Tal vez el horrendo y fascinante descubrimiento que hace un
hombre de que está enamorado de su madre o de que fue él quien, a los tres
años, asesinó a su hermanito, no resulta en ningún beneficio.
Tal vez lo que sí le repare en parte el alma es que otra
persona esté en el momento del descubrimiento y le ayude a sostenerlo.
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