Aquella era una unión de otro universo.
Sus pulsos compartieron al nacer, una sangre que plop, misma arteria.
Una molécula desprendida.
Dos cuerpos remachados. Iban a morir en carne viva.
Sangre tierna para dos muertos de sed
*. *. *.
Nunca seré nuevamente tan feliz así.
Gisela Ant-Man.
* * *
“Estoy esperando un viento que abra suavemente los pliegues de estas aguas”
Adrianne Rica
* * *
No soy pez en esta agua.
Soy un pájaro ahogado en las escamas de una manada de leones.
¿Si fueras animal, qué humano serías?
* * *
Encuentro inesperado
Somos sumamente corteses el uno con el otro,
decimos: qué agradable encontrarnos después de tantos años.
Nuestros tigres beben leche,
Nuestros halcones van a pie.
Nuestros tiburones se ahogan en el agua.
Nuestros lobos bostezan frente a jaulas abiertas.
Nuestras víboras se quedaron sin relámpagos,
los monos sin inspiración, y los pavos reales sin plumas.
Los murciélagos renunciaron a nuestros cabellos tiempo ha.
Sucumbimos al silencio sin acabar la frase,
sonreimos, sin recursos.
Nuestros humanos
No saben qué decirse.
Wislawa Szymborska
* * *
Lo mismo con 'el alma', palabra-acertijo.
De momento concluyo que es un tipo de niebla,
en teoría más duradera que los organismos mortales.
Sin embargo, mi mayor problema es la palabra 'soy'.
Tiene la apariencia de una acción común,
realizada de forma general, pero no colectiva,
en un antetiempo presente,
de aspecto imperfectivo,
si bien, como se sabe, ya hace mucho perfectivo”.
“Confesiones de una máquina lectora”, Wislawa Szymborska
Querer ir más allá del mar
es el mar
Susana Villalba
* * *
He querido establecer el derecho de atreverme a todo.
Paul Gauguin.
* * *
/ apagabas el sol
Para dormirme /
Juan Gelman a su madre.
* * *
"No tengo miedo ni al calendario ni a las grandes ráfagas de lluvias que caen. Porque yo también soy la oscuridad de la noche".
Clarice Lispector
* * *
“No sé si tiene sentido pero me digo cada vez: contá la historia de la gente como si cantaras en medio de un camino, despojate de toda pretensión y cantá, simplemente cantá con todo tu corazón: que nadie recuerde tu nombre sino esa vieja y historia sencilla”.
Haroldo Conti
* * *
“Lo que yo quiero contar es tan delicado como la propia vida. Y quisiera poder usar la delicia que también hay en mí junto con la rudeza de campesina que es lo que me salva.”
Clarice Lispector
* * *
Un loco en un taller me dijo: ésta que yo tengo es una locura que me hace cantar; yo digo,
¿alguno de todos los zombies que me hablan me haría coros?
* * *
Hay días que pasan de largo.
Otros hacen historia, marcan hitos, dejan trazados los mapas que deberá mirar cuando todo sea oscuro.
Hoy me alcanza.
* * *
Ahora Ofer tiene veinte años y aunque ya ha terminado el
servicio militar obligatorio, decide formar parte de una operación especial del
ejército, en contra de lo que quiere su madre. Orah acompaña a su hijo Ofer al
campamento y allí mismo toma una extraña decisión: mientras que su hijo esté en
combate recorrerá andando el territorio de Israel, no se quedará en casa
esperándolo. Pero claro, detrás de esta locura existe un motivo para que esta
mujer decida semejante cosa, el hecho es simple: se convence de que mientras
camine, ningún soldado israelí se presentará en su casa para anunciarle que su
hijo a muerto.
David Grossman, en La
vida entera
* * *
¿Lleva cada pájaro
un segmento
o todo el dibujo de la bandada?
¿O no saben
y lo que vuela
es la línea que los atraviesa
y emigra
emplumada
sin final?
Siempre se va en leyenda
una bandada
Nunca vuelve en sí
no tiene dónde
no es la misma la línea
cuando canta.
Leopoldo Castilla
* * *
...nem entendo aquilo que entendo: pois estou infinitamente
maior do que eu mesma, e não me alcanço.
