociedad, incluido el 49%, incluidos los ultraopositores, encuentre que esos vectores le permiten organizar y dotan de sentido a su vida, pública y hasta privada.





miércoles, 25 de mayo de 2016

Facebook people

Las personas están formadas por el canal que usan para comunicarse con las demás.

Las personas que se escriben cartas son de una manera, las que sólo hablan por teléfono de línea de otra, las que usan todos los medios, los aparatos, las redes sociales, de otra. Las que sólo (o principalmente) se comunican por facebook, tienen una forma muy definida, muy fácil de reconocer.


Pretérito imperfecto


"¿Así que eres escritor?", me preguntó Katherine, y me sentí abochornado por la pretenciosidad del título, y no lo soporté, de modo que me puse a relativizarlo. Recordé que para hablarme de mí, mi madre transformaba el pretérito perfecto simple en pretérito imperfecto, lo cual era maravilloso cuando me contaba historias de la época en que yo era muy chico para recordar ("antes de cumplir el año andabas detrás de tu abuelo por el campo"), pero que se transformó en una fantasía, un error, algo completamente falso, cuando comencé a saber de qué hablaba. Una vez me dijo: "tenés ese estado físico porque cuando eras chico ibas a jugar al fútbol todas las tardes a la plaza con tus amigos". Yo recordaba claramente que no "iba", sino que apenas "fui" a jugar al fútbol dos o tres veces, y luego no quise ir más porque era horrible ser torpe y que me burlaran por ello. Fue así que mi madre no hizo de mí un atleta entrenado en el fútbol, pero subrepticiamente me metió el oficio de fabular, lo que acabó impeliéndome a escribir cuando una fábula que se me ocurría me daba mucho placer y quería retenerla y contársela a quienes me quieren. Entre ellos, a mi madre.




martes, 24 de mayo de 2016

Compacto

— Sé que es un estupidez, pero me mató que me dijera que le da cosa estar conmigo porque soy muy bajo.
— ¡Qué idiota!
— ¿Ella, o yo que me engancho?
— ¡Ella! No noto que seas bajo, noto que sos compacto. Y por eso me gustás. Y por hipersensible, también. ¡Qué combinación!
— ¿Por qué no estamos juntos, vos y yo?





lunes, 23 de mayo de 2016

Bruja

Aceptamos de rodillas, sin protestar, la amnesia que padecemos desde el nacimiento hasta cierta edad.
Nuestra consciencia empieza con una resignación humillante.
Empezamos a conocer a partir de un “no es posible”.
Empezamos con una derrota indigna.
¿Por qué?
Hay explicaciones.
Sí, ¿y qué?
También el mal puede explicarse.
¿Por qué aceptar?

Hace años que estoy definiendo qué es lo que pinta Laura Romero. Ayer solamente con una fiebre alta pude entender que pinta las cosas que vemos antes de recordar.
Los seres, los movimientos, las luces que veíamos.


Laura es maravillosa. Quiero decir, es una sacerdotisa, una shamán, una bruja, como se llame a esas personas que son capaces de conectar con otra realidad tan real como esta. Tal como es la realidad de esos años que no recordamos.









Resolución



A veces me parece que aquella forma de resolver un enigma sentado dentro de un escritorio fumando en pipa y pensando agudamente con los ojos entornados, es un juego, pero no da en una solución.
Pienso que no existe un enigma que tenga una solución.
Pienso que a veces surge la necesidad de hacer algo frente a una situación, y que cuando una sociedad o una persona se largan a hacer algo impelidos por la inquietud y pensando que van hacia una solución, construyen un camino. Si llegan a un lugar, pueden decir que arribaron a la solución, porque recorrieron el o un camino correcto.
En realidad, insisto, crearon el camino.
Nunca habrían encontrado lo que entienden como solución si no se hubiesen largado a la acción.
Y es creando esos caminos, construyendo esas estructuras, viviendo esas vidas en la materia de la realidad, como se enderezan los asuntos interiores que creaban la inquietud inicial.








Dejen esa cabeza un poco en paz, hagan el favor


"Ya no me resulta posible pensar reflexionando, sólo pienso con el ojo detrás de la cámara" (Alex, cineasta absorto).
Se parece a Gades o alguien así, que dijo de un bailaor: "Tiene unos pies muy inteligentes".




La seguidilla, premonición trágica


Se puede notar cómo en esta seguidilla está toda la potencia de la tragedia. 
Sabe uno, saben ellos que van directo al desastre, pero no hay forma de que puedan evitarlo, porque entregándose a la pasión recorrerán el camino que no es más ni menos que el camino humano. 
Sin ese camino no existiría nada. 
Si Hegel hubiese ido a ver Carmen, en lugar de su interminable Introducción a la Historia de la Filosofía, hubiera sólo contado qué pasaba en la seguidilla.




sábado, 21 de mayo de 2016

La trama de los covers

Lorde, una nena de 18 años, se aparece con un temazo, Royals, maravillosamente concebido, acabado, musicalmente riquísimo, y sobre todo, fácil para que cualquiera lo haga suyo, cosa que sucedió en una época en que muchos pueden apropiarse de mucho de lo que otros hacen. Así, la trama de las versiones se está labrando como algo maravilloso.

Veamos estos tres covers del tema:


Agradezco a Mariela Mangiaterra, que me avivó de esto.

