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miércoles, 15 de noviembre de 2017

Demasiadas ballenas


Murió a los 55 años Satoru Iwata, presidente de Nintendo. No me dice nada, nunca tuve nada que ver con los videojuegos. Llegué tarde.
Murió a los 55 años Gustavo Ceratti. Era careta, pero también sex and drugs and rock and roll. Me persigno.
Murió a los 55 años Roberto Cabañas, el paraguayo que fue ídolo en Boca. Bueno, los futbolistas se jubilan entre los 30 y los 40; yo en cambio soy reportero —bueno, Emily Dickinson también escribía y murió a los 55. Y Gustav Klimt también tuvo una vida sedentaria y murió a los 55.
Murieron a los 55 años millones de anónimos, claro.
Murió a los 55 años Bill Haley. Murió a los 55 años Friedrich Nietzsche. Gente realizada. Yo no.
Yo no estoy realizado, pero tampoco moriré a los 55.

Dentro de dos o tres días cumpliré 55 años.
No moriré, pero ese día empezará mi cabalgata hacia la muerte.
Voy a dar batalla.
Construiré puentes.
Traeré animales que viven en el fondo del pozo de agua negra.
Sólo me importará vivir.

Me quedan demasiadas fiestas.
Demasiados pescados para sacar del agua.
Demasiados petardos por encender.
Demasiadas naves que prender fuego.
Caminar por muchas islas.
Demasiados fogones con amigos.
Demasiadas veces en que me despertaré sin saber dónde estoy, qué debo hacer, quién soy.
Me quedan demasiadas ballenas por ver.

1 comentario:

  1. Loco, menos mambo. Recién cumplimos 1/4 de la vida. Queda tanto por hacer y andar... Abrazo y ánimo

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