Clarice Lispector
* * *
Es cierto
Es cierto que este mundo en que nos falta el aire
Sólo inspira en nosotros un asco manifiesto,
Un deseo de huir sin esperar ya nada,
Y no leemos más los títulos del diario.
Queremos regresar a la antigua morada
Donde el ala de un ángel cubría a nuestros padres,
Queremos recobrar esa moral extraña
Que hasta el postrer instante santifica la vida.
Queremos algo como una fidelidad,
Como una imbricación de dulces dependencias,
Algo que sobrepase la vida y la contenga;
No podemos vivir ya sin la eternidad.
(La poursuite du bonheur)
* * *
De tal modo me he desnudado de mi propio ser que existir es
vestirme. Sólo disfrazado es cuando soy yo. Y, en torno a mí, todos los ocasos
incógnitos doran, al morir, los paisajes que nunca veré.
Pessoa
* * *
EL CIELO SE ABRE
el cielo se abre para contener la cabeza y las manos
del hombre que sueña
él está muy cerca de los árboles
está muy cerca del silencio y de los días que hablan
constantemente
a veces del aire llegan unas luces violentas
son ríos que obligan a saludar de lejos y a cerrar
los postigos hasta que la noche pase
es demasiado tarde pero la edad ofrece siempre
espacios nuevos que puedes recorrer en
todas direcciones
espacios palpables y acompasados como los relojes
de pared
espacios que tú solías hundir en la fuente hasta el
fondo hasta el lecho donde el agua esconde
sus profecías su memoria de jornadas puras
espacios abiertos a la claridad del deseo
aquí las horas adquieren nuevas costumbres
en el interior de las horas el amor sonríe y arroja al
viento tus secretos
son episodios desconocidos que la boca de un
adolescente narra susurrando
cuando abro los brazos es que he llegado a una nueva
provincia del día situada junto al canto del gallo
y el ramaje de los árboles
el día con millones de ríos deja fluir sus manos hacia
todos los rincones del universo
en cualquier lugar puede encenderse la palabra que nos
permita ver entrar el corazón de la madera
en el mar de tu mano
extensión del instante bella confabulada
una voz todavía para que el aire deje libre los fuegos
del alba y otra vez para siempre sin nombre
la espera y el sueño se confundan
no diré tu nombre no me importa quedarme vacío
nuevamente después de haberte visto
deja al sueño subir y que él hable solamente
un país un país adonde llegan las luces del vaso y la
ventana y todo recomienza en el corazón y
en las manos
Edgar Bayley
* * *
Que tanto y tanto amor se pudra, oh dioses;
que se pierda
tanto increíble amor.
Que nada quede, amigos,
de esos mares de amor,
de estas verduras pobres de las eras
que las vacas devoran
lamiendo el otro lado del césped,
lanzando a nuestros pastos
las manadas de hidras y langostas
de sus lenguas calientes.
Como si el verde pasto celestial,
el mismo océano, salado como arenque,
hirvieran.
Que tanto y tanto amor
y tanto vuelo entre unos cuerpos
al abordaje apenas de su lecho se desplome.
Que una sola munición de estaño luminoso,
una bala pequeña,
un perdigón inocuo para un pato,
derrumbe al mismo tiempo todas las bandadas
y desgarre el cielo con sus plumas.
Que el oro mismo estalle sin motivo.
Que un amor capaz de convertir al sapo en rosa
se destroce.
Que tanto y tanto amor, una vez más, y tanto,
tanto imposible amor inexpresable,
nos vuelva tontos, monos sin sentido.
Que tanto amor queme sus naves
antes de llegar a tierra.
Es esto, dioses, poderosos amigos, perros,
niños, animales domésticos, señores,
lo que duele.
* * *
TRES POEMAS DE Wislawa
Szymborska AL HILO
Agradecimiento
Debo mucho
a quienes no amo.
El alivio con que acepto
que son más queridos por otro.
La alegría de no ser yo
el lobo de sus ovejas.
Estoy en paz con ellos
y en libertad con ellos,
yeso el amor ni puede darlo
ni sabe tomarlo.
No los espero
en un ir y venir de la ventana a la puerta.
Paciente
casi como un reloj de sol
entiendo
lo que el amor no entiende;
perdono
lo que el amor jamás perdonaría.
Desde el encuentro hasta la carta
no pasa una eternidad,
sino simplemente unos días o semanas.
