Cuando para estar acá necesitás poder estar, en cualquier
momento, allá, porque mientras estás acá, alguien te espera allá, quizás una
persona que te quiere siempre, o quizás tu mamá, el Gringo Pérez, el abuelo,
todos tus muertos. Quizás te esperás vos mismo, el hermano tuyo que sos.
Ligeras anotaciones que hace Gustavo Ng de asuntos que piensa o encuentra escritos en libros mientras va en colectivo y luego comenta con tal o cual persona.
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viernes, 29 de septiembre de 2017
jueves, 28 de septiembre de 2017
Mariano y Clarita en la cama
Mariano sintió en
Clarita la mayor dulzura en una mujer. Jamás se había sentido así. Envuelto en
la calidez más exquisita. Adormecido de felicidad. Ella estaba fascinada por
él, asombrada con la vida que él se había construido, encantada con la energía
que desplegaba. Era su fan, lo apoyaba en todo. Mariano era feliz, y Clarita
estaba exultante.
Pero (¿siempre tiene que
haber un pero?), pero Clarita era
Clarita y Juano, su hijito. Y no era sin los chicos. Cuando luego de un
prudente período de varios meses, Mariano fue a dormir a la casa de Clarita, en
medio de la noche Mariano sintió unas sacudidas en la cama: Juano se había
metido. Y se acomdó para quedarse a dormir entre Clarita y él. Mariano miró con
espanto a Clarita y ella le devolvió una sonrisa tranquila, amable e
infinitamente satisfecha.
— ¿Cómo pudo ser —decía
Mariano—, después de tanta intimidad que tuvimos, después de tanto que
charlamos y charlamos, que fuéramos dos completos extraños? ¿Cómo no le
transmití, cómo ella no entendió, que me interesaba ella, no su ella con su
hijo? ¿Cómo le pareció normal que yo estuviera acostado en la misma cama con su
hijo? ¿Cómo se puede estar tan enamorado de alguien y a la vez ser tan completos
extraños?
lunes, 11 de septiembre de 2017
La esperanza de Salvador Allende
"Mucho más temprano que tarde, de nuevo se abrirán las grandes alamedas por donde pase el hombre libre, para construir una sociedad mejor."
El 11 de septiembre de 1973 el fascismo, compuesto por los mayores dueños del país, sus militares y los ciudadanos que los prefieren, derrocaron al Gobierno democrático de Chile, encabezado por el presidente Salvador Allende.
Allende murió atrincherado en la Casa de Gobierno.
Desde allí transmitió este discurso, que hacen más doloroso y a la vez glorioso tanto el momento que estamos viviendo en América Latina como la heroica esperanza de Allende.
El 11 de septiembre de 1973 el fascismo, compuesto por los mayores dueños del país, sus militares y los ciudadanos que los prefieren, derrocaron al Gobierno democrático de Chile, encabezado por el presidente Salvador Allende.
Allende murió atrincherado en la Casa de Gobierno.
Desde allí transmitió este discurso, que hacen más doloroso y a la vez glorioso tanto el momento que estamos viviendo en América Latina como la heroica esperanza de Allende.
Seguramente ésta será la última oportunidad en que pueda dirigirme a ustedes. La Fuerza Aérea ha bombardeado las torres de Radio Postales y Radio Corporación. Mis palabras no tienen amargura sino decepción. Que sean ellas el castigo moral para los que han traicionado el juramento que hicieron: soldados de Chile, comandantes en jefe titulares, el almirante Merino, que se ha autodesignado comandante de la Armada, más el señor Mendoza, general rastrero que sólo ayer manifestara su fidelidad y lealtad al Gobierno, y que también se ha autodenominado Director General de carabineros. Ante estos hechos sólo me cabe decir a los trabajadores: ¡Yo no voy a renunciar! Colocado en un tránsito histórico, pagaré con mi vida la lealtad del pueblo. Y les digo que tengo la certeza de que la semilla que hemos entregado a la conciencia digna de miles y miles de chilenos, no podrá ser segada definitivamente. Tienen la fuerza, podrán avasallarnos, pero no se detienen los procesos sociales ni con el crimen ni con la fuerza. La historia es nuestra y la hacen los pueblos.
Trabajadores de mi Patria: quiero agradecerles la lealtad que siempre tuvieron, la confianza que depositaron en un hombre que sólo fue intérprete de grandes anhelos de justicia, que empeñó su palabra en que respetaría la Constitución y la ley, y así lo hizo. En este momento definitivo, el último en que yo pueda dirigirme a ustedes, quiero que aprovechen la lección: el capital foráneo, el imperialismo, unidos a la reacción, creó el clima para que las Fuerzas Armadas rompieran su tradición, la que les enseñara el general Schneider y reafirmara el comandante Araya, víctimas del mismo sector social que hoy estará en sus casas esperando con mano ajena reconquistar el poder para seguir defendiendo sus granjerías y sus privilegios.
Me dirijo, sobre todo, a la modesta mujer de nuestra tierra, a la campesina que creyó en nosotros, a la abuela que trabajó más, a la madre que supo de nuestra preocupación por los niños. Me dirijo a los profesionales de la Patria, a los profesionales patriotas que siguieron trabajando contra la sedición auspiciada por los colegios profesionales, colegios de clases para defender también las ventajas de una sociedad capitalista de unos pocos.
