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lunes, 25 de noviembre de 2024

COYUNTURA - El Juego del Sapo

¿Qué Alma Bella se cree uno que es, que no se tiene que tragar un sapo?


Desde 2007 el juego se llama Tragate un Sapo para que no te Trague el Sapo de la Oligarquía.

En el 2007 nos tragamos el Sapo Cobos como vice.

En el 2015 nos tragamos el Sapo Scioli, Sapo del tamaño de una pelota de básquet.

En el 2019 nos tragamos el Sapo Alberto.

En el 2023 nos tragamos el Sapo Massa.


Los actores son: los Dirigentes del Campo Popular, sus Adeptos y la Oligarquía.


Hoy la Oligarquía nos está masticando a los Adeptos con la boca abierta, mientras se carcajea.


Los Adeptos estamos atónitos porque los Dirigentes del Campo Popular parecen haberse exiliado en Moldavia.


Entre los Adeptos hay intelectuales y periodistas que militan reaccionando, aunque lo único que les sale es repetir su indignación y hablar de Milei.

Sólo hablan de Milei.

Están hipnotizados con Milei.

Están fascinados contra Milei.

Da la impresión de que si les sacaran a Milei, desaparecerían.


Si miraran otros asuntos de la realidad, por ejemplo, quiénes somos los Adeptos, quizás podrían explicar algo que me sucedió.




Un amigo presentó un libro en un centro cultural que es un santuario del Peronismo Kirchnerismo Campo Popular Progresismo Izquierda Latinoamericanista.

Fui en bicicleta. Cuando quise entrar con la bicicleta me dijeron “no, compañero, no se puede con la bici. Tiene que dejarla afuera”.

Le dije que tengo miedo de que me la roben si la dejo en la calle, porque no puedo comprarme otra, y le hice ver que el salón era gigantesco, y que luego había otros pasillos, patios y salones.

— No, no se puede.

— ¿Qué te pasa?

— No se puede.

— ¿Por qué?

— Porque va a haber otra actividad y se va a llenar mucho de gente, y la bicicleta va a entorpecer la circulación.

— Pero cuando termine esta actividad yo me la llevo.

— No se puede compañero.

Para eso momento, eran tres que me decían que “no se puede compañero”.

— ¿Por qué usás el impersonal, ese no “se” puede? ¿Por qué no asumís que no me dejás vos?

— Son las reglas.

— Obediencia debida, querés decir.


Eran tres jóvenes, entre Adeptos y Dirigentes del Campo Popular.

Eran Adeptos, pero tenían poder, y entonces eran Dirigentes.

Eran Adeptos que, al tener poder, los usaban contra otro Adepto.


Durante la presentación del libro el gigantesco salón tenía lugar para mil bicicletas. Y cuando terminó, no hubo ninguna otra actividad. 

Además, me habían mentido.


Los Adeptos con poder se comportaron como burócratas, usando la cuota de poder que tenían en contra de alguien para quien supuestamente militaban.


No veo cómo vamos a evitar que nos sigan masticando mientras nos mantengamos así.



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