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jueves, 10 de agosto de 2023

Los escritores de Kunming, Guillermo Bravo, Mil Gotas, Manu Grande y La Oriental

 Anoche presentamos la edición especial de revista DangDai dedicada a los escritores de Kunming con una mesa estelar de Guillermo Bravo, pionero de alma, que estableció la librería Mil Gotas en China, y Juan Manuel Grande, que hizo lo opuesto y complementario, estableciendo La Oriental, que es la librería dedicada, en Argentina, de la literatura y los libros de China y Asia. 

Ambos fueron entrevistados por Chenxi Luo,, directora del departamento de América Latina de la Universidad del Suroeste de China.



Tanto Guillermo como Manuel desplegaron generosamente su experiencia, la experiencia de los intrépidos que se arriesgan a cruzar las grandes aguas, y ofrecieron reflexiones que le va dejando el camino que recorren.



El encuentro fue magnífico. Como centro cultural de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires, el Paco Urondo es un templo sagrado de la fe en que la cultura puede producir cambios determinantes en una sociedad.



Entre el público estaban los amigos que acompañan a la revista desde hace 12 años y están en todas las presentaciones, y estaban los mayores referentes de la relación entre Argentina y China, tanto en el campo de la literatura, como en el de la geopolítica, el empresario, la filosofía, el arte, el mundo editorial y otros. Los mejores sinólogos estuvieron anoche, en un acto de enorme iniciativa cooperadora entre Argentina China 



Néstor Restivo y yo explicamos por qué dedicamos un número a los escritores de Kunming.

Empezamos diciendo que los argentinos nos acercamos a China, algunos porque vemos la conveniencia de hacernos amigo del nuevo grandote o porque la relación entre Argentina China va creciendo, y otros porque buscamos el encuentro con una cultura distinta, que se nos presenta a través de sus diferencias (que llegamos a concebir como exóticas) y similitudes con nosotros (que nos hacen creer que somos iguales). 

Ese encuentro también nos hace abrir los ojos ante el modo en que otros resuelven los mismos problemas que tenemos nosotros; nos suscita, además, ideas y pensamientos que no nos aparecerían si no tuviéramos el encuentro, y finalmente, en el caso de China, el encuentro nos produce fascinación, porque China es un océano de tesoros intensos.

También dijimos que en el plano del intercambio literario, tanto China como Argentina, eligen los autores no en una relación directa, sino porque alcanzan un status de “universal”. Esto es, los chinos se interesan por Borges por la fama que tiene Borges en el bazar de los imperios coloniales, y los argentinos buscamos a Mo Yan porque ganó el premio Nobel. En tanto, nos desespera todo lo que se pierde, o sea todos los autores chinos y argentinos que argentinos y chinos no conocemos porque no están en la vidriera de Europa y Estados Unidos. Esto genera intentos de un intercambio directo, que tiene los desafíos del idioma, la desconfianza del público argentino de que los únicos autores chinos que puede conocer son los que permite la censura de China, y finalmente la enorme dificultad que plantea el colosal trabajo de hacer conocer un autor o una obra hasta generar el deseo del público de leerlos.



Finalmente, pasamos lista a quiénes asumen estos desafíos, empezando por el Estado chino, a través de sus editoriales y universidades, algunas editoriales argentinas (desde Continente hasta Cecilia Hidalgo y Corregidor) y el heroico esfuerzo personal, muestra de lo cual son Guillermo Bravo y Manuel Grande. 

En esta gesta es que se enmarca la edición de un número especial de DangDai dedicada a escritores de una región de China. DangDai les ofrece su soporte, su distribución, su prestigio ganado lo largo de 12 años y su público.

Anoche colocamos un ladrillo más en el puente que vamos construyendo para conectar las culturas de Argentina y China.





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