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domingo, 24 de diciembre de 2023

La Navidad de Wang

Wang Zhao llorando en la vereda el 20 de diciembre de 2001 es parte de la liturgia navideña.


Liturgia navideña argentina es:

El aguinaldo, la caja de Navidad.

Los saqueos.

La fiesta de la familia, la alegría de los chicos, la esperanza de Argentina.

La oligarquía que saqueó todo, desde SOMISA, Aerolíneas Argentina, YPF, hasta los ahorros de la gente (y aquí está de nuevo, con los dientes afilados).

El vitel toné, el pan dulce, la sidra, el turrón, la comida “hipercalórica porque seguimos la costumbre del Hemisferio Norte, donde es invierno, una locura”.

La depresión.

Los inmigrantes que construyeron el país con su trabajo y quisieron una vida mejor para sus hijos.

La discusión de política en la mesa.

La Navidad norteamericana, Papá Noel, shopping centers, Coca-Cola, la dicha de consumir.

La negrada, ignorada como humanos por los oligarcas, aborrecida por la pusilánime clase media, castigada por todos, hambrientos en un país que rebalsa comida obscenamente.

Juntarnos, la felicidad de estar juntos, y el agujero de los que faltan.


El chino Wang Zhao vino a la Argentina a progresar. Acá se ganaba en dólares y en esa época en China era difícil salir adelante.

Los parientes lo ayudaron a poner un supermercado en Haedo.

Trabajó desde la madrugada hasta pasada la medianoche, sábados, domingos, feriados, sin vacaciones.

Se quiso hacer amigo de los argentinos. No conocía qué era la Navidad (aún en China no se conoce), pero aprendió que a los argentinos les encanta, y entonces como gesto de amistad, puso un arbolito, lo hizo decorar, con lucecitas.

Pocos años después Argentina le mostró cuán grave pueden ser sus ilusiones. El dólar fácil terminó en estado de sitio, muertos, presidente huyendo y saqueos.

Los clientes que criaban a sus hijos con la leche que le compraban, le saquearon el supermercado para poder comer.

Se le llevaron hasta el arbolito.

Le afanaron la Navidad.




Navidad es quilombo: fiesta y tragedia.


Navidad es quilombo porque es sinceramiento. Un peso no valía un dólar. Hay muertos. Para hacer felices a los niños y a nosotros, nos inventamos una mentira, Papá Noel.


Mi prima Susana, en la mesa navideña, me dijo:

— ¿Por qué me hablás así?

— Así, ¿cómo?

— Como si no fuéramos nosotros. Me careteás.

Era cierto.

Yo quería que fuéramos felices en Navidad. Quería que surgiera entre nosotros la dicha de las navidades de cuando éramos chicos.


No hay más aquella época, pero queda algo nuestro.

Ella me sacó la careta y vio mi cara de siempre.

Somos nosotros.

A lo mejor es poco, eso que somos nosotros. A lo mejor ya no tenemos muchas coincidencias. Su vida no me interesa, la mía no le interesa a ella, pensamos diferente, su ámbito no tiene nada que ver con el mío.

Pero aún así, hay algo. 

Algo de verdad. 


¿Hasta dónde llega eso que nos une?

¿Cuánto podemos confiar uno en el otro?


En Navidad se pueden repasar las relaciones y averiguar con quiénes uno tiene algo de verdad.

Con aquellos con quienes se descubre que se tiene algo, se puede averiguar qué es.

Saber qué tengo con Susana, luego de despejar toda fantasía.

Eso que no puede deshacerse.


Si se llega a descubrir que se tiene algo de verdad con alguien, entonces es posible dar sustancia a eso.

Sólo a eso.



Coyuntura política

 


Mi tío y su familia vivían en un barrio semirrural de San Nicolás. 

Había pocas casas.

En el 2001 la gente en esas casas sólo comía fideos.

En 2010 en los terrenos baldíos que rodeaban la casa de mi tío ya se habían construido muchísimas casas. 

Y en las casas las familias tenían ingresos.

Habían pasado 6 años del gobierno de Kirchner.

En 6 años hubo una reconstrucción enorme, con un Gobierno que hizo ganar mucho dinero a las empresas, e hizo cumplir la ley que establecía que una parte mínima de esas ganancias se distribuyera en toda la sociedad, a través de escuelas, trabajo, comida, obra pública.


Me parece que poco después muchos empezamos a acomodarnos en un “estamos bien”.

Especialmente los que tenían poder.

Y era mentira que “estábamos bien”. La gente empezaba a estar bien, pero faltaba mucho.

Y subestimamos a la oligarquía que había saqueado el país en los 90.


El estado de derecho que mantenía a los militares fuera del poder, se nos hizo tan natural que ya no supimos que existía.


Ahora podemos aprender que lo que se conquista debe ser consolidado y mantenido con una lucha permanente, porque las hienas están todo el tiempo al acecho.


Es muy lúcido que veas que nos arrebataron y nos atacan con pilares del sentido común: libertad, Estado, y también casta, y si querés el “prohibido prohibir” del mayor francés. Menem ya lo había hecho con “peronismo” y hasta con “revolución”.


Podemos producir mínimos actos. Juntarnos y hablar más allá de la indignación y los lugares comunes. Hablar para pensar.

Eso, para empezar.

No sabemos qué resultado dará.

Hace cuatro días los que salieron a la calle desafiando un protocolo totalitario eran profesores de yoga, guías del Centro Cultural Kirchner, diseñadores gráficos, actores y oficinistas, poetas y periodistas, la clase media más inofensiva.

En medio de la dictadura, las que clavaron un cuchillo en el piso fueron señoras amas de casa —ni siquiera sus maridos.

No se puede saber por dónde se arma.

Quizás por la cúpula peronista, pero ninguna cúpula va a poder construir sobre la nada.

Lo que se construya, debe hacerse sobre un millón de actos —un millón de protestas en las plazas, un millón de elecciones en Boca, un millón de charlas.

 


miércoles, 13 de diciembre de 2023

Coyuntura política

Sabemos qué perdió cuando ganó Milei, pero no sabemos qué ganó. Sabemos contra qué votó la gente que votó por Milei, pero no sabemos qué fue lo que sí votó al votar por Milei.  

Hubo una idealización del gobierno de Kirchner.

Desde el 2008 esa idealización reemplazó al gobierno de Kirchner.

Buscar el regreso a esa idealización es tan conservador como el golpe de Estado de 1955. 

Queremos ese clima de “somos privilegiados”, manejando cajas en las áreas de gobierno sin gobernar, sin liderar, sin ponernos al frente de los deseos y las necesidades de la gente. 

Lloramos porque perdemos ese estado de indiferencia en el que podemos hacer política cosmética, peleando contra la exploración petrolera y cagándonos en los pobres.  Es algo diferente lo que debe surgir para parar el saqueo que se viene los próximos 4, 8, 24 años. 


Un amigo perfecto


Es hermoso decir que un buen compañero es la mayor bendición que podés tener en la vida. 

Lo más lindo que se puede decir de una esposa es que es una buena compañera.


Es divino adorar, enaltecer, honrar, celebrar, llevar al estado místico, idealizar a un amigo.


Pero no le estás haciendo ningún favor.


No le dejás lugar para la mínima agachada.


Adonde te falle en el mínimo gesto, caerá del cielo a estallar contra el piso y romperse en mil pedazos.


Y eso habrá sido por tu imprudente enamoramiento de la ilusión de que un amigo es alguien perfecto.


No tenemos derecho a no ser sagaces.


Todos te cagan, tarde o temprano.

 


martes, 12 de diciembre de 2023

La lombriz solitaria


Tuve un tío que se llamaba Tito.

Yo no sabía nada de él.

