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domingo, 26 de noviembre de 2017

Los musulmanes y Jesucristo en el bar

Fuimos a tomar unas cervezas, Papa Rick, su hermana Mina, un par de amigos y un par de parientes. A Papa Rick lo tuve a upa cuando tenía cuatro meses. Ya era gigante. Mi familia materna de Estados Unidos es de la parentela más íntima para mí. Vivimos juntos cosas que nos unieron mucho. 
Si uno quiere mirar lo extraño a los ojos, lo mejor es la familia. No te podés escapar. Lo bestial aparece en la mente de alguien de quien sos parte. 
Mis amigos buscan la lucidez. Uno de las más lúcidos ha explicado el modo en que los norteamericanos viven la política: como una fe. Así se deslizan al fanatismo naturalmente. Y así encuentran en los musulmanes a su archienemigo. Le atribuyen vivir la política como una fe y deslizarse al fanatismo naturalmente. Construyen un musulmán asesino y fanático y le atribuyen el personaje a todos los musulmanes de carne y hueso. 
Ayer en el bar también salió el tema de John Lennon. Les pregunté a los mayores si recordaban qué pensaron sobre su asesinato el día en que lo balearon. Nadie dijo nada interesante, uno soltó: “el tipo dijo muchas estupideces, no? Le faltó el respeto a Jesucristo y todo eso”. (Lennon dijo en 1968, hace 50 años, “somos más famosos que Jesucristo”, lo que provocó en Estados Unidos una ola de indignación que incluyó quemas de los discos de los Beatles en todo el país y la cancelación de giras).  

Para esta gente que para mí está de este lado, más aún, está adentro mío, la normalidad es que Estados Unidos bombardee hospitales llenos de musulmanes y que hayan matado a Lennon por blasfemo. 

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