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lunes, 28 de abril de 2014

Muestra Tres Miradas sobre China






En nuestra cultura tenemos el concepto de Cuna de la Civilización.
A veces nos preguntamos si ese concepto es producto de un ancestral marketing cultural o si lugares como Tikal, Biblos o Atenas son realmente manantiales de la Humanidad urbana.
En tal caso, interesarían dos cuestiones. Primero, que en algún sentido, esos centros originarios aún están vivos, en tanto siguen nutriendo nuestras culturas.
Segundo, por qué. O sea, qué pasó allí, que aún sigue gravitando y alimentando a las personas del siglo XXI.

En un repaso de Xian desde la época en que la ciudad fue centro político, cultural y económico durante la dinastía hasta el presente en que los shopping mall alcanzan grandes dimensiones, la profesora Huang Nan hace un recorrido por templos, murallas, portales y otros espacios de esta ciudad que fue emisora de la cultural china por toda Asia Pacífico.

La arquitecta Andrea Pappier presenta Shanghai en un caleidoscopio de imágenes que tomó en sus visitas. La ciudad aparece en la literatura y el cine, los relatos visuales que brindan sus museos, su arquitectura y arte contemporáneo, y también en sus publicidades y marcas comerciales.

Beijing es motivo de que Hernán Maldonado despliegue una fascinante ontología arquitectónica que encontró un poder creador en la tensión dentro de los espacios públicos, a la vez masivos y generadores de intimidad, y entre las obras milenarias y las modernas. En estas imágenes se trama una imagen de Beijing que integra la escala de cruda humanidad en los hutongs y la escala descomunal de un enorme repertorio de edificios singulares hasta lo emblemático.


Gustavo Ng


 Del 29 de abril al 9 de mayo, en la Universidad de Palermo, Jean Jaurés 932

sábado, 26 de abril de 2014

Sidney Waterman

Cómo se mantiene un personaje a través del regodeo en lo que todos conocemos:


    ¿Creés que voy a hacer algo así porque es excitante? Lo más excitante que hice en mi vida fue cenar sin que me doliera el estómago.


    ¿Sabés nadar?
    Por supuesto que no, no entiendo por qué preguntas. Los anteojos se me van al fondo de la piscina.

Woody Allen en Scoop.




Talentos


"Chinito, mirá, tenemos más de 50 años. Si a esta altura no han tenido la habilidad de descubrir que somos los genios que vos y yo sabemos que somos, podríamos mandarlos a todos la mierda y pasar a la siguiente etapa, ¿te parece?"





viernes, 25 de abril de 2014

Patagonia Run, la carrera de Gaby Azcárate, entre Amy Sproston y los mapuches que vuelan



No conozco muchas mujeres con energía más impecable que la de Gaby. Se lanza a organizar una serie de carreras, maratones y ultramaratones por las montañas de los alrededores de San Martín de los Andes, bordeando la Cordillera, todas el mismo día, la más corta de 10 kilómetros, la más desafiante de 100 kilómetros, como quien invita a un té.
Llegan 2500 personas, de Argentina, de Chile, Brasil y desde países remotos. Las cosas se complican hasta lo tortuoso, incluido un paro general el día anterior. Gaby no se crispa, no patea al piso, no levanta la voz una sola vez, no tiene ni un mínimo gesto de descortesía. Va salvando obstáculo tras obstáculo, anima al equipo, hace fluir el evento como el five-o'clock-tea.
Y todo sale perfecto. Liso, como las aguas del lago Lácar cuando hace mucho que no sopla el viento.
Los corredores de los 100 kilómetros parten poco después de la medianoche. Son más de 300. Harán en la oscuridad el camino que los demás verán de día, por bosques, por laderas con nieve en el piso y estrellas en el cielo, cruzando arroyos, trotando sobre las rocas eternas de los Andes, oliendo el aire que el planeta tenía hace un millón de años.
Amy Sproston, la norteamericana que gana los 100 kilómetros, dijo que amaba ver cómo el mundo se iluminaba mientras ella corría. No es cualquier norteamericana. Durante varios años hizo trabajo humanitario en Paraguay. Habla español y guaraní.
Su compañero de podio en el primer puesto de la ultramaratón es el descendiente de mapuches Sergio Trecaman. Los chasquis que volaban por el techo de la Cordillera viven en su fibra invencible. Es un hombre que trabaja en un aserradero en Esquel.
La maratón es ganada de modo brillante por otro joven chasqui del siglo XXI, muy jovencito, apenas tiene edad para correr. Sergio Pereira le saca 18 minutos al segundo. Y es su primera maratón. Cuando cruza la meta se tira a la tierra y luego, sin poder parar de llorar, va a abrazarse con su papá. Gaby Azcárate está cerca, mirándolo con una sonrisa de satisfacción angelical.