Murió a los 48 años, cuando yo era adolescente, y nunca supe qué pensaba de la vida, qué quería.

Sí recuerdo algo que escuché contar a mis padres y otros parientes en una reunión, cuando Tito estaba vivo. 

Contaban que había tenido la lombriz solitaria, y para sacársela, tomó en ayunas varios días leche con ajo.

No contaron cómo supo que tenía la lombriz solitaria.

Finalmente, una mañana la “expulsó” (así dijeron). 

La expulsó en un balde.

La lombriz era blanca igual que la leche y el ajo.

Empezó a salir y se retorcía, y no terminaba de salir.

Yo pregunté si era del tamaño de una lombriz, ya que se llamaba “lombriz”, y me dijeron que no, que era mucho más grande, como una víbora blanca.

Yo era chico, tendría cuatro o cinco años, cuando escuché esto.

La lombriz iba saliendo y se retorcía, y salía, poco a poco con el esfuerzo de Tito.

No terminaba de salir.

El balde se iba llenando con la lombriz.

En ese momento del relato yo me asombré mucho.

Iba saliendo despacio, pero salía más y más.

Llenó el balde.

Pensé en lo que pesa un balde lleno de algo, de agua, por ejemplo.

La cantidad de agua que entra.

La lombriz llenó el balde, viva, retorciéndose.

Y después rebalsó el balde.

No sé cuánto lo rebalsó, ahí ya no recuerdo más el relato. Siempre me distrajo mi imaginación.

Me quedé pensando que Tito tenía esa lombriz adentro de él, que estaba lleno de esa lombriz.

La lombriz le debía ocupar todo el interior de la panza, y quizás del pecho. Las piernas. Los brazos. Quizás andaba por adentro de su cabeza.

Me pregunté si yo también tendría algo vivo adentro, algo que no sé que es, pero que vive adentro de mí con su vida propia, comiendo, moviéndose, acomodándose, retorciéndose, durmiendo, viendo, escuchando, pensando sus cosas que yo no conozco.



viernes, 8 de diciembre de 2023

De Rosas a Kicillof

Una arremetida de militancia de base mostró determinación en el proceso electoral y fue un factor decisivo del desempeño del oficialismo, que consiguió resultados casi milagrosos, tomando en cuenta que el candidato era el ministro de la inflación y que el sentido común estaba por completo ganado por la certeza de que todos estábamos muy mal económicamente.

Ese desempeño de esos militantes representa un capital político que se suma a la tradición que existe en Argentina de resistencia a la brutalidad de la oligarquía y de capacidad de construir un poder más sensato.

El gobernador de la provincia Buenos Aires tuvo un desempeño excepcional en las elecciones, recibiendo un apoyo muy sólido, que le otorga un fuerte respaldo en el poder.

No es un poder menor, ya que la provincia de Buenos Aires es la región más fuerte de la Argentina, con un PBI que representa el 67.5 % del total del país.

Tiene un crecimiento del 12.3% encima de la media de Argentina.

Tiene 17, 6 millones de habitantes, el 39% del país.

Con una superficie de 307.571 km² es la segunda jurisdicción del territorio macional, sólo por detrás de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur, que cuenta con 1.002.445 km² (incluyendo territorios antárticos e insulares en litigio).

Tiene el mayor número de establecimientos industriales del país.

Tiene la mayor producción agrícola y ganadera de Argentina.

La Ciudad Autónoma de Buenos Aires depende casi por completo de la provincia para sobrevivir.

Entre sus numerosas centrales eléctricas están las centrales nucleares Atucha I y Atucha II, que abastecen a las demás provincias de Argentina e incluso a Uruguay, Paraguay y Brasil.

Tiene hermanamientos con Madrid, Hebei, Moscú, Járkov, México, Fermo, Génova, Gifu, Roma, Shandong, Sichuan, Renania del Norte-Westfalia y Galicia, entre otras.

Tiene el poder de un país.

Y sin embargo, escucho que en los medios de comunicación opositores se repite como un mantra: “se la van a ser muy difícil a Kicillof”.

O sea, el posicionamiento de los analistas opositores al gobierno de la oligarquía elige quedarse en las debilidades del gobernador de la provincia Buenos Aires, su vulnerabilidad, el miedo, la pasividad.

Claramente, el cuadro de líderes en Argentina hoy es famélico. Ya la militancia electoral es traicionada por la clase política en estos momentos, y los medios opositores, en lugar de mostrar un espíritu de lucha para apuntalarla, promoverla, aunque sea acompañarla, la desechan yendo a menos.





martes, 5 de diciembre de 2023

La balada del progreperonismo

Papá, ¿vos qué hiciste cuando le dispararon en la cara a Cristina?

Salimos del progreperonismo conservador, entramos al nazismo payasesco candidato a República bananera.

Los del progreperonismo conservador parecemos la gorilada contra Perón. Ante todo estamos indignados porque perdemos nuestros privilegios.

Los del progreperonismo conservador estamos anunciando el Big Crunch en Argentina de bronca porque perdemos nuestros cargos y negocios.

El ndrangheta Macri y el payaso bananero Milei es lo peor que le puede pasar a la sociedad que quiere trabajar y vivir en paz y a la sociedad que no le alcanza para llegar a oligarquía corrupta, pero el progreperonismo conservador está lejos de ser lo mejor que le puede pasar a todos.

Cargos, negocios; el progreperonismo conservador ¿qué queríamos, qué queremos conservar?

En 2004, 2005 desfilamos por los ámbitos donde se necesitaban funcionarios de todos los niveles, los recién estrenados kirchneristas: yuppies trasnochados, peronistoides de utilería, peronistas profesionales de la política, burgueses de izquierda huérfanos, hasta radicales. 

Todos oportunistas, arribistas, ventajeros.

¿Cuántos de nosotros terminaron viviendo de kirchenristas? Muchos, pero no hablo de porcentajes, tanto por ciento de comunistas, tanto por ciento de La Cámpora, hablo de una actitud. Desde entonces los que ocupamos el poder fuimos creando un estado de cosas estático. “Ya está, ya llegamos. Esto es lo que queríamos desde el Felices Pascuas, esto es lo que quisimos mientras el Turco ganó todo. Ahora ya está”.

Era un estado recargado de nobleza. El mejor gobierno peronista después de Perón. 

Las Madres allá arriba, el cuadro de Videla abajo.

La ocupación subiendo como un cohete, la pobreza viniéndose abajo a pique, kunitas, jubilación para todas las amas de casa, universidades y ciencia, obra pública, satélites y televisión digital directa, Paka-Paka y Canal Encuentro, escuelas, hospitales. Un sueño. Tablets para todos los pibes, para que no tuvieran que envidiar a los niños ricos. 


Pero nos quedamos, y el statu quo consistía en convertir ese sueño en causas sociales de Palermo. Transformamos los derechos humanos en diversidad de géneros, veganismo, feminismo, cultura, todo bastardeado, reivindicaciones construidas como cutáneas, que nos daban el irresistible encanto de sentirnos europeos y que no ponían en riesgo el poder que habíamos ganado.


Nos hicimos los boludos incluso cuando nos dieron el tiro final que fue el disparo a Cristina en la cara.

Todo el coraje y la decisión de poner el cuerpo por la causa se puso a prueba entonces. Todo el coraje y el ímpetu llegó hasta cantar “Che gorila, che gorila, no te lo decimos más, si la tocan a Cristina, qué quilombo se va a armar”.


Estaba rodeada, Cristina, de los que nos habíamos cansado de cantar eso, cuando un criminal paquebote le disparó. Y nadie, nadie, no tres, ni dos, ni uno, atinó a tirarle una trompada, a tirarle el pelo, a escupirlo.

