Me acobarda la enfermedad.
El frío.
Todos afuera me parecen extraños.
Sé que vendrá la miseria que destrozará a la gente
y luego la represión, la policía, el ejército disparando contra las personas,
secuestrándolas, torturándolas, asesinándolas.
Temo por mis hijos.
Temo lo que hay afuera, corro a mi refugio, me agarro
adentro de mi guarida.
Aquí tengo internet, calor, mi cama, ropa, remedios, comida.
Me entretengo con mi trabajo y actividades que me alienan.
Debo alienarme porque también sé que estoy dentro de una
tumba.
Qué final!
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