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viernes, 18 de enero de 2013

Piona


Dende muy gurisita 
se te gana en la ropa y en el cuero 
ese tufo emperrao de las cocinas 
qu'es mestura de hoyín, de humo y de sebo, 
y atrás del que anda siempre'l macherío 
como perrada hambrienta atrás de un güeso. 

No bien los catorce años 
t'encarosan los pechos 
y la naciente redondés de'l'anca 
t'enyena el vestidito'e percal viejo, 
ya el algariao patrón, o el mayordomo, 
andan buscando ande tumbar tu cuerpo. 

Y en cuanto t'hincha el vientre'l primer hijo, 
ya se cren con derecho 
a un lugar en tu catre y en tu carne 
hasta los pobres piones galponeros, 
porque vos, infelís, sos en el campo 
láunica cosa que no tiene dueño. 

Cuasi no hay año que no echés al mundo 
un gurí rubio, amulatao o negro.

Uno aquí y otro ayá, por las estancias 
-pelusa'e cardo qu'esparrama el viento-, 
esos hijos sin padre se te quedan, 
mientras vos ves gastarse tu deseo 
de ajuntarlos un día 
en un rancho con sol, alegre y nuevo. 

Y así vas, de hombre en hombre, 
de cocina en cocina envejeciendo, 
hasta qu'inútil ya, descangayada, 
sin servir pal fregón ni pa los besos, 
terminás cuasi siempre tu esistencia 
cebando mate'n un quilombo'e pueblo!










Escuché este poema cuando tenía 8 años, recitado por Jorge CafruneEs un muy buen poema de Serafín García (el llamó a poemas como este tacuruses) al que debí quitarle tres versos que lo arruinaban.