¿Sabía el tipo, que Cristina estaba rodeada de castrados que lo mirarían horrorizados y en estado de parálisis?

Quizás fue una reacción democrática. Quizás no fue pánico, sino una lección de convivencia pacífica y de defender la institucionalidad democrática y el estado de derecho.  

Interesante es que desde entonces, en los 425 días desde el tiro, no hubo una calle cortada, una manifestación de una cuadra de gente, un cacerolazo en una esquina, en repudio por el magnicidio. Es notable que hasta se escribió un libro (“Muerta o presa. La trama violenta detrás del atentado”, de Irina Hauser), pero a Fernando Sabag Montiel ni le arañamos la cara.

Dejemos la salvajada de lastimar al atacante, ¿y la defensa a Cristina? Si yo fuera Cristina, ¿cómo me sentiría? Me rodean cientos de miles de mujeres, jóvenes, gente mayor, que se embelesan cuando me escuchan hablar, que cantan que me van a defender con gargantas poderosas, pero me ponen un tiro y ¿corren a esconderse debajo de la cama —en esa hora de crucifixión, pero luego siguieron, cada uno de los 425 días sin abrir la boca?

¿Qué no me harían mis enemigos, si cuando me matan, los que dicen que están conmigo huyen como ratas?

¿Qué defendían, qué defienden, qué no ponen en riesgo por defenderme a mí?


¿Qué queríamos, qué queremos conservar el progreperonismo conservador?

No pareciera que la defensa de los intereses de los más pobres.

Ni siquiera la satisfacción de las necesidades básicas de los más miserables.

Ni la materialización de los derechos, los anhelos, los sueños, de los argentinos.

Ni el poder de representarlos.

Ni liderarlos.

Ni siquiera escucharlos.

¿Para qué, entonces, tuvimos el poder?

¿Qué hicimos con el poder?

Dejamos que Alberto se lo entregara a los cipayos, al FMI, a Magnetto, a Macri, a “La Justicia”, a “El Campo”, sin hacer nada. Lo insultamos mirando una pantalla, escuchando la radio. 


¿De verdad defendemos un salario, un cargo, negocios?

Obviamente que si fuera así, nos merecemos un ejército de mafiosos y payasos violentos desquiciados.


¿No hay nada más?

¿Somos una generación que nació castrada?

¿Una generación condenada a la pusilanimidad?

¿Esta impotencia, esta cobardía infinita, esta esterilidad es nuestro destino?


Tal vez habíamos naturalizado tanto el estado de cosas kirchnerista, que el gobierno de Milei nos parece irreal, una ficción, un sueño, una pesadilla.

Cristina y Alberto asumieron que su misión histórica era mantener la institucionalidad, es decir la defensa de la Constitución. 

El rito de paso, su bautismo de madurez política, fue la instauración de la Democracia después de la dictadura del 76. Nacieron políticos como demócratas tal vez antes que como peronistas. El peronismo se podía perder, pero no se podía perder el estado de derecho.

La realidad política consistía en mantener la Democracia frente al embate del fascismo que impondría una dictadura.

Todo se podía perder, el Estado, el gobierno, el poder de consumo, la industria, la ciencia y la tecnología, la minería, el campo, la inversión extranjera, las empresas estatales, el turismo, la educación, la cobertura social, la salud pública, los negocios personales, hasta la lealtad, pero todo se podía recuperar, a condición de que no se perdiera la Democracia. 

Con Democracia, todo era reparable, sin Democracia, nada. Sin Democracia era desapariciones, torturas, muertes. 

La determinación fue indeclinable. Ganaron. El sistema tambaleó en el 2001, pero se evitó otra dictadura.

Y entonces, naturalizamos el estado de derecho. Luego, como todo lo que naturalizamos, ya no lo vemos. Perdemos por completo la consciencia de que nos puede faltar.

Así, ahora estamos ante algo que es peor que una pesadilla. Pesadilla es pensar que no podremos colarnos en la cola de las vacunas, pero ahora no sabemos nada. 


SUPERIORES e INFERIORES

Hay personas que tienen la piel más oscura que otras.

Hay personas que tienen más habilidad matemática que otras.

Hay personas menos reflexivas que otras.

Hay personas que cabalgan mejor que otras.

Hay personas que tienen más habilidad que otras para ganar plata.

 

Somos todos diferentes.

 

Ahora bien, usar algunas de esas diferencias para construir una escala en la que unas personas son SUPERIORES y otras INFERIORES, es otra cosa.

 

Una gente que vivió hace mucho, creía eso, que había personas SUPERIORES y personas INFERIORES, y pensando así, les parecía normal que las SUPERIORES esclavizaran a las INFERIORES.

Las personas SUPERIORES eran las dueñas de todo, incluso de las personas INFERIORES.

 

No alcanza con aceptar que las personas se dividen en SUPERIORES e INFERIORES para que exista una sociedad criminal.

 

Sin embargo, una sociedad como aquella, o el nazismo, que fue lo mismo, o la dictadura militar en Argentina, que también fue lo mismo, no podrían existir sin que a la gente le parezca normal que haya personas SUPERIORES y personas INFERIORES.




jueves, 30 de noviembre de 2023

La casta adorada 301123

Hace muchos siglos hubo una sociedad gobernada por una casta que elegía mujeres para asesinarlas en ritos sangrientos, para festejar el cumpleaños del rey se despedazaban 100 bebés, el príncipe, por diversión, prendía fuego los campos de cultivo.

Aunque los parientes y amigos de las víctimas se desesperaban, la mayoría de la gente de aquel reino asistía a los ritos, amaba la casta y festejaba sus crímenes.

Vivían con la esperanza de una nueva brutalidad.

Aquellas personas adoraban ser violadas.


lunes, 27 de noviembre de 2023

El instante fatal

¿Qué es eso que nos sucede, cuando en el primer instante de ver a alguien en un flash ya sabemos lo que pasará con esa persona al final del camino, que puede ser a unos minutos o podría estar dentro de algunos años —y eso nos hace desistir de la amistad?


Años enamorados

Hacía cuatro años que estábamos enamorados.

Cuatro años, y cuando hablábamos por teléfono no podíamos cortar.

— Cortá vos.

— No, cortá vos.

— Cortamos juntos a la una, a las dos, a las tres —nos reíamos.

Para ella no significaba nada, porque era una chiquilla, pero yo estaba muy asombrado, porque ya tenía casi 50 años y nunca me había sucedido aquello.

Ahora lo recuerdo, casi 30 años después, y pienso que nunca más me pasó.

Nunca estuve enamorado en mi vida.


Consentidos

Mi hermana y yo somos fuimos muy consentidos por nuestra madre.

Y así nos quedamos. 

Nos encanta. 

Rondamos los 60 años.

Nos creemos privilegiados, como si fuéramos bebés. 

Creemos que tenemos derecho a que nos den todo lo que necesitamos.

No somos vagos, pero no queremos que nuestros padres desaparezcan.


viernes, 24 de noviembre de 2023

Subsuelos

Mi cabeza —


No.

Va de nuevo.


Esta cabeza (porque no es “mi”; de eso se trata) piensa por sí misma.


Tiene subsuelos y en cada subsuelo trabajan, se entretienen, se agitan, se pelean entre sí, hacen orgías, deliran, pensamientos.

Y está la terraza, también (“este tiene gente en la terraza”).


Si me apuran o si estuviera más ocioso de lo que estoy, podría hacer la lista de los subsuelos, ponerle un nombre a cada uno por el tipo de pensamientos que están ahí.


“Sueños”, ponele.


Es decir, yo pienso lo que decido pensar, lo que me propongo pensar, pero eso es acá, en este lugar.

En la planta baja.

