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lunes, 6 de julio de 2020

Cómo entendí la teoría de las cuerdas


Soy un poco pesado esperando respuesta.
Medio tiranuelo, diría, incluso.
Si pregunto algo, espero una respuesta. Aunque sea una no respuesta: un “no sé”, un “después te respondo”, “no quiero contestarte”, “ok”, un emoticoncito.

Pero nunca sabés adónde va a parar lo que le decís dentro de las personas con las que hablás.
Quizás decís algo que para vos no significa nada pero a alguien en particular tus palabras se le meten por un túnel que acaba en un lugar insospechado. A lo mejor dijiste algo que arruinó algo en otra realidad, o que fue a germinar en una luna de un planeta de un universo paralelo.

Entonces, ¡calma! con lo de esperar una respuesta.
Probablemente te llegó sin que te hayas dado cuenta.








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