Los viajes con ellos siempre son un éxito,
los conciertos son escuchados,
las catedrales visitadas,
los paisajes nítidos.
Y cuando nos separan
lejanos países
son países
bien conocidos en los mapas.
Es gracias a ellos
que yo vivo en tres dimensiones,
en un espacio no-lírico y no-retórico,
con un horizonte real por lo móvil.
Ni siquiera imaginan
cuánto hay en sus manos vacías.
"No les debo nada",
diría el amor
sobre este tema abierto.
* * *
Ambos están convencidos
de que los ha unido un sentimiento repentino.
Es hermosa esa seguridad,
pero la inseguridad es más hermosa.
Imaginan que como antes no se conocían
no había sucedido nada entre ellos.
Pero ¿qué decir de las calles, las escaleras, los pasillos
en los que hace tiempo podrían haberse cruzado?
Me gustaría preguntarles
si no recuerdan
-quizá un encuentro frente a frente
alguna vez en una puerta giratoria,
o algún "lo siento"
o el sonido de "se ha equivocado" en el teléfono-,
pero conozco su respuesta.
No recuerdan.
Se sorprenderían
de saber que ya hace mucho tiempo
que la casualidad juega con ellos,
una casualidad no del todo preparada
para convertirse en su destino,
que los acercaba y alejaba,
que se interponía en su camino
y que conteniendo la risa
se apartaba a un lado.
Hubo signos, señales,
pero qué hacer si no eran comprensibles.
¿No habrá revoloteado
una hoja de un hombro a otro
hace tres años
o incluso el último martes?
Hubo algo perdido y encontrado.
Quién sabe si alguna pelota
en los matorrales de la infancia.
Hubo picaportes y timbres
en los que un tacto
se sobrepuso a otro tacto.
Maletas, una junto a otra, en una consigna.
Quizá una cierta noche el mismo sueño
desaparecido inmediatamente después de despertar.
Todo principio
no es mas que una continuación,
y el libro de los acontecimientos
se encuentra siempre abierto a la mitad.
* * *
Descubrimiento
Creo en el gran descubrimiento.
Creo en el hombre que hará el descubrimiento.
Creo en el terror del hombre que hará el descubrimiento.
Creo en la palidez de su rostro,
la náusea, el sudor frío en su labio.
Creo en la quema de las notas,
quema hasta las cenizas,
quema hasta la última.
Creo en la dispersión de los números,
su dispersión sin remordimiento.
Creo en la rapidez del hombre,
la precisión de sus movimientos,
su libre albedrío irreprimido.
Creo en la destrucción de las tablillas,
el vertido de los líquidos,
la extinción del rayo.
Afirmo que todo funcionará
y que no será demasiado tarde,
y que las cosas se develarán en ausencia de testigos.
Nadie lo averiguará, no me cabe duda,
ni esposa ni muralla,
ni siquiera un pájaro, porque bien puede cantar.
Creo en la mano detenida,
creo en la carrera arruinada,
creo en la labor perdida de muchos años.
Creo en el secreto llevado a la tumba.
Para mí estas palabras se remontan por encima de las reglas.
No buscan apoyo en ejemplos de ninguna clase.
Mi fe es fuerte, ciega y sin ningún fundamento.
Wislawa Szymborska
* * *
La salvación
Me enamoré de ti cuando llorabas
a tu novio, molido por la muerte,
y eras como la estrella del terror
que iluminaba al mundo.
el mar interminable
oh deseo terrible que me hace oler tu olor
a muchacha lasciva y enlutada
detrás de los vestidos de todas las mujeres.
¿Por qué no fui feroz, por qué no te salvé
de lo turbio y perverso que exhalan los difuntos?
¿Por qué no te preñé como varón
aquella oscura noche de tormenta?
Gonzalo Rojas
* * *
Kafka le dijo al padre de Max Brod al pasar a su lado y
despertarlo sin querer de su siesta: por favor, considéreme un sueño...