Es la más importante, claro, porque de estos pensamientos salen las decisiones que afectan a los demás.


No necesitan ustedes ser capciosos para decirme que son los pensamientos de los subsuelos y de la terraza, e incluso de otros lugares que no sospecho, los que mandan sobre los pensamientos conscientes.




Los pensamientos de cada lugar tienen decisiones propias.

Ellos me comandan, y ¿alguien los comanda a ellos?


En ocasiones visito un subsuelo.

Podría hasta decidir pasar una temporada en un subsuelo.

Podría mudarme allí.

Y no por eso estaría loco.


Podría andar con mi consciencia por los diferentes subsuelos. 

Por supuesto que no podría percibir todos los pensamientos, y debe haber subsuelos —o, insisto, espacios que desconozco— en los que no puedo entrar.


Pero por muchos me puedo mover.


Podría dedicarme a eso cuando me jubile.



Ficción y mentira

 Quien quiere que sea publicado lo que escribe debe someterse a alguien que edite lo que hace. Es decir, debe someterse a que su amor por sí mismo, por lo que hace, sea modificado, para que sea aceptado o vendido, mejorado, o siquiera comprendido.

Si uno que escribe siente que lo que escribió es su hijo, y que cualquier cosa que le hagan es un abuso, una castración, cualquier cosa que exprese: “tu hijo no es perfecto”, no puede pretender publicar.

Tengo una amiga que sacó a su hijo de la escuela en primer grado y lo educó ella porque la maestra no veía en él la maravilla que ella veía.

Me dolió mucho cuando presentamos La intimidad de las islas y al final de la presentación un amigo me dijo: “Muy bien. Ya podés dedicarte a la ficción”.

Sentí que me decía que lo que yo había hecho hasta entonces era algo de baja categoría, una especie de primeros pasos.

 

La diferencia entre la ficción y la mentira en un cuento o una novela es que la mentira usa la realidad.

Así, la mentira incluye una tensión ética.

También incluye la incógnita sobre qué es verdad y qué es mentira, o cómo es verdad y cómo es mentira lo que se lee.

jueves, 23 de noviembre de 2023

El momento en el que entramos

"El Pueblo argentino pasó épocas mucho más oscuras que esta", dice Ofelia Fernández, a quien considero carne de líder.

Pero "esta época" aún no llegó.

Estoy notando que los jóvenes subestiman en masa lo que está por venir, básicamente porque en los últimos diez años fue construyéndose un sentido común que rebajó a la condición de nacionalismo vetusto, muerto, lo que pasó en la dictadura, Malvinas, los ataques de Rico y Seineldín.

Han conseguido hacernos perder la consciencia de que cada asesinato, cada entrega de un bebé robado, cada tortura sigue vivo.

Los chicos más lúcidos advierten esa maniobra en el diseño del relato, conocen la historia, vieron Argentina 1985, pero no vivieron con el cuerpo esos momentos.

No conocemos cuál será la oscuridad de esta época.

Lo que sí vemos es que desde Alfonsín vivimos en un estado constitucional, un estado de derecho, con la vigencia de la ley y, aún con patinadas, en un marco democrático.

Ya no lo vemos porque lo naturalizamos. 

Estamos entrando en una zona fuera de ese estado.

Cuanto más rápido tomemos consciencia de ello, más rápido vamos a poder reaccionar y defendernos -con líderes como Ofelia Fernández a la cabeza.

martes, 21 de noviembre de 2023

Como en toda materia humana, el relato que se impuso a la realidad

Mi vecina casi me mata cuando le dije que la gente que tengo alrededor estaba mejor que hace cuatro años.

Se puso muy mal, como yo me pondría si una persona amiga empieza a defender la dictadura del 76.

Milei le parece un loco insensato, Patricia Bullrich le parece otra desquiciada violenta, va a votar a Masa con resignación, y entre sus argumentos de por qué estamos tan mal, me decía que hace décadas que los políticos nos están arruinando, robándose todo.

Me impresionó el modo en que ese cuento de “hace décadas” ha ganado por completo el sentido común. 

Es un argumento central en el triunfo de Milei.

Por supuesto no estamos bien, no voy a sostener esa burrada, lo dije para discutir. Sin embargo, tendría cuidado en naturalizar ese “hace décadas”.

El gobierno de Alfonsín enjuició a los militares, el gobierno de Kirchner fue uno de los mejores de la historia argentina y los primeros gobiernos de Perón hicieron digna la vida de la masa de negros de Argentina.

El apoyo a Milei es calcado al apoyo que tuvieron los militares en el golpe de marzo del 76. La palabra “casta” hubiera descripto muy bien al gobierno de Isabel.

El relato se impone a la realidad. Nos agarra de la nuca. Toma el nivel tectónico de nuestro sentido común. Se nos hace realidad patente, no podemos ver que las cosas sean de otra manera y hasta lo defendemos con nuestra vida.


viernes, 17 de noviembre de 2023

Rebeldía y Reacción

Chupando el mate y cada tanto dándose un manotazo para matar un mosquito (estábamos sumergidos en una nube parda de mosquitos), afuera de su casa de madera en una isla del delta, Cacho me responde cuando le pregunto por qué tanta gente quiere que Milei sea presidente.

— Hay mucha bronca.

— ¿Tiene fundamento la bronca?

— Sí, sí. Mucha gente anda mal y ve que los de arriba se cagan en eso. Pero los de más arriba, también fogonean el mal humor, ¿eh? Entonces cualquiera dice que hace 70 años que gobierna el peronismo, y hubo más años de militares y oligarcas gobernando que de peronistas.




— ¿Vos decís que es por la bronca, nomás, que quieren a Milei?

— No, no. No digo eso. Digo que hay mucha bronca, nomás. Y la bronca no sé si prefiere a Milei, nada más lo vota contra al peronismo.

— ¿Decís que hay otras cosas?

— Parece. Parece. “Hagan lío”, dijo el Papa, y mirá. Mirá si no están haciendo lío. Le hacen lío a las feministas, a las pibas, a eso de hablar con la e. ¿O no? Le hacen lío a los ecologistas, le hacen lío a los que defienden a los mapuches, a los que quieren más ciencia, a todas las causas.

— ¿Vos decís que es rebeldía?

— Y… rebeldía es. Es rebeldía contra la democracia, ¿o no defienden la dictadura? Es rebeldía contra el Estado, contra todo lo público —la educación, la salud, el transporte, los discapacitados, los viejos, la seguridad. Hasta el manejo del dinero, a lo mejor hasta quieren privatizar el Gobierno. Es rebeldía contra todo lo que se fue haciendo institución. Los chicos quieren hacer una realidad ellos, no quieren la que está. No quieren el nacionalismo, las Malvinas, Perón, Alfonsín, las Madres. Los chicos no quieren todo eso, y los que siempre están a favor de los milicos, menos. La rebelión es contra lo que está y no se puede tocar.

— ¿Vos decís que de este lado no hay rebeldía?

— La verdad, mucha rebeldía no veo… Las pibas… ¿Qué más? “Si la tocan a Cristina…” Le pusieron un tiro en la cara, y ¿adónde apareció “el quilombo que se va a armar”, la rebeldía? Ahora salió, sí, la gente de Palermo, pero no sé qué rebeldía hay cuando no se te juega nada. Qué vas a querer cambiar si vos te acomodaste, te vas de vacaciones, estás más o menos como querés. Ahora están indignados porque hay pobres. “Ellos, los pobres”, dicen. Y se indignan con los pobres porque votan a Milei. No empezaron ellos. Empezaron los otros, dieron la primera trompada. La gente anda tumbada por las veredas —familias, no crotos—, ¿y dónde está la rebeldía contra eso?

