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martes, 10 de mayo de 2022

El modo fanático

El fanatismo es un modo de relación con algo.


El fanático es fanático de —fanático de una religión, un dogma, un dios, o de una persona, un ídolo, un club, un país, una banda de música, una ideología, una facción política, valores culturales tradicionales.


Podría ser que en este momento se esté diluyendo el objeto del fanatismo para que sólo quede el modo.

Estaría quedando sólo la manera fanática de conducirse. 


El modo fanático es apasionado hasta la violencia, hasta la ferocidad.


El modo fanático es incondicional, no acepta condiciones. 

Se conduce pasando por arriba de todas las condiciones y los límites.

No respeta la ley, los códigos, los acuerdos, la ética.


No considera a los demás.

No respeta las consecuencias que su accionar le causa a los demás.


Lo objetivo, que es el acuerdo entre varios, no le importa, porque no importándole los demás, no le interesan los acuerdos.


Ningún acuerdo.

Inclusive la racionalidad.

Empieza reduciendo el análisis interpretativo para al fin abandonar todo pensamiento crítico. 

La irracionalidad es síntoma cabal del fanático.

Ya sabe, no necesita intercambiar para saber.

Ya tiene la verdad.

Es dogmático, maniqueo.

Para los demás, puede ser disparatado.


Sin respetar límites ni personas, puede hacer cualquier cosa.

El modo fanático, así, es desmedido, desaforado.


El fanático deja de lado su persona que existe en relación con los demás y se deja tomar por algo externo.

Encarna algo exterior a sí y lo hace con frenesí y con obsesión.

Milita aquello que lo ha tomado y a lo que pertenece.

Es ciego, intransigente.

Mata por ello. 


Mata a quienes no comparten su fanatismo.

No sólo no acuerda ni respeta los acuerdos, sino que es intolerante con los demás, los discrimina y los acaba exterminando.




En un país tan civilizado como Suecia hay un movimiento nazi potente.

El nazismo asesinó a seis millones de judíos, más de cinco millones de soviéticos, tres millones de polacos, medio millón de serbios, gitanos, eslovenos. Mató a 15 mil homosexuales. Asesinó a 270 mil discapacitados, por ser discapacitados. 


Sabemos lo que hizo la dictadura cívico militar en Argentina y en América Latina, y eso está siendo reivindicado por personas que tal vez gobiernen el país otra vez desde el año que viene.


Y sin embargo, no son fanáticos de.

Son sólo fanáticos.

Están en modo fanático. 


No surgieron de la brecha. La brecha entre la oligarquía y los aspirantes a oligarcas y el resto de la sociedad ya existía, y existían las dos posiciones.

La novedad es que las posiciones están actuando en modo fanático.

El fanatismo ensancha y profundiza la grieta.


El fanatismo como modo —emitido aquí y allá, como en algunos musulmanes, en varias sociedades africanas, en carteles de la droga en América Latina— ha sido instalado de modo hegemónico por Estados Unidos, el hegemón fanático. 


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