* * *
Pueda mi corazón siempre estar abierto a los pequeños
pájaros que son los secretos de la vida
sea lo que sea lo que canten supera al conocimiento
y si los hombres pueden no escucharlos los hombres están
viejos
pueda mi mente pasear hambrienta
y sin miedo y sedienta y maleable
y pueda incluso equivocarme yo en domingo
cuando los hombres llegan a comprender ya no son jóvenes
y pueda yo mismo no hacer nada útil
y amarte mucho más que de verdad
no ha habido nadie tan loco que errara
sacándose de encima el cielo con una sonrisa
(E.E. Cummings)
* * *
A medianoche
Se abren puertas se descubren ventanas
Un fuego se enciende y me deslumbra
Todo se decide encuentro
... Criaturas que yo no he deseado.
He aquí el idiota que recibía cartas del exterior
He aquí el anillo precioso que él creía de plata
He aquí la mujer charlatana de cabellos blancos
He aquí la muchacha inmaterial
Incompleta y fea bañada de noche y de miseria
Cargada de absurdas plantas silvestres
Su desnudez su castidad sensibles de cualquier parte
He aquí el mar y barcos sobre mesas de juego
Un hombre libre otro hombre libre y es el mismo
Animales exaltados ante el miedo con máscara de barro
Muertos prisioneros locos todos los ausentes.
Pero tú por qué no estás aquí tú para despertarme
Paul Eluard
* * *
ANILLO
No el que lleva en esta detenida extensión
de tierra, sino el que vimos juntos
en aquella tiendecita de Oregón: ágata musgosa,
de un verde tan subido que negreaba en el aro de plata.
Difícil
de encontrar después, extraído de su mano
y vigilante. Pensando que sorprendería a su poder
con la traición, se lo regalé a un amigo nuestro que nunca
llevaba
anillos y necesitaba su suerte. Pero pronto supe,
no me preguntes cómo, que el anillo
yacía, junto a baratijas diversas, en un cajón. Le pedí
que me lo devolviera y, durante algún tiempo, lo llevé al
cuello, colgado
de una cadena. Pero resultaba extraño,
como un amuleto escolar: un recuerdo de amor para el que ya
estaba
mayor, y que había cambiado por el oro rosa
de las alianzas matrimoniales. ¿Dónde está ahora?
En algún abyecto lugar seguro.
Pero ¿dónde? Apartado. Pongo la casa patas arriba
buscándolo. Pero no lo encuentro. Es peor
que una maldición. Como la felicidad que malgastamos en
fuentes
con deseos equivocados. O la burla
azarosa de. la memoria, su embotada firma, tan casual
que me aplasta viva, y me creo lo que nunca me creo
de las verdaderas apariciones: que utiliza
mi deseo para venir a mí;
que mis sentidos están habitados, como el tronco
en cuyo interior se embute el oso
para hibernar; que la presencia en curso de los muertos
es volátil y sacramental. El viento al que
está unido ese muchacho, que corre con una cometa por
entre las tumbas, mirando a lo alto, pero manteniendo el
equilibrio,
como si introdujera el cielo en la tierra con
fría temeridad. Así que mi amor, muerto pero viviente,
asoma en el flujo de la memoria, de lo que su memoria
recordaría, igual que él es recordado
en una calle de Dragón, muerto viviente de amor,
con la extrañeza de la plata fría
ciñéndole el dedo de la mano recién creada.
Tess Gallagher
* * *
HUMILDAD
Traducción de Patricia Tejeda
¡Tanto que hacer!
libros que no se leen, cartas que no se escriben,
lenguas que no se aprenden,
amor que no se da,
todo cuanto se olvida.
Amigos entre adioses,
niños llorando en la tempestad,
ciudadanos firmando papeles, papeles, papeles...
Y los pájaros detrás de rejas y lluvias,
y los muertos em redomas de alcanfor.
(!Y una canción tan bella!)
!Tanto que hacer!
E hicimos apenas esto.
Y nunca supimos quiénes éramos
ni para qué.
* * *
A menudo un poeta se acusa y se calumnia,
exagera, por amor, su propio desamor,
exagera, para castigarse, su propia ingenuidad,
es puritano y tierno, duro y alejandrino.
Es incluso demasiado agudo en los análisis de los signos
de las herencias, de las supervivencias:
tiene también un pudor excesivo en concederles
algo a la razón y a la esperanza.
Pues bien, ¡ay de él! ¡No hay un instante
de vacilación: basta con mencionarlo!
