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miércoles, 17 de junio de 2020

El toque





Dicen que El toque es la peor película de Bergman.
No sé, puede ser, lo que sé es que no concibo un mejor tema para una película.
Una mujer va a visitar a su mamá al hospital. Va sola, como todas las tardes. La mujer es sueca, la madre es sueca, están en Suecia, donde todo es eficiente, pero la calidez no es prioridad.
La mujer llega y la mamá ha muerto. Entra a la habitación y la encuentra sobre la cama de siempre, pero está toda entera tapada. Se queda parada allí. La angustia empieza a inundarla desde adentro. Entonces llega, algo rauda, una enfermera. Le dice unas palabras “fue esta mañana”, “no sufrió”.
La enfermera no toca a la mujer. Le ofrece unos anillos en su mano extendida.
La mujer toma los anillos, la enfermera se va, la mujer se queda clavada en el mismo lugar, mirando los anillos que sostiene.
No se puede ir. No puede pensar. Ni siquiera puede llorar.
Finalmente da media vuelta y sale de la habitación. Quizás salga y vuelva a entrar. Quizás se vaya a su casa, o a una iglesia, o a un banco de un parque, o a caminar sin rumbo. En un pasillo del hospital, por el que anda acaso sin saber dónde está, encuentra a un hombre. El hombre tiene la mirada extraviada igual que ella. No se sabe por qué. Los dos se quedan mirándose. No tienen nada más qué hacer en el mundo. Él se acerca a ella, la toma y la besa. Es algo completamente absurdo, desquiciado, insensato. Tan insensato como es el momento que están viviendo. Lo aberrante no puede ser abordado sino de modo insano.
Se meterán en un rincón, un depósito, un cuarto abandonado, no saben, y harán el amor. Luego ella irá a su casa, encontrará a su marido trabajando con las plantas en el jardín, le contará de su madre. Él la abrazará y de ahí en más la normalidad se hará cargo de todo.
Sin embargo, entre ella y aquel hombre del hospital se habrá atado algo en un lugar inalcanzable, y al contrario, ella ya no podrá tener con su esposo ni con el resto de sus seres queridos la unión natural que habían tenido hasta entonces, porque ellos no vivieron con ella aquel instante. Un instante único y eterno. Aquel hombre la enloquecerá, pero sin él estaría completamente perdida.



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