Es difícil desenredar una madeja parado arriba de ella.
Lo conveniente es apuntar lejos, adonde se clava el ojo del
deseo.
Y entonces, tirar hacia ahí.
A veces el lío se desenreda, A veces no.
Si no de desenreda, queda como un nudo en la cuerda.
Todos tenemos nudos en la cuerda
Son defectos, pero no detienen la marcha.
No hay comentarios:
Publicar un comentario