P.P. Pasolini
* * *
“Escribiendo comprendo. A veces tengo la sensación de que
escribo por simple curiosidad intensa. Es que, al escribir yo me doy las más
inesperadas sorpresas. Es en la hora de escribir que muchas veces me vuelvo
consciente de cosas que no sabía que sabía.”
"Fijo instantes repentinos que traen consigo su propia
muerte y otros nacen; fijo los instantes de metamorfosis y su secuencia y su
concomitancia son de una terrible belleza."
"Hay muchas cosas por decir que no sé cómo decir. Me
faltan las palabras. Pero me niego a inventar otras nuevas. Las que ya existen
deben decir lo que se consigue decir y lo que está prohibido. Y lo que está
prohibido lo adivino. Si hubiese fuerza. Más allá del pensamiento no hay
palabras: se es. Mi pintura no tiene palabras: está más allá del pensamiento.
En ese terreno del se es soy puro éxtasis cristalino. Se es. Me soy. Tú te
eres."
"Entonces escribir es la manera de quien usa la palabra
como un cebo, la palabra que pesca lo que no es palabra. Cuando esa no-palabra
–la entrelínea- muerde el cebo, algo se ha escrito.”
Clarice Lispector
* * *
en algún lugar por donde nunca anduve, felizmente más allá
de toda experiencia, tus ojos tienen ese silencio:
en tu gesto más frágil hay cosas que me abarcan
o que no puedo tocar porque están demasiado próximas
tu más leve mirada me abrirá fácilmente
aunque me haya cerrado como dedos,
me abres siempre pétalo por pétalo como la Primavera abre
(tocando diestra y misteriosamente) su primera rosa
o si es tu deseo cerrarme, yo y
mi vida nos cerraremos muy bellamente, súbitamente,
como cuando el corazón de esta flor imagina
la nieve cayendo esmeradamente en todas partes;
nada que hayamos de percibir en este mundo iguala
la fuerza de tu intensa fragilidad, cuyo tejido
me somete con el color de sus países,
rindiendo muerte y para siempre con cada latido
(yo no sé qué hay en ti que se cierra
y abre; sólo algo en mí entiende
la voz de tus ojos es más profunda que todas las rosas)
nadie, ni siquiera la lluvia, tiene manos tan pequeñas
e.e.cummings
* * *
Así pasaba el tiempo para esta chica. Se sonaba la nariz en
el dobladillo de la enagua. No tenía esa cosa delicada que se llama encanto.
Sólo yo la veo encantadora. Sólo yo, su autor, la amo. Sufro por ella. Y sólo
yo puedo decirle así: "¿Qué habrá que me pidas llorando y yo no te dé
cantando?" Esa muchacha no sabía que ella era lo que era, tal como un
cachorro no sabe que es cachorro. Por eso no se sentía infeliz. Lo único que
quería era vivir. No sabía para qué, no se lo preguntaba. Quien sabe, tal vez
encontraba que había una ínfima gloria en vivir. Pensaba que una persona está
obligada a ser feliz. De modo que lo era. ¿Antes de nacer ella era una idea?
¿Antes de nacer estaba muerta? ¿Y después de nacer iba a morir? Pero qué fina
tajada de sandía.
C.Lispector
* * *
Es extraño, pero tú tienes un presentimiento de lo que
quiero decirte. Así por ejemplo, me dijiste hace poco: "Yo siempre te he
querido, aunque no como ellos". Ahora bien, padre: yo en verdad nunca dudé
de tu bondad para conmigo pero no me parece que tu observación sea exacta. Tú
no sabes fingir, eso es cierto, pero si pretendes, sólo por esa razón, afirmar
que los otros padres fingen, se trata, o bien de simple terquedad, imposible de
discutir, o bien de una expresión encubierta de que hay algo que no anda bien
entre nosotros, y que tú contribuyes a causar, aunque sin culpa. Si realmente
es ésa tu opinión, estamos de acuerdo.
Franz Kafka
* * *
El enorme miedo me penetraba toda. Vuelta dentro de mí, como
un ciego ausculta su propia atención, por primera vez me sentía toda obligada
por un instinto. Me estremecí de un gozo extremo, como si finalmente estuviese
observando la grandeza de un instinto que era malvado, total e infinitamente
dulce -como si finalmente experimentase, y en mí misma, una grandeza mayor que
yo. Me embriagaba por primera vez de un odio tan límpido como el de una fuente,
me embriagaba con el deseo, justificado o no, de matar.
