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sábado, 16 de febrero de 2019

La Mathilde de Brel


De Jacques Brel

Lleno de nervios el tipo dice “Madre mía, acá está, llegó el momento, razá por mi salvación: Mathilde volvió”.

A Bougnat, el pelado del bar, le dice que guarde el vino
Porque lo va beber sin ganas

A la María le dice “a lo mejor vamos a tener que cambiar las sábanas”
Porque Mathilde volvió.

A los amigos les pide que no lo abandonen
Porque “esta noche vuelvo al combate”:
La maldita Mathilde está acá.

A su corazón le dice que no se emocione,
Que se haga el distraído
Que deje de repetirse
“Mirá que ella está más hermosa que antes del verano”.
Que deje de golpear, el corazón,
“Recordá que fue ella la que te destrozó”
La Mathilde que volvió.

No puede más, el tipo.
Ahora le dice a sus manos que descansen tranquilas,
Que no es más que un perro que vuelve al pueblo.
“Manos no golpeen, así, cualquier cosa”
Les dice “dejen de temblar manos,
¿recuerdan cuando yo lloraba sobre ustedes?
Ahora está de vuelta”
Le pide a sus manos que no se abran
A sus brazos que no se estiren
Hacia esa Matilde sagrada que está ahí

Y ya se quema, y le pide a la madre “Madre mía, no recés más”
Porque no hay remedio, el Jacques de la madre ya está de nuevo en el infierno
“Mathilde ya volvió a mí”
Le pide a Bougnat que le sirva el vino,
¡el de los casamientos y las fiestas, qué tanto!
Le pide a María que estire las sábanas.
Porque Mathilde volvió a mí
Y a los amigos les advierte que ya no cuenten con él
Y “escupo otra vez al cielo”, dice.
Porque su hermosa Mathilde está acá


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