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martes, 3 de septiembre de 2024

La consciencia del profesor Kant

El profesor Kant abandonó el mundo exterior y se encerró en su casa. Allí dentro, donde permanecía solo día tras día, cualquier dolor, el mínimo malestar, el que para cualquiera es desapercibido, para él eran las garras de la muerte. 

Sabía que nadie podía salvarlo.

La muerte que sentía aparecer le causaba espanto intelectual y pánico animal, el de la bestia que ve peligrar su vida.

Entonces su conciencia huía, se evaporaba, se le disipaba como un humo que flota en un ambiente cerrado cuando un ventarrón abre la ventana y sopla con violencia en el interior.


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