— Pero Cacho, esta es una rebeldía para atrás. Así cualquiera. Cualquiera es rebelde volviendo a la esclavitud.

— Eso es cierto. Pero es el único camino de rebeldía que hay. La rabia de Perón se metió por estos porque los otros se quedaron dormidos; los políticos, haciendo su negocio, la militancia, no sé, sin alma. Entonces gana la rebeldía para volver atrás y que todos vivan en la miseria. Parece que en Perú, en la pandemia, el que tenía a su padre internado en un hospital con un respirador, tenía que llevar el oxígeno, y que en la salida del hospital estaban los vendedores de oxígeno, con los tubos arriba de mantas en la vereda. Hacia ahí va esta rebeldía. Ahora, la rebeldía para mejorar, ¿vos la ves? Yo no la veo.








miércoles, 8 de noviembre de 2023

Huérfanos después de la pandemia

 Sentimos que faltan elaboraciones de la pandemia. 

Qué pasó. 

Hubo interpretaciones instantáneas de los filósofos rock stars, tan inmediatas que casi parecieron profecías. Biffo, Byung-Chul Han, Agamben , Zizek. Pero se quedó ahí. Después empezamos a quedarnos huérfanos de explicaciones, y ahora que la pandemia está en suspenso o que ya pasó, o que está en suspenso, o que ya pasó, nos quedamos llenos de cosas, pero sin palabras propias de los que dicen lo que pensamos todos pero no podemos formular.

Alguien debería decirnos que el estado de pandemia nos pegó en lugares muy primitivos del cerebro. Que nos clavó un palo en el miedo al hambre. Que nos dio un garrotazo en el lugar donde tenemos miedo de la guerra. Y todavía tenemos el palo clavado. Todavía tenemos miedo de morirnos.

Y necesitamos que alguien nos explique que la pandemia nos puso en un estado de insensatez.

Y que nos diga que la pandemia nos tiene la cabeza hundida en una histeria porque todo se va a ir a la mierda y entonces explotamos en la contrafobia, como los norteamericanos que entran en estado de pánico y empiezan a disparar en todas direcciones su arma con los ojos cerrados.


A mediados de los 90 intenté recolectar historias de vida de personas que fueron militantes políticos entre 1966 y 1976. Me contaron cosas diferentes, pero todos coincidieron en que nunca antes habían contado lo que hicieron esos años.

Alguien me recuerda que no se pudieron editar los libros de Primo Levi sobre lo que había vivido en Auschwitz hasta entrados los años 60.

Quizás hace falta una perspectiva.

Quizás aún estamos dentro del pozo.


Pero mientras estamos en este estado de indefensión, cada uno con su consciencia abombada en soledad, suceden cosas que, por estar vulnerables, nos pueden hacer mal. 


martes, 7 de noviembre de 2023

Mi amiga la rubia

¿Hasta qué profundidad puede llegar una persona en el camino de decirse la verdad sobre sí misma, antes de encontrar un tope?

Hace muchos años tuve una amiga que se teñía de rubio platinado. A 100 metros, brillaba como un sol.

Los años que la conocí siempre usaba la misma tintura.

Un día le pregunté a qué edad había empezado a teñirse de aquel color y me fulminó con la mirada.

— Yo no me tiño. Es mi color —me dijo.

Me reí, pero cuando la miré seguía con los ojos asesinos clavados en mí.

— Dale —le dije, implicándole “déjate de joder, hablemos la verdad”.

— ¿Qué te pasa? ¿Sos agresivo con las mujeres?

— ¿No te teñís? 

— Es mi color natural —me cortó, fría como una navaja.

Tuve que mantenerle la mirada para saber si me estaba haciendo un chiste o si estaba loca.

Era una situación absurda. Como si yo le dijera a ella que era un canguro o que tenía 140 años.

Pero comencé a comprender que por muy amigos que fuéramos y aunque ella tuviera una ética impecable, no podía admitir la verdad de que se teñía.


Me quedo pensando cuáles son las verdades de mí que no permito que me digan, ni me digo, ni reconozco.



domingo, 5 de noviembre de 2023

La educación como signo chino

Este es el signo chino para “educación” (yù).

El libro “Un compendio gráfico de los caracteres chinos” explica la composición del sinograma por un niño cabeza abajo (rasgo superior) y una madre, representada por la carne (rasgo inferior).

El libro deduce “parición”. Le asignan al caracter significados relacionados como nutrir, criar y otras ideas que para la cultura china son de la familia de “educación”.

He encontrado en China que estas explicaciones son muy controversiales y que, además, algunas personas consideran una pavada detenerse en la explicación de los signos.

Creo que es lo más interesante que tiene el idioma chino, y si me apuran, creo que es lo más interesante que tiene China.

Por ejemplo, el signo lleva a pensar que aquello que los sinogramas sugieren es mucho más potente que lo que enuncian de un modo que los occidentales podemos comprender automáticamente.




jueves, 19 de octubre de 2023

Un acto de bondad

Qué triste miseria tiene adentro la gente que nunca hace cosas para favorecer a los demás.

Hace un rato un viejo me dio en la calle un papelito que daba todas unas órdenes de Dios o para Dios o algo así, que decían cosas fantásticas como que ya viene el Mesías y otra parva de boludeces.

Pero entre todo, decía que tenemos que hacer cada día un ACTO DE BONDAD.

Me hizo estar de acuerdo.

Recordé a mi vecina, que como sabe que estoy solo, aunque ella también está sola, cuando cocina algo rico me toca la puerta y me regala un platito con una porción.

Miré al viejo y le estaba dando el mismo papelito a un barrendero, y le daba charla. Andá saber lo que charlaban.

¿Quién puede ser tan miserable de no tener UN acto de bondad por día, aunque sea decirle "gracias" al colectivero mala onda, aunque sea comprarle a un amigo el imposible libro de poesía que editó con su poca plata, una poesía tan espantosa que duele el estómago leer un título; aunque sea pensar en alguien y decir "que le vaya bien"?

Un solo acto de bondad por día.




martes, 17 de octubre de 2023

17 de Octubre de 2023

 El peronómetro no es muy peronista.

Pero sí es peronista, porque cualquier cosa es peronista.

Miguel Pichetto es peronista.

Barrionuevo, Triaca.

Hasta esto que hago, de decir quién es peronista y cuán peronista es alguien.

Peronista son todos.

Yo en política no me meto, yo soy peronista.

Pero también está la grieta.

Y no encuentro otra manera que decir que unos son más peronistas que otros, para recordar el momento en que el gobierno de Kirchner comenzó a ser exitoso y una masa de gente que había odiado al peronismo, se hizo peronista.

Un amigo estuvo esos años fuera del país. Cuando regresó nos encontró a toda su barra, que nos había unido un pensamiento de izquierda, progresista, tirando a trotzkista, peronistas leales.

Estaba asombrado el amigo. Como que nos preguntaba qué nos había pasado, que antes odiábamos al turco, y nosotros, indignados porque él no se había hecho peronista.

Ni qué decir de aquel otro, radical desde que salió adolescente de la dictadura, alfonsinista, Franja Morada, que en el 2011 le cantaba el cumpleaños a su hijo con la marchita peronista.



 

Y teníamos razón, porque Kirchner hacía todo lo que habíamos pedido a cada gobierno que conocimos. Hacía crecer la economía y repartía a la guita entre la clase media y los pobres, se unía con otros presidentes populares y construya una Latinoamérica Unida, invertía en ciencia y educación, retomaba el juicio a los militares genocidas, echaba al FMI, se enfrentaba con Clarín.

Entonces éramos peronistas muy peronistas.

Claro que no nos hacíamos cargo de Menem, ni de las dudas por el aborto, ni menos de Barrionuevo o de Insfrán afligiendo a los pueblos originarios en Formosa.

