Me desperté a las seis de la mañana. Me volví a dormir y estuve
como tres horas soñando con Fernanda.
Fernanda vive en Pau, Francia.
Cuando me levanté entendí que ella me pedía que fuera a visitar a su
mamá al Hogar.
Estuve nada más que un rato, pero siempre me hace muy bien hablar
con Coqui.
Somos amigos con Fernanda desde hace muchos años, de la época en
que estudiamos juntos en la Universidad. Teníamos una barra y muchas veces
estudiábamos en su casa. Su mamá charlaba con todos y era muy tolerante.
Coqui es la única persona que entiende lo que digo en toda su
dimensión sin que tenga yo que explicar nada de lo que digo.
Sólo tengo que hablar un poco más lento. Nada más.
Ella me pregunta “¿cuántos hijos tenés?”, o “¿tu mamá vive o
murió?”, o “¿vos quién sos?” o “¿comiste?” y yo puedo decir todo lo que no
puedo contarle a nadie.
Hablando con ella me doy cuenta de que en un sentido, en mi vida
estoy completamente solo.
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