El lago Lácar.


Las nubes se retiran con pereza a la mañana.


La tensión en las gateras.


La tensión en movimiento en la largada.




Parada para hidratarse.

El vapor glorioso del cuerpo que atraviesa la montaña en el frío.

Otra vez en camino.





Amy Sporston. Ante todo, corre. Tiene el excelente blog
Just Another Goat.




Sergio Pereira, 18 años, albañil.









Los corredores han visto desde el aire a San Martín de los Andes,
pueblito perfecto.








El 2015 está acá a la vuelta.




Gaby (foto robada de su perfil de fb)



Vibra en el subte



El subte venía con una densidad de 654h6r57086t608t=(r9750b(%·/9865 personas sobre milímetro cuadrado. Algo me vibró en el dorso de la mano. Era que la tenía apretada contra alguien que tenía el celular en un bolsillo de una campera, o una mochila, o vaya a saber, y el celular se puso a vibrar. Casi se lo atiendo.





miércoles, 23 de abril de 2014

A mi madre le gusta

El humor negro de mi madre es impecable.

Resulta que tiene facebook. Mi hermana me dice que cuando tiene alguien que le maneje la notebook, chusmea.


Nunca aporta. Pero ayer le puso un ME GUSTA a esta foto.





PS: La imagen me la mandó mi sobrino Gastón, criado por... mi madre.


Gracias por TODO TODE





Primer encuentro de pintura con Tode.

Gracias Tode por el espacio. Una maestra. Un verdadero maestro no te da, provoca que des.

Gracias Vic por Tode.


Gracias Lo Yuao por los pasteles.



lunes, 21 de abril de 2014

Consejo para Anabelén


Es el consejo que quisiera que alguien me diera.

Tenés que hacer lo que te guste mucho mucho hacer, un poquito rumbeando para donde hay plata.

Por ejemplo, si la guita está para aquel lado, hacé lo que te gusta mucho mucho hacer para ese lado, no para el OTRO lado, ¿sentiende?


Y si para el camino necesitás unos mangos, trabajás de moza.



Somewehere over the trash Rainbow


Si yo fuera músico haría una versión trash de Somewehere over the Rainbow. Puedo escucharla en mi cabeza, puedo hacerle arreglos, escucho la voz del cantante, las guitarras, todos los instrumentos.

En cuanto pueda pedir tres deseos, pediré reencarnar en un músico, que ese músico aún guarde este deseo y que haga la dichosa versión.



Un poco de respeto por la caca de los perros


Los perros saben todo de los demás por sus excrementos. Observándolos, oliéndolos, degustándolos pueden averiguar el sexo, el tamaño, el estado de ánimo, la identidad, etc., de sus autores. En los excrementos hay mucha más información de la que los hombres pueden decodificar y que es vital para los perros.
En un sorete, el perro Pirulo, le dijo a los humanos:

“Ustedes inventaron, se pusieron a inventar, una manera de comunicarse ridículamente rebuscada. Con eso de las palabras, además escritas, además envueltas en un barullo tecnológico, no hacen más que sembrar malentendidos. Es un sistema artificioso, innecesariamente complejo e ineficaz.
“Y ahora, encima, se les ha dado por borrar fanáticamente nuestro sistema de comunicación. Andan urgidos con la bolsita en la mano, esperando que uno termine.
“He ahí la gran contribución de la Humanidad: borrar a los demás para instalar una porquería.
“No nos dejan hablar en paz ni nos dejan cagar tranquilos.”