Clarice Lispector
* * *
En suspenso, Tristan Tzara
abrir un ojo nuevo en tanta muerta claridad
donde clamores sin anhelos se enternecen al esperarte
fulgor de los rudos charcos otoñales
al pie del muro friable
cuántas veces cerca de los escalofríos maduros
en la cabecera del sol y de las voces masculinas
todas las velas desplegadas —¿no has?— maravillosa
de los sueños en bolina perdido la razón
tantas confesiones han envejecido en la sorda pereza
sobre las cabelleras flotantes de fósforo
y más lejos que las colmenas de las hojas vivas de hierro
se enlazan las contusiones de las suntuosas canteras
sin otra alegría que la que está al acecho de las estaciones
que del reintegro carnal hace vivir las vendimias
divirtiéndose a través de los tragaluces luminosos
bajo risas nuevas que quieren huir en secreto
era el viento que rompe la madera
y el amor no sabía sostenerse
ni las lágrimas sabían decirlo todo
ni forjarse un fervor de clarividencia —en aquel tiempo
cazador de caminos
* * *
FUI AL RÍO...
Fui al río, y lo sentía
cerca de mí, enfrente de mí.
Las ramas tenían voces
que no llegaban hasta mí.
La corriente decía
cosas que no entendía.
Me angustiaba casi.
Quería comprenderlo,
sentir qué decía el cielo vago y pálido en él
con sus primeras sílabas alargadas,
pero no podía.
Regresaba
-¿Era yo el que regresaba?-
en la angustia vaga
de sentirme solo entre las cosas últimas y secretas.
De pronto sentí el río en mí,
corría en mí
con sus orillas trémulas de señas,
con sus hondos reflejos apenas estrellados.
Corría el río en mí con sus ramajes.
Era yo un río en el anochecer,
y suspiraban en mí los árboles,
y el sendero y las hierbas se apagaban en mí.
Me atravesaba un río, me atravesaba un río.
Juan L. Ortiz
* * *
“No sé que es un libro. Nadie lo sabe. Pero cuando hay uno,
lo sabemos. Y cuando no hay nada, lo sabemos como sabemos que existimos, no
muertos todavía.”
Marguerite Duras
* * *
Nosotros amamos la vida cuando hallamos un camino hacia
ella,
bailamos entre dos mártires y erigimos entre ellos un
alminar de violetas o una palmera.
Nosotros amamos la vida cuando hallamos un camino hacia
ella.
Robamos un hilo al gusano de seda para construir nuestro
cielo y concluir este éxodo.
Abrimos la puerta del jardín para que el jazmín salga a las
calles cual hermosa mañana.
Nosotros amamos la vida cuando hallamos un camino hacia
ella.
Allá donde estemos, cultivamos plantas que crecen deprisa y
recogemos mártires.
Soplamos en la flauta el color de la lejanía, dibujamos un
relincho en el polvo del camino
y escribimos nuestros nombres piedra tras piedra. ¡Oh,
relámpago!
Ilumina para nosotros la noche, ilumínala un poco.
Nosotros amamos la vida cuando hallamos un camino hacia
ella.
Mahmud Darwish
* * *
Esa telegrafía mide con la matemática «à la satane»
los lugares sensiblemente musicales
en mi cuerpo.
Un ángel construido con el deseo del amor
muere y resucita en las letras
en las cuales viajo-
Versión de Javier
Tubía
* * *
Sí, mi amiga, estamos bien, pero tiemblo
a pesar de esas llamas dulces contra junio…
Estamos bien… sí…
Miro una danzarina en su martirio, es cierto,
con los locos brazos, ay, negando la ceniza
y el crepúsculo íntimo…
Estamos bien… Cummings que se va, muy pálido,
al país que nunca ha recorrido,
mientras Debussy enciende el suyo, submarino…
Estamos bien… Pero tiemblo, mi amiga, de la lluvia
que trae más agudamente aún la noche
para las preguntas que se han tendido como ramas
a lo largo de la pesadilla de la luz,
con la vara que sabes y la arpillera que sabes,
en las puertas mismas, quizás, de la poesía y de la música…
Estamos bien, sí mi amiga, pero tiemblo de un crimen…
Cuándo, cuándo, mi amiga, junto a las mismas bailarinas del
fuego,
cuándo, cuándo, el amor no tendrá frío?
