En BA hay una campaña putista y una contrampaña antiputista fabulosas. La primera la hacen los pibes de los comisarios cafishios: van con un pote de plasticola, pegando filas kilométricas de volantitos de $5 bucal en teléfonos públicos (tal el destino final de los teléfonos públicos), y detrás vienen señores y señoras de dos vertientes, una judía y otra católica, que con santa indignación se dedican a arrancar los susodichos $5 bucal. Se persiguen unos a otros, tratando de no coincidir. Una vez vi a un pibe frenético pegador tres metros delante de una señora de furia despegadora.
Ah, da para comentar largo y tendido...
ResponderEliminarHace no mucho leí en un periodico barrial la historia de Margarita, de Constitución, una señora a quien le secuestraron la hija para seguramente prostituírla. La mujer reconocía que cometío el error de darle una nota a Clarín. ¿Cómo se la iba a dar a ellos, que ganan (ganaban) una millonada por sus avisos en el rubro 59?
Terminaba diciendo que hay que concientizar a los hombres de que cuando van a un prostíbulo, están violando a una menor secuestrada. Me acordé de todo esto porque hablaba justamente de los volantitos en los teléfonos: "Señores padres, si ustedes quieren saber qué fue de sus hijas, llamen a esos números".
Cierto, Maia, cuesta ser concluyente con temas que tienen la edad de la Humanidad. Anteayer el sindicato de las putas estuvo protestando en Córdoba por esto, explicando que no debe confundirse el "trabajo sexual" con la "trata y la esclavitud".
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