Los petardos, los globos rojos
voladores, los fuegos artificiales, son justamente resistidos por los incendios
que causan, los accidentados de las manos quemadas o los ojos cegados y el
susto mortal que les provocan a perros y autistas.
La pirotecnia está siendo
suprimida en China, donde tiene una tradición larga y vasta, desde las baterías
que se hacen estallar en la inauguración de un comercio para ahuyentar a los
fantasmas y así tener buena suerte, hasta el arte del renombrado Cai Guoqiang.
La están reemplazando por drones,
cosa que en algunos superconscientes genera tanto miedo como los cuetes al
Bobby, habiendo escuchado que ya se fabrican drones del tamaño de una mosca y
habiendo leído sobre el ataque de China a Estados Unidos en la novela de
ciencia ficción Payasadas (Slapsticks).
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