Juan L. Ortiz
* * *
Vagabundo
En ninguna
parte
de la tierra
me puedo
arraigar
A cada
nuevo
clima
que encuentro
descubro
desfalleciente
que
una vez
ya le estuve
habituado
Y me separo siempre
extranjero
Naciendo
tornado de épocas demasiado
vividas
Gozar un solo
minuto de vida
inicial
Busco un
país inocente
Ungaretti
* * *
El cansancio
El cansancio. De nuevo, el
cansancio. El esfuerzo por
sobrevivir. Reiterado
Observar las nubes.
Dentro.
Barrer.
Dentro.
Elegir quedar.
Toda
nube
lleva una trayectoria. Asumir
la trayectoria. Imposible
barrer todo siempre. Está el
cansancio.
Aunque también el de
las trayectorias. De ver pasar las nubes.
También ese cansancio.
Entonces,
por un momento, ahora.
Sin voluntad. Y casi está bien.
Hasta pensar el estar bien y convertirlo
en nube. En trayectoria.
De "Hilos" 2007. Chantal Maillard
* * *
Entre tus brazos
entre mis brazos
entre las blandas sábanas
entre la noche
tiernos
solos
feroces
entre la sombra
entre las horas
entre
un antes y un después.
Idea Vilariño
* * *
Hoy he acabado el lienzo del que te hablé; líneas redondas
que se entrecruzan con trazos finos y negros, y tú, que tienes la costumbre de
querer saber por qué -el porqué no me interesa, la causa es la materia del
pasado- te preguntarás ¿por qué los trazos negros y finos? Es por el mismo
secreto que me hace escribir ahora como si fuese a ti, escribo redondo,
enmarañado y tibio, pero a veces frío como los instantes frescos, agua del
arroyo que tiembla siempre por sí misma. ¿Lo que he pintado en esa tela es susceptible
de ser fraseado? Tanto como la palabra muda pueda estar implícita en el sonido
musical.[...]
En Agua Viva, de Clarice
Lispector
* * *
El amanecido reúne poemas nacidos en esos momentos en los
que uno puede descubrirse como “amanecido”, en la sospecha exacta entre el fin
de la noche y el principio del día. ¿Tiene Castilla un método, un lugar, un
estado, que lo invite especialmente a la escritura?
Nunca se sabrá cuál es el camino de energía que une al
hombre con esa dimensión extraña, pero física, que es la poesía. Es como esos
vientos que barren grandes espacios y juntan los residuos en un solo rincón.
Una especie de donación de enormes latitudes, reales y metafísicas, que, de
golpe, son recibidas por un poeta atónito. El azar y la búsqueda manejan esa
baraja. Yo personalmente he escrito lo que pude donde sea y como sea, más
agradecido a la dádiva de ese golpe fortuito de la emoción o la revelación que
a las condiciones objetivas. Eso sí, no hay vez que vaya a llover que no se me
vuele el cablerío. Será la carga de ozono en el aire, o, simplemente, la visita
de la lluvia que como vos sabés es un hecho bastante sobrenatural.
Leopoldo “Teuco” Castilla como viajero. De dónde el impulso,
cómo y por qué a lugares como Egipto, Katmandú, Vietnam. Vicente Muleiro, en la
presentación de El amanecido dijo que el Teuco de todos lados se trae un libro.
Por ejemplo, ¿ver el cementerio habitado en las afueras de El Cairo se hizo
marca en Castilla y luego fue parte, inevitable, de su libro de Egipto?