Derrape en un retrato de Mo Yan hacia mi viejo


Podría ser, me pregunto, o digo, que un hombre le pida disculpas a otro, durante toda su vida.

Un día hice un retrato del escritor Mo Yan. Cuando lo hube acabado, apareció la cara de mi viejo.



















domingo, 20 de abril de 2014

Tensión entre acá y allá


En 1989 sentía que tenía el mundo entero para ir. Estaba disconforme porque no se iba de acá.

En el 2002 se fue a vivir a España. El primer tiempo fue muy feliz, pero luego se fue decepcionando y al fin vivía allí bastante infeliz. Tenso porque no estaba en otro lugar, básicamente acá.

Hace tres años volvió. No está conforme. Los años que pasó en Vigo, pese al vacío que acabó agobiándolo, se le metieron bajo la piel y ahora se siente partido al medio. Lo tensa no estar allá.



Tregua



Aún nos queda el refugio de una vida intensa unos días, entregar la mente, los riñones y los dedos en una misión; un paréntesis en que nos consumimos hasta la última chispa de energía y así, sin quererlo ni saberlo, somos eternos.


Siempre está abierta la brecha para entrar allí.


Entró en los mapas de la muerte


Si quisiera agradecerle a García Márquez algunas cosas que escribió, mejor lo hubiera hecho antes de que muriera.

Hablé con él una vez dos palabras. Me pareció un fanfarrón latinoamericano, de esos que necesitan mostrar todo el tiempo que tienen una gran poronga. Pero fueron dos palabras.

Si le hubiera agradecido creo que le habría mencionado la sintonía que sentía mi madre entre su imaginación y la fantasía de la superstición que a ella la hacía feliz, legada de su origen gallego. Le habría recordado que el final de Cien años de soledad me produjo el más vívido y urgente momento de lector. La diría que siguen vivos en mi experiencia la nena que llega de la mano de su mamá al pueblo del bochorno seco, Esteban, la adolescente prostituida, el ángel en el gallinero, la pareja que no podía dormir porque el pueblo se llenaba de olor a rosas, el mellizo gordo y la amante que lo esperaba mientras diluviaba, Memé, los gitanos, Úrsula Iguarán maquillada de payasito y puesta a dormir en una caja de zapatos, el sonido de los huesos dentro de la pared. Le habría contado que un día, ya grandes, descubrimos con Pablo Makovsky que en la primera adolescencia, sin saber que el otro estaba leyendo el mismo libro, nos la pasábamos tomando un tazón de café sin azúcar como hacía el coronel Aureliano Buendía.

No publicaría esto hoy si García Márquez se mereciera el silencio, pero en cambio se ganó el penoso castigo de las plañideras sin cabeza, porque fue lo que cultivó a partir del momento en que decidió bastardear su obra y comenzó a hacer editar textos escritos con aquellas características que el mercado celebraba de sus primeros relatos.

Pedro Perucca rescata esta impecable frase de Saer: "Creo que perdió sus referencias. (...) Tiene un territorio comercial que defender y eso me parece que ha viciado un poco su literatura. dicho esto, yo no tengo ninguna animosidad personal contra García Márquez y le deseo que continúe con los éxitos con los que ha comenzado su carrera por mil años más. Pero yo me permito desinteresarme de sus productos".






PS. Hay también este comentario de Passolini de 1973, que es arrasador: http://anarquiacoronada.blogspot.com.ar/2014/04/gabriel-garcia-marquez-un-escritor.html