Pareciera que acá empieza algo nuevo, menos ilusión, menos
ambición, menos buscar el interés y el rédito, menos negociación, en total no
forzar las cosas y más soltar el agua del deseo y seguirla. Ella encuentra
siempre cuál es lugar del terreno por el que debe andar.
Es el agua del deseo la que sabe encontrar el camino con
corazón.
Después sí, construir, pero sólo allí donde anida el deseo, no
el interés.
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