El viajar me viene de la infancia. Más que el viaje, la
aventura. Si supieras las veces que por irresponsable casi pierdo el cuero, los
versos y el camino de una sola vez. Pero es hermoso. Uno, porque quien no se da
cuenta de que sólo tiene esta oportunidad para ver el planeta donde ha
aparecido. Tanta maravilla, más de la que creas que podés imaginar muy
sentadito en el umbral, y dos, a la poesía también hay que ir a buscarla, no
sólo aguardar que te venga. Aún así, un hombre en el camino no es más, ni
menos, que un hombre quieto en su lugar. Cada uno se pierde una parte o un don
del otro. Hay también en el viaje el hecho de conocer con el cuerpo. Entonces
comprendés cuanta estupidez sustenta a los racistas, que son tales porque
fundamentalmente son ignorantes, venimos de una misma madre africana y no
conozco a nadie que haya hecho un doctorado para nacer blanco, amarillo o
negro. Cuanta liviandad a los prejuicios sobre los otros pueblos, que siempre
son conmovedores y maravillosos. Yo quisiera poder terminar de devolverle a ese
planeta, con mis poemas, su memoria en la mía. Tanta hermosura que estamos
destruyendo.
* * *
" Había captado
el instante a partir del cual la luz, habiendo tropezado con un acontecimiento
verdadero, iba a apresurarse hacia su fin. Ya llega, me dije, el fin viene,
algo sucede, el fin comienza. Estaba embargado por la alegria.
M Blanchot
* * *
Puedo hablar y escuchar la luz
y el color de la piel amada
y enemiga y cercana.
Paco Urondo
* * *
El templo y sus caminos
Una tinieblas que prometen y a veces amenazan abrirse. Y es difícil
creer que quien recorre tal camino no se vea acometido por el tempor y un
temblor casi paralizantes. Es la luz de un viaje más bien extrahumano, que el
hombre emprendía asomándose al lado dé allá, a ese lado al cual se supuso, cada
vez con mayor ligereza, que sólo se asoman los místicos. Es la luz que se
vislumbra y la luz que acecha, la luz que hiere. La luz que acecha en la
inmensidad de un horizonte donde perderse parece inevitable, y que hiere con un
rayo que despierta más allá de lo sostenible, llamando a la completa vigilia,
ésa donde la mente se incendiaría toda.
Zambrano, M.:
"La respuesta de la Filosofía", en Los bienaventurados, Madrid,
Ed.
Siruela,
1990, pp. 80-81
* * *
“Lo que te escribo no llega suavemente, subiendo poco a poco
hasta un auge para después ir muriendo mansamente. No, lo que te escribo es de
fuego, como ojos en llamas”
C. Lispector
* * *
Para ella el acto tranquilo
los poros sabios el sexo libre
la espera no muy lenta los lamentos no muy largos
la ausencia
al servicio de la presencia
algunos jirones de azul en la cabeza los vuelcos
del corazón
al fin muertos
toda la tardía gracia de una lluvia interrumpida
al caer una noche
de agosto
para ella vacía
él puro
de amor.
S. Beckett
* * *
El hombre
cae
hasta perder su nombre
el futuro no alcanza
la velocidad de la sangre.
En el salto
sólo el salto es alguien.
Leopoldo Castilla
* * *
Algo de tenue salvación
tiene la imagen
el hombre que bebe del arroyo
como de la piel de una mujer
no podrá regresar nunca.
El agua dice que se va.
Y vuelve.
El agua sabe que el hombre es agua oculta
se parece
se parece
ella lo toca
y él que la llovizna
ella lo lleva
y él que la marea.
La imprecisión
ama.
Van a deshacerse.
Ocurre
cuando
la semejanza
se desea.
Leopoldo Castilla,
Salteño
* * *
Poemaria Polaca recomienda especialmente Peter
Handke
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Ardo con la
fiebre
de este torrente de luz
Doy la bienvenida a este
día como
a dulcificante fruta
Esta noche
sentiré
remordimiento como un
alarido
perdido en el
desierto
Ungaretti, en
Versión de Rafael Díaz Borbón
***
Los niños
-Entre una y otra sábana o, aún más rápido que eso, en un
mordisco,
nos hicieron desnudos y saltamos al aire ya feamente viejos,
sin alas, con la arruga de la tierra.
De Contra la muerte, 1964. Gonzalo Rojas, Chileno.
***
Los pasos perdidos
Antes fue una luz
en mi lenguaje nacido
a pocos pasos del amor.
Alejandra Pizarnik
***
No son las palabras las salvajes
es el silencio, con sus miles de palabras innombrables
Malú Urriola
***
Madre, madre,
vuelve a erigir la casa y bordemos la historia.
Vuelve a contar mi vida.
Olga Orozco
Que bien esta elección de poemas. Bravo no había visto. No son polacos.
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