Empecé miles de proyectos, y siempre terminaron en nada.
En cambio, los proyectos que haga con otras personas, nacen.
Algunos son cortos, o medio cachivaches, como otros son formidables, pero
caminan.
Me reprocho duramente no poder llevar a cabo una idea solo. Me
siento un fracasado, un dependiente, un debilucho.
Pero con el tiempo, estoy de acuerdo con que las cosas sean
así.
Ese mito del héroe solitario, Rambo, Moisés o Hemingway, me
parece un tanto berreta.
Más que San Martín, me gusta Martín Karadagián.
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