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viernes, 28 de julio de 2023

El tamaño

En un programa de radio un conductor entrevistaba a una profesora de ESI.

— Está eso de entender que el clítoris es un pene pequeño. ¿Es así? —le preguntó el conductor.

La profesora respondió:

— Disculpame, pero ¿cómo es eso de no poder aceptar que los hombres y las mujeres no son iguales? Tiene algo de absurdo pensar el clítoris como un pequeño pene. Si esa es la única manera que tenemos de comprender qué le pasa a una mujer, sólo a modo didáctico podrías figurarte que el pene de la mujer es gigantesco en comparación con el pedazo de carne que tienen los hombres. Las mujeres lo tienen distribuido en el pubis, el interior de los muslos, la parte de atrás de las rodillas, los senos, las orejas… En realidad, en cualquier parte del pueblo cuerpo, porque cada mujer tiene sus lugares sensibles y esos lugares tienen una dimensión física, pero no sólo física, porque en la mayoría de las mujeres lo físico no es lo único y es necesaria la suavidad, la dulzura, la amabilidad, no técnica, sino surgida del deseo, no de la calentura, de las ganas de ponerla de los varones, sino del deseo que el varón tiene —y de ella, no de cualquiera, no de otra, sino específicamente de ella. Si es necesaria la bobería de pensar que la mujer tiene una pija, es necesario entender que lo que la para, la erecta, es el deseo de otro o de otra por tener una relación con ella. El amor, ponele. ¿Y cuál es el tamaño del deseo, del amor?

— Se me hace difícil la idea —dijo el conductor.

— Quizás te aburriste por no entender el juego. Pobres varones. Allá ustedes. Arréglensela como puedan. Las mujeres tenemos a otras mujeres.

 


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