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martes, 4 de diciembre de 2018

Cuidar a un enfermo


Tiene sentido que los evangelistas conviertan a quienes enferman visitándolos. 

También tiene sentido que el fascista Bolsonaro haya sido el candidato de iglesias evangélicas,  desde que comparten una cosmovisión y una ética fuertemente conservadora. Su victoria les deberá mucho. 

Cuidar a los enfermos, que también es contemplado por la Iglesia Católica como “obra de misericordia”, parece un punto crítico entre las éticas comunitarias, como la cristiana, y la  individualista, funcional al capitalismo. 
En las sociedades capitalistas la atención a los enfermos se ha ido transformando progresivamente un servicio que produce beneficios económicos, modo que el enfermo como individuo sin red de contención es ocasión y luego necesidad de una industria. Tal industria sólo puede existir sobre la base de la falta de una red de cuidado. 
Las empresas ofrecen servicio de atención a los enfermos para lucrar, mientras las iglesias evangélicas ofrecen el servicio para ganar fieles. 


Diálisis

Mi prima Jóse se puso de novia. Al fin. Por Tinder. A los cuatro días el tipo ya estaba en casa de Jóse. Los chicos lo miraban de reojo. No se acercaban. El tipo no tenía muy buen aspecto. A la semana siguiente Jóse lo estaba acompañando en diálisis.
Dos semanas después Jóse no pudo ir  a una nueva sesión y el tipo se puso a chillar como un conejo.
Aún no hacía un mes que se conocían.

              *.   *.   * 

Claudia y Nati

Claudia
El que pregunta “cómo estás” no está cerca. 
No soporto que me usen para cumplir con no sé quién. 
Prefiero morirme sola. 

Nati
Le pregunté a Claudia: “como estás?“ Y me cortó la cara con una sarta de reproches. “Loca de mierda“, pensé, y desaparecí. Pero algo dentro de mi fue avisándome durante el día que había dolor en la manera en que me rechazó. En el momento, sus palabras me ardieron mucho y no pude escucharlas. Con las horas, comprendí que tenía razón, que no está bueno preguntarle a alguien como está, sólo para sacarse una el asunto de encima. Es mejor pensar en la situación que está viviendo esa persona, o rezar, en silencio, sin decirle nada, antes que ir y arrojarle un “cómo estás”, distante, sin estar verdaderamente dispuesta a escuchar lo que esa persona tenga para decidir, (que puede ser difícil de escuchar, fatigoso, insoportable o doloroso). 
Y lo mejor que puede hacerse es lo que hacen los perros: acompañar. Ponerse al lado, con todo lo que una tiene: el sentimiento, la oreja, la inteligencia, el teléfono celular, amigos, el auto, lo que sea que una tiene. El cuerpo. 
Los perros, en fin, son unos maestros importantes.

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