Ahora nos gustaba la tía que tenía la foto de Evita, pero no nos gustaba que el gobierno le hiciera lugar en la mesa a los sindicalistas grasientos y corruptos.

 

Esa masa contribuyó a que el peronismo se llamara kirchnerismo.

No veo que haya en el futuro próximo algo peronista que vuelva a entusiasmarla.

No veo que se vayan a abrir muchos más restaurantes Perón Perón.

 

Sólo espero que esa masa, desencantada, frustrada porque los peronistas no siguieron dándole lo que quería, en las elecciones que vienen tenga claro que la opción es o la derecha de siempre, que quiere entregar el manejo de la economía a Estados Unidos con un moño, dolarizando para que ellos puedan comprar YPF con chauchas y palitos, o el peronismo.

A esa masa el peronismo nunca dejó de parecerle un poco asqueroso.

Como siempre, salvo los dorados años del kirchnerismo, elegir peronismo es ensuciarse.

Ojalá nos ensuciemos, porque los otros van a hacer daño profundo, como hizo la dictadura, a nosotros y a nuestros hijos.

 

sábado, 14 de octubre de 2023

La mejor clase de dilema

Dicen que Manuel Puig no pudo volver a su pueblo después de escribir “Boquitas pintadas”, porque había revelado una cantidad de secretos.

Lo mismo pasó con Thomas Wolfe con su novela “El ángel que nos mira”.

Y a Truman Capote lo querían matar por sacar trapitos de Hollywood al sol en “Plegarias atendidas”.

—Nunca me comprometí con ustedes a no contar lo que me decían —se defendió Capote, pero le recriminaron: "Lo que me dijiste me lo dijiste a MÍ, era cosa entre VOS y YO, y vos después se lo contaste a todo el mundo. Compartiste con cualquiera algo que surgió entre NOSOTROS. Hiciste pública NUESTRA intimidad".

Los tres fueron acusados, vapuleados, desterrados, convertidos en parias.

Hay quien dice que fue el precio que pagaron para hacer obras geniales, que le han dado de vivir a muchísimas más personas de las “traicionadas”.

 

Escribieron y compartieron lo que les pareció que valía la pena ser contado.

Tuvieron el infidente impulso de la chusmería, el de buscar el conflicto humano y no descartaría que no hayan tenido, también, el impulso de dar lo que tenían, de compartir.

Sintieron la obligación ética de compartir todo lo que les dijeron y lo que vieron, de la misma manera que tenían la pulsión de compartir lo que se decían a sí mismos, leían, soñaban, comprendían y finalmente escribían porque les resultaba significativo.

 

Este es un dilema ético.

La mejor clase de dilema.



martes, 10 de octubre de 2023

Buen estado

Lo mejor que podemos hacer los padres para nuestros hijos, y los amigos para los amigos, los hermanos para los hermanos, los amantes para sus amados y los revolucionarios para el Pueblo, es estar en buena forma.

Mental.

Ética.

Física.

Somos poco útiles a quienes queremos si nos abandonamos al vicio.





“No estamos tan mal”

La demostración de que el sentido común ha sido realmente ganado es que hasta los más críticos no pueden verlo.

Se ha copado el sentido común cuando la “realidad” se hace más que natural, patente. Cuando deja de percibirse y ya no es posible objetivarse. Para todas las personas las cosas no pueden ser de otra manera.

Fui testigo de esta escena. En un grupo de universitarios, intelectuales, inclaudicables, demoledores de todo argumento, inclusive de aquellos con lo que estaban muy de acuerdo, acusaban de insensato a alguien que, con desparpajo impune, afirmaba que “las cosas están bien en Argentina, la gente está mejor que hace cuatro años”.

Claramente, el insensato estaba diciendo una barrabasada, pero más allá de tratar de dilucidar si tenía razón o no, lo que parecía estar en juego era la construcción del sentido común.

En el grupo de indignados pareciera haberse instalado lo que Marx llamaba “ideología” como una representación de la realidad que actúa como un velo —funcional al interés de quien hegemoniza el sentido común.

Se podría dudar de si hay una verdad detrás del velo, pero en aquella escena era evidente que las personas habían hecho patente, indiscutible, premisa, que los argentinos estamos muy, pero muy mal, y que llevamos mucho tiempo cayendo.

Esto era tan verdad para aquellas personas, que inclusive se violentaron con quien lo cuestionaba. Es decir, defendían una “realidad”.

Tal blindaje es otra característica de un sentido común tomado. Las personas estructuran su representación mental con una realidad y su vida actúa esa representación. Creen, tienen fe, sostienen esa realidad, y amenazarla es poner en riesgo la estabilidad de las personas, por mucho que padezcan la representación.




Puerta

El maldito vicio de no poder conformarse con lo que hay porque se sabe que en algún lugar hay una puerta que da a otra vida.





martes, 5 de septiembre de 2023

Mauro

Desde que ha tomado la decisión de suicidarse, Mauro ve por la calle perfectos desconocidos que son su hermano, su hija, su esposa, su amiga leal. Ninguno le devuelve la mirada demostrándole que siente lo mismo. Mauro cree que está volviéndose loco. Un día descubre que esas personas son efectivamente su hermano, su amiga leal, en otra vida.


Alberto

Alberto llora sobre la ajena cama del asilo de ancianos en posición fetal. Casi no le salen lágrimas, sólo tiene un gesto en la cara y el aire que le pasa por la garganta. Nadie lo escucha, nadie lo ve, pero se tapa el rostro con una mano echa de raíz de árbol. Extraña a su amor. Él no ha sido él sin ella, desde que murió cuando era tan joven, y llora porque hace rato trata y no consigue, recordar su nombre.


Lectura al comienzo

Supe de un maestro, en un paraje perdido de la Patagonia, que al empezar la clase a la mañana, le leía a los chicos, casi todos mapuches, un cuento, un poema o un fragmento de una novela.


lunes, 4 de septiembre de 2023

El afán

Era una de esas situaciones en que se generan varias charlas en medio de un grupo. En vez de que cada uno hable por turno y los demás escuchan, se llena de charlas cruzadas, de a dos, de a tres, uno sale de una charla y se mete en otra; ese cotorreo en que el ruido impide reflexionar y sólo se dicen cosas que se dicen siempre. Fue en ese despelote que me escuché decirle a una de las chicas, con la que teníamos una conversación de a dos, tratando de hablar más fuerte que los demás para escucharnos, que con mis hijos terminados de criar, sólo me quedan unas últimas tareas pendientes y que en cuanto las termine, me voy a ir. 

A duras penas pude pensar, entre los gritos, que aún estoy muy bien, que puedo dar bastante vida, pero me respondí que ese argumento no es válido porque la muerte no deja de existir porque una persona tenga aún mucho para dar, salvo que esté muy decrépita, y entonces ya no está en posición de decidir irse, con lo cual su vida resulta un infierno para sí misma y para los demás.


En ese momento, en el momento en que dije que me iba a ir, decidí irme.

Fue como si se hubiera abierto la puerta y apareciera un hombre desconocido, pero a la vez inexplicablemente familiar.


Es una decisión que me lleva a asomarme a un lugar muy diferente. Desde allí, muchísimas cosas ya no me importan. Me resultan un trabajo inútil, en el sentido de construir proyectos que no terminaré. O en el sentido de trabajos que hago porque estoy en el medio de un movimiento, no porque tengan sentido para mí.

¿Para qué tanto afán?

¿Para qué tanta ambición?

¿Para qué cualquier ambición?

¿Para qué el deseo?

¿Para qué invertir en una carrera, si ya estoy en los últimos metros?