Me dirijo a la juventud, a aquellos que cantaron y entregaron su alegría y su espíritu de lucha. Me dirijo al hombre de Chile, al obrero, al campesino, al intelectual, a aquellos que serán perseguidos, porque en nuestro país el fascismo ya estuvo hace muchas horas presente; en los atentados terroristas, volando los puentes, cortando las vías férreas, destruyendo lo oleoductos y los gaseoductos, frente al silencio de quienes tenían la obligación de proceder. Estaban comprometidos. La historia los juzgará.
Seguramente Radio Magallanes será acallada y el metal tranquilo de mi voz ya no llegará a ustedes. No importa. La seguirán oyendo. Siempre estaré junto a ustedes. Por lo menos mi recuerdo será el de un hombre digno que fue leal con la Patria.
El pueblo debe defenderse, pero no sacrificarse. El pueblo no debe dejarse arrasar ni acribillar, pero tampoco puede humillarse.
Trabajadores de mi Patria, tengo fe en Chile y su destino. Superarán otros hombres este momento gris y amargo en el que la traición pretende imponerse. Sigan ustedes sabiendo que, mucho más temprano que tarde, de nuevo se abrirán las grandes alamedas por donde pase el hombre libre, para construir una sociedad mejor.
¡Viva Chile! ¡Viva el pueblo! ¡Vivan los trabajadores!
Estas son mis últimas palabras y tengo la certeza de que mi sacrificio no será en vano, tengo la certeza de que, por lo menos, será una lección moral que castigará la felonía, la cobardía y la traición.
martes, 5 de septiembre de 2017
Nora Cortiñas y el amor
"NOS MIENTEN EN LA CARA"
* Por Norita Cortiñas.
Me resulta difícil bajar a palabras este profundo desconsuelo
que siento frente a la angustia de su madre, de su padre, de sus hermanos. A un
mes de otra desaparición forzada, volvimos a sentir en el estómago ese dolor
que, 40 años atrás, nos movilizó hasta la Plaza. No sólo es desesperación, es
la más cruel de todas las desesperaciones, esa necesidad asfixiante de
necesitar abrazar a un ser amado y nada más. No se duerme, no se come, no se
vive. Todo congelado, nada crece...
Y el Estado desaparece.
La actitud de Patricia Bullrich no sólo es insuficiente e
irresponsable, es hipócrita y falsa. Junto al resto de los voceros que
administra el gobierno nos vienen mintiendo en la cara todos los días, con
calumnias sobre el pueblo Mapuche, sobre Santiago, sobre ellos mismos. Y entre
tanto, tantos silencios estratégicos en torno a la investigación... Yo no entiendo
cómo Pablo Noceti, jefe de gabinete de la ministra, continúa en funciones como
si nada hubiera pasado: dirigió el operativo que reprimió en Pu Lof y es, como
mínimo, un cómplice directo. De hecho, la propia gendarmería admitió haber
recibido órdenes suyas para actuar...
¿Qué falta para hacerlos renunciar?
Tampoco el presidente actúa de manera prudente frente a este
bochorno internacional. Lejos de aparecer para solucionar el problema, sólo se
refirio al caso para relativizarlo, afirmando que unos 30 mil padres no quieren
escuchar "Santiago Maldonado" adentro de las escuelas. Nada nos
detendrá, pero esta afrenta ratifica la poca humanidad que tiene. Y sí, ¡estoy
molesta! Porque me indigna profundamente que Macri, el mismo que tantas veces negó
a los 30.000 detenidos desaparecidos, hoy utilice justito esa cifra para
interpelar a los docentes que no cierran la boca. Y al resto también, porque la
educación es el mayor emblema de la memoria.
Un verdadero problema,
para quienes buscan borrar la historia.
Las parábolas, asociaciones o comparaciones con los años de la
dictadura cívico-militar, no expresan una exageración desmesurada, sino la
reafirmación de métodos utilizados durante el terrorismo de Estado, como las
torturas en las villas y la desaparición forzada de personas. No por nada han
regresado, también, las consignas y los cánticos que manifestábamos en los
tiempos más oscuros. ¿Cómo entonces no voy a estar asustada? Por supuesto,
estamos todos asustados, pero ese temor debe transformarse en fuerza y más
amor, para evitar la naturalización de todos estos daños.
Han ahorrado ambición,
durante más de 40 años.
Como anteayer, vamos a llenar la Plaza de gargantas cuantas
veces sea necesario, con poderosos cientos de miles dispuestos a detener esta
situación de represión que se agrava cada día. Pero guarda, ¡hay que ser
inteligentes! Los incidentes, esos que lograron tergiversar el impacto de la
conmovedora movilización social, estuvieron planeados y cuidadosamente
montados, para desviar el centro de la discusión hacia sectores minoritarios.
Pues tremenda multitud en las calles claramente inquieta al gobierno, como
inquieta al periodismo que calla y callará, porque temen cobardemente que
nuestro grito crezca hasta propagarse del otro lado...
Crecerá,
hasta que aparezca Santiago Maldonado.
* * *
Escribe Maria Eugenia Otero: Norita Cortiñas. 2 am en Lugano
esperando que larguen a todos los presos. Me dice "imagínate... a la
mayoria habrá venido la familia a buscarlo. Pero si alguno sale y está solo
tenemos que ver a la casa de qué compañero se puede ir, porque mira si está sin
llaves, sin documentos... Yo me quiero quedar hasta que salgan para saber que
todos van a dormir en una cama después de todo esto". Tiene 87 años. Es un
faro para quienes hacemos La Retaguardia.