Todo esto es difusamente hipotético.
Hecha la advertencia, quizás no carezca de interés.
Eran tres y eran de Oriente.
Pareciera ser que esos son los únicos dos datos registrados
de los Reyes Magos —que consta en uno de los evangelios.
Podía haber entre ellos una o más reinas.
Uno o más chinos.
Podían ser reyes o sabios, reinas o sabias. En cualquiera de
los casos, muy probablemente fueran astrólogas, astrólogos.
Si entre ellos los había de la China, habrían podido
calcular qué signo era el pequeño Dios hecho carne en el tiempo humano.
En el siglo XX el filólogo semítico, historiador y
biblista Javier Alonso López se ha pasado años tratando de dilucidar cuál fue el
día en que nació Jesús. Llegó a esta conclusión: “Jesús nació aproximadamente
en el año 3753 desde la creación del mundo, que fue el trigésimo tercer año de
reinado de Herodes en Judea, y también el vigésimo año del imperio del
emperador Octaviano Augusto en Roma y el 747 ab urbe condita (7 a. C.), en
Nazaret, Galilea.”
Es decir, nació en noviembre o diciembre del año 7
anterior a su propia era.
Hoy podemos constatar con una simple aplicación lo que
supo aquel hipotético astrólogo o astróloga china: que Jesucristo era Tigre.
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