Creo que si alguien está triste, la primera onda que se le puede tirar es recibir la tristeza. Acompañar. Ayudar a esa persona a atravesar todo el camino de la tristeza. En ese camino, uno puede comprender por qué el otro está triste. Con el tiempo, si el otro pide consejo y si uno tiene algo para decir que cree útil sólo para el otro, entonces sí, aconsejar.
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