Ideas como disfrutar la vida, la resiliencia, la felicidad, honrar la vida, me parecen mandatos vacíos.


Miro alrededor las cosas de mi departamento. Hay pocas cosas para ahora: casi todo es para el futuro. Libros que leeré y releeré, documentos que guardo para cuando los necesite, ropa que seguiré vistiendo, muebles que usaré, cuadros, adornos que expresarán y nutrirán mi vida futura; platos, herramientas, una pizarra, una computadora que seguiré usando. Tendría sentido empezar a soltar todo esto.



Un gesto

Cuanto peor uno se siente con su vida, más le conviene pensar en alguien a quien le vendría bien que uno tuviera un gesto.



domingo, 3 de septiembre de 2023

Lo que trae el río

Me dormí con el arrullo de la muchedumbre de la lluvia contra el techo y los árboles, y el rumor fuerte de los truenos. 

Llovió toda la noche en la isla, abajo de la Luna llena  

Me acosté sabiendo que el arroyo empezaba a crecer. El agua entraba desde el río grande  

Soñé mucho. Una cosa tras otra. Primero soñé con cosas del trabajo. Después había una joda, un recital de rock que duraba muchas horas, con la multitud concentrada frente al escenario al principio y al final desbandada e intoxicada, haciendo cualquier cosa, vandalizando la convivencia como una tribu de indios que se emborracharon todos juntos. Yo conocía a alguien con quien nos entendíamos muy bien, esos amores en medio de tiempos tempestuosos. Al rato una ola de cincuentones ricos y punks, vestidos de cuero negro y anteojos caros,  eran a la vez verdugos y víctimas, se corrían unos a otros con violencia. Gritaban que se acabaría todo. Entre ellos estaba la madre de mi hija, que luego de muchos años de relación amarga, se acercaba dulcemente y me hacía sentir que pese a todo, nos seguíamos teniendo un cariño muy puro y me anunciaba que se iría a otro país. Me partía el alma  

Todos estos episodios fueron muy largos. Pasaban sin precipitarse, fluían con lenta continuidad  

Cuando desperté ya la luz era plena. Salí de la cabaña y, en el gesto de todos los días, caminé los metros que la separan del arroyo.

Estaba muy alto. Había crecido toda la noche  

Toda la noche el agua había corrido arroyo arriba, llevando palos, camalotes, la colección de restos vegetales de las islas del delta  

Parado en el muelle traté de recordar cuál era la canción que habla de los sueños que trae el río.




miércoles, 30 de agosto de 2023

Ya están aquí

 El afán por encontrar vida en otros lugares del Universo, o sea, más vida, y comunicarnos con sus criaturas es extraordinario.

 

Por otra parte, en cada uno de nosotros, en nuestros cuerpos, tenemos una microbiota, que es una comunidad de organismos en el tracto gastrointestinal, en nuestro aparato genitourinario, nuestra cavidad oral, nuestro ducto nasofaringe, nuestro tracto respiratorio, nuestra piel y otros lugares.

Es una comunidad de por lo menos mil tipos de especies de bacterias, virus y levaduras.

Son unos cien trillones de microorganismos.

Su número supera 10 veces al de nuestras células.

 

Podríamos tener el afán de comunicarnos con todos esos sujetos con el mismo empeño con que pondríamos si encontráramos una bacteria en Ganímedes.

 

 


 

domingo, 27 de agosto de 2023

Tu individualidad

 Decís “mi libertad”.

 Tu libertad individual.

 Pero tu individualidad es algo que no tiene forma.

 Cuando te hablan, le hablan no a vos, le hablan a uno de tu pertenencia.

 Le hablan al hijo de tu padre.

 Al hermano de tu hermana.

 Al amigo de tu amigo.

 A la esposa de tu esposo.

 Al padre de tu hija.

 A un hincha de Flandria.

 A uno que trabaja en Personal.

 Cuando te hablan, le hablan a tu alma.

 Le hablan a tu vida.

 Le hablan a tu espíritu.

 Le hablan a quien creen que sos.

 Te hablan como parte de algo, de una cosa que es más que vos.

 Es esa otra cosa lo que realmente existe.

 Tu individualidad no existe.

 

 

viernes, 25 de agosto de 2023

Loca

¿Recuerdo mal o Heidi le preguntaba a su abuelo "dime por qué yo soy tan feliz"?

Estamos tan apasionados con estar mal.

Si aparece Heidi le ponemos un tiro en la cara, y rematada, le decimos "cerrá el orto, psicótica de mierda".




Mi biblioteca

 Tengo una biblioteca bastante grande, considerando que vivo en un departamento algo microscópico.

Y en las mudanzas a otras ciudades perdí más del doble de libros que tengo.

Sin embargo, me parece que tengo tantos libros para sentirme culto, porque la verdad es que muy cada tanto manoteo alguno. 

Saco mucha información de internet. Bajo libros a la compu, si tengo que editar el texto.

Y además soy extremadamente lento leyendo. No me sale leer, me sale estudiar lo que leo, y así no leo de verdad más de dos libros por año.

Espero mudarme este año y estoy pensando qué voy a hacer en mi casa nueva, con los libros.

No sé si los quiero de decoración.


miércoles, 23 de agosto de 2023

La cuarentena de las pantallas

Todavía no conocemos los efectos profundos de la pandemia.

La pandemia nos metió en una pantalla y aún no salimos.

Y tenemos cierto goce de aferrarnos al encierro.

Los cuerpos cerca para nada (no para cuidar, no para trabajar, no para hacer gimnasia) es una manera de estar en contacto. 

Es la intimidad de tomar mate. Hablamos “ya que estamos”. 

O directamente en silencio.

Las pantallas bloquean esa complicidad. 

Encerrado cada uno frente a una pantalla, perdimos la intimidad.

Algo en nosotros no puede desnudar el alma frente a una pantalla. 

Necesita un cuerpo.

Pero hoy la gente se ve para algo, no más por costumbre, para nada.

No nos estamos dando cuenta de hasta dónde filtró la pandemia adentro de cada individuo y de la sociedad.






lunes, 21 de agosto de 2023

Los derechos civiles y la ultraderecha argentina

Ustedes saben que en los años 60 surgieron los movimientos por los “derechos civiles”, en favor de “minorías oprimidas”: mujeres, homosexuales, grupos étnicos.

A esto se le montó el ecologismo, relacionado con el vegetarianismo y el veganismo, la producción orgánica, la oposición a todo “extractivismo”, los derechos de los animales y otros temas.

 

Este movimiento general no ponía en el centro el trabajo, acabar con la pobreza, la inmigración, la educación, la salud, la seguridad, la vivienda.

Daba la impresión de que quienes conducían esa gran ola ya tenían esas cuestiones resueltas.

 

Un origen central del movimiento fue California, Estados Unidos.

En Argentina en aquel momento, la lucha social pasaba por el trabajo, acabar con la pobreza, la educación, la salud, la seguridad, la vivienda.

Se consideraba, además, que la liberación nacional y latinoamericana eran claves para esa lucha.

 

Quienes participaron de la lucha social en Argentina fueron decapitados por Estados Unidos y Europa con una dictadura de militares argentinos, todos pertenecientes a la ultraderecha nacional.

 

Apenas caída la dictadura, una parte de la sociedad retomó la lucha por terminar con la pobreza, el trabajo, la educación, etc.

Sin embargo, años después empezaron a aparecer aquí las reivindicaciones del movimiento por los “derechos civiles”.

Como en el primer mundo, empezaron a palidecer las reivindicaciones relacionadas con el trabajo, acabar con la pobreza, la educación, la salud, la seguridad, la vivienda.