La hora de cuidar las palabras

Esta mañana vimos con mi hija una charla de Ricardo Piglia. Piglia recordaba algo que escribió Paul Valéry en La soirée avec monsieur Teste: “No se puede gobernar con la pura coerción, hacen falta fuerzas ficticias”.
Ante una situación política infame, que además no tiene salida, uno se rompe los tarros, frustrado, eunuco, pensando qué carajo hacer, qué carajo hacer, qué carajo hacer.
Bueno, las palabras son un arma cargada.
Que la desesperación no nos permita subestimarlas.

sábado, 14 de mayo de 2016

Mi amiga de estos días


Una chica muy apasionada, intensa, que habla sin parar, de quien se consigue, andando con ella, que cada día parezca semanas; que come mucho y se emborracha en donde sea que haya alcohol, y tiene ambición y nervio, es una guerrera y una bruja, y en sus intimidades huele como un camionero. 


En el nombre de la mariposa


Escribí sobre el nombre chino de mi hermana, Mariposa de Otoño. La conclusión de aquel texto era que el nombre verdadero importaba sólo en tanto había sido capaz de motivar en mi hermana la creación de una identidad. Mi hermana se lo tomó en serio, construyó un mundo y hundió en él las raíces de su vida. Creó a nuestro padre a partir de preguntarse cómo había elegido o concebido su nombre y cuánto la quería por haberle puesto el nombre más hermoso que jamás había escuchado. Luego creó a la familia de nuestro padre, preguntándose cómo habrían reaccionado ante el nombre, y entonces creó una China, con sus tradiciones de nombres poemas, su exótica belleza, sus milenios que daban como resultado su nombre, y por tanto la respaldaban. 
El origen real del nombre me resultaba insignificante en comparación con la magnífica creación de que mi hermana se invistió. Ella supo darse con su nombre un origen y un destino. Una historia, hermosa y dramática.
Pero para bien o para mal, le ha tocado un hermano porfiado, y cuando estuve otra vez frente a mi padre, volví con el tema de la historia de su nombre.
Y nuevamente apareció el juego de la incertidumbre que abrió la brecha para el trabajo de mi hermana. El nombre relaciona dos signos, ambos con significado —o sea, no fueron elegidos sólo por su sonido. Consulté a mi padre, algunos primos y algunos diccionarios, y todo quedó bastante confuso. El sinograma significa otoño sólo asociado con otro: 秋 es propiamente otoño, mientas  solo significa oro, o dorado. 
En tanto , que mi padre tradujo como mariposa, mi prima Mona precisó como crisálida. Cuando le comenté a mi padre la corrección, él fue un paso más: "sí, todo eso que pasa con la mariposa". Mi padre no conocía la palabra del castellano metamorfosis, que le correspondería exactamente a la definición que hizo, pero consultada nuevamente, Mona dijo que no tenía nada que ver con la idea de la metamorfosis, y en cambio agregó que el signo se le confundía con belleza. Los diccionarios a los que recurrí sólo traducían por belleza, con un tinte de femenina y de joven. ¿De dónde había salido entonces, primero de mi padre y luego aceptada por Mona, la referencia a la mariposa?
En los últimos años nos hemos enterado de que el nombre fue elegido por nuestro abuelo Iuko como parte de una serie. Como jefe de la familia, utilizó el como constante en el nombre que le puso a cuatro de sus nietas. A una asoció con jade, a otra con esmeralda. 
Los nombres podrían, así, ser Belleza de Jade, Belleza de EsmeraldaBelleza de Oro. Nada les faltaría de la tradición china. Por otro lado, es cierto que las imágenes que evocan el otoño y la crisálida, de transformación, de belleza en potencia, de vida que parece muerta pero un día reaparecerá en una criatura maravillosa, algo tan precioso como el oro, se relacionan de un modo profundo. 







Distancias


Se sabe, la mirada del policía crea al ladrón. En Migraciones el oficial me dice “en la foto de su pasaporte usted está con barba”, preguntándome por qué no la tengo ahora.
— Soy actor.
Mira la pantalla de su computadora un rato. Luego observa, sagaz, porque es policía:
— Aquí dice que usted es periodista.
¿Por qué tengo que engancharme? Contesto:
— Sí, en el casillero donde se pregunta “profesión” no me entraban todas las profesiones que tengo. Además de periodista y actor, también soy papá profesional, dibujante, mecánico porque hice un curso de mecánica liviana, jurado en concursos de calidad empresarial, escritor y también digo el horóscopo. Perdón, no entraba.
— Ah, usted es gracioso.
— Fíjese que no, que nada más no entiendo que usted esté sospechando de mí porque me afeité. ¿Se supone que tengo que andar por el mundo con la misma barba, la misma ropa y la misma cara que tenía cuando me sacaron la foto para el puto pasaporte, que poder entrar en este puto país? Y tampoco soy una sola persona, ¿quién dice ahí que soy? Dice Gustavo Ng, ¿y usted piensa que Gustavo Ng es una sola persona? Fíjese que no, que soy uno para mi ex esposa, otro para tal amigo, otro para tal funcionario del Estado, otro para el bicicletero. Y usted no tiene idea de quién soy, ni la tendría si yo llegara con barba.
Cuestión que me llevaron aparte, casi no me dejan entrar, etc.

Todo culpa de que iba en el avión pensando en una charla que tuve con mi amiga Fernanda. Pensamos que la individualidad, el yo, es una fantasía casi imposible de sostener. Si nos apuran, pensamos directamente que el yo es una falacia.

Uno tiene muchas distancias con cada persona con quien se relaciona. Resultaría interesante decidir qué distancia usar en cada circunstancia.