Creo que entre la trama y los acontecimientos hay un
diálogo.
Para algunos, la armonía se evidencia en que el lector o
espectador no percibe ni la trama ni los acontecimientos.
Pero en el caso de algunos relatos de la tradición judía
pareciera que se quiere destacar la anécdota, como si se dijera: "a
nosotros nos gustan las anécdotas".
Es algo tan visible en la serie Shtisel como lo fue en la
película Los gauchos judíos, basada en una cantidad de anécdotas que escribió
Alberto Gerchunoff a principios del siglo XX.
Hace unos años me tocó andar por los lugares de EntreRíos donde se asentó la colonia judía rusa en la segunda mitad del siglo XIX.
Fue una de las recorridas más emocionantes que hice en Argentina, porque hice
contacto no con la belleza del paisaje, ni con el placer del descanso que me
deparaba, ni el asombro por la cultura, sino que hice contacto con la
pertenencia. Me metí en un cementerio casi abandonado, y entre los apellidos
que fui leyendo había muchos conocidos. Quizás allí estaban enterrados
bisabuelos o tatarabuelos de compañeros míos de la universidad. Me fue de allí
con una necesidad muy grande de abrazar a alguien.
Y eso que de judío no tengo más que algún amor pasado (pero
no cualquiera; mi mamá me decía: “ella es para vos, y vos lo sabés”). Pero
pienso que el modo de vivir el mundo y sobre todo de vivir a las personas que
tienen judíos y cristianos va más allá de la cuestión religiosa, y que ambos
han marcado tan fuerte la Argentina, que así como todos los judíos que se
criaron en Argentina, tienen algo de cristiano, todos los cristianos tenemos
algo de judío.
La zona de la vieja colonia judía en Entre Ríos que
conocí era donde ocurrieron todas las historias que contó Alberto Gerchunoff.
Casi cien años después, Juan José Jusid hizo con esas historias Los gauchos
judíos. De la misma forma que yo podía distinguir en la película los
acontecimientos referidos por Gerchunoff, apenas modificados en función de la
trama, puedo distinguirlos en Shtisel. Me siento amigo de Ori Elon y de Yehonatan
Indursky, dos chicos que han urdido el guión.
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