 

Esto generó una reacción, porque los “derechos civiles” son foráneos, yanquis, y por tanto atentan contra la Patria argentina, y porque atacan nuestra forma de vida tradicional.

Esta reacción está hecha del mismo material que apoyó la dictadura militar.

 

Por otro lado, el trabajo, acabar con la pobreza, la educación, la salud, la seguridad, la vivienda, etc., quedan huérfanos.

 

Aparece una ultraderecha que encarna la reacción conservadora, pero se propone como capataz de los Estados Unidos en Argentina y anuncia que arrasará con los derechos laborales (formales, informales, inclasificables), envilecerá la vida de los pobres, maltratará a los inmigrantes limítrofes, desmantelará la educación y la salud, utilizando la represión sin miramientos.

 

Si nos atenemos a los votos de las PASO, dos tercios de los argentinos apoyan esa ultraderecha.

 

Con lo cual, las condiciones básicas para una vida digna de todos los argentinos no parecen ser objetivo de nadie.

 

“El arte de observar también entró en crisis”, dice Federico Sajkowski.

 

 

Querida culpa

El principal problema con la culpa es que hacemos de ella un asunto tan dramático.

Saquémosle un poco de densidad.

Después de todo, sentir culpa es bastante vivificante.




jueves, 10 de agosto de 2023

Los escritores de Kunming, Guillermo Bravo, Mil Gotas, Manu Grande y La Oriental

 Anoche presentamos la edición especial de revista DangDai dedicada a los escritores de Kunming con una mesa estelar de Guillermo Bravo, pionero de alma, que estableció la librería Mil Gotas en China, y Juan Manuel Grande, que hizo lo opuesto y complementario, estableciendo La Oriental, que es la librería dedicada, en Argentina, de la literatura y los libros de China y Asia. 

Ambos fueron entrevistados por Chenxi Luo,, directora del departamento de América Latina de la Universidad del Suroeste de China.



Tanto Guillermo como Manuel desplegaron generosamente su experiencia, la experiencia de los intrépidos que se arriesgan a cruzar las grandes aguas, y ofrecieron reflexiones que le va dejando el camino que recorren.



El encuentro fue magnífico. Como centro cultural de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires, el Paco Urondo es un templo sagrado de la fe en que la cultura puede producir cambios determinantes en una sociedad.



Entre el público estaban los amigos que acompañan a la revista desde hace 12 años y están en todas las presentaciones, y estaban los mayores referentes de la relación entre Argentina y China, tanto en el campo de la literatura, como en el de la geopolítica, el empresario, la filosofía, el arte, el mundo editorial y otros. Los mejores sinólogos estuvieron anoche, en un acto de enorme iniciativa cooperadora entre Argentina China 



Néstor Restivo y yo explicamos por qué dedicamos un número a los escritores de Kunming.

Empezamos diciendo que los argentinos nos acercamos a China, algunos porque vemos la conveniencia de hacernos amigo del nuevo grandote o porque la relación entre Argentina China va creciendo, y otros porque buscamos el encuentro con una cultura distinta, que se nos presenta a través de sus diferencias (que llegamos a concebir como exóticas) y similitudes con nosotros (que nos hacen creer que somos iguales). 

Ese encuentro también nos hace abrir los ojos ante el modo en que otros resuelven los mismos problemas que tenemos nosotros; nos suscita, además, ideas y pensamientos que no nos aparecerían si no tuviéramos el encuentro, y finalmente, en el caso de China, el encuentro nos produce fascinación, porque China es un océano de tesoros intensos.

También dijimos que en el plano del intercambio literario, tanto China como Argentina, eligen los autores no en una relación directa, sino porque alcanzan un status de “universal”. Esto es, los chinos se interesan por Borges por la fama que tiene Borges en el bazar de los imperios coloniales, y los argentinos buscamos a Mo Yan porque ganó el premio Nobel. En tanto, nos desespera todo lo que se pierde, o sea todos los autores chinos y argentinos que argentinos y chinos no conocemos porque no están en la vidriera de Europa y Estados Unidos. Esto genera intentos de un intercambio directo, que tiene los desafíos del idioma, la desconfianza del público argentino de que los únicos autores chinos que puede conocer son los que permite la censura de China, y finalmente la enorme dificultad que plantea el colosal trabajo de hacer conocer un autor o una obra hasta generar el deseo del público de leerlos.



Finalmente, pasamos lista a quiénes asumen estos desafíos, empezando por el Estado chino, a través de sus editoriales y universidades, algunas editoriales argentinas (desde Continente hasta Cecilia Hidalgo y Corregidor) y el heroico esfuerzo personal, muestra de lo cual son Guillermo Bravo y Manuel Grande. 

En esta gesta es que se enmarca la edición de un número especial de DangDai dedicada a escritores de una región de China. DangDai les ofrece su soporte, su distribución, su prestigio ganado lo largo de 12 años y su público.

Anoche colocamos un ladrillo más en el puente que vamos construyendo para conectar las culturas de Argentina y China.





miércoles, 9 de agosto de 2023

Influencias

 Sé que tengo algunos problemitas mentales.

Mi racionalidad no me parece que falle mucho, pero eso no es garantía de cordura.

Siento muchas influencias.

Me suceden muchas cosas que no se explican con los datos de la realidad.

Por ejemplo, si estoy todo el día con amigos, hablo con mis hijos, me cargosea la parentela, ¿por qué siento que estoy aislado como un ermitaño?

La mayoría de las cosas extrañas me suceden sin que me dé cuenta. Las presiento. Podría detenerme a observarlas, pero no lo hago por susto y porque pienso ¿para qué? ¿Para qué enfrentarme a cosas absolutamente irremediable, inexplicables, y que si consigo explicar, no me va a servir para nada?

Otro ejemplo de algo que puedo nombrar: siento muy patente la influencia sobre mí de un yo en un universo en el que vivo en un geriátrico.

 

martes, 8 de agosto de 2023

Lugares de hormigas

Siempre pienso en lugares donde se puede estar desapercibido,

Lugares de algún extraño modo familiares, 

en lo que se puede ver fluir la realidad única de una ciudad.

Como si uno fuera una pequeña hormiga

que vivía en un lugar cuando los negros esclavos llevaban leche en las carretas, cuando unos primitivos pasaban los días retozando y hablando, cuando aún no había humanos y eta agua marrón del río y estas nubes corrían igual que ahora.


lunes, 7 de agosto de 2023

Libros

Se me acumulan en pilas hasta el techo los libros nuevos que tengo para leer. 

Los observo desahuciado; en un intento de soportar la situación o de huir, manoteo un libro cualquiera de la biblioteca, lo abro y leo:

Las tinieblas estaban sobre la faz del abismo y el Espíritu de Dios se movía sobre las aguas.

Lo leí un millón de veces, pero ya no puedo volver a la pila, sólo puedo sumergirme en su interior.





Otras ficciones

Cuando presenté mi último libro, mi hermano Osvaldo me dijo:

— Felicitaciones, ahora sí podés dedicarte a la ficción. 

Osvaldo me estaba tirando el libro abajo y me estaba diciendo muchas cosas.

Me decía que lo que yo había escrito hasta entonces no había sido ficción.

Me decía que lo que había hecho era superable, o sea, de alguna manera fallido.

Y que lo que yo había hecho era algo inferior a la ficción.

El libro presentaba historias inspiradas en episodios de mi vida, en la clave de que, siendo que todo lo que se escribe es ficción, mi compromiso ético de no apartarme de los hechos no podía evitar que los contaminara con lo que se me ocurriera.

En definitiva, Osvaldo me decía que lo que había hecho hasta entonces era bueno, pero no tanto, porque no era ficción.

*    *    *    *    *    *    *

En El jardín de los senderos que se bifurcan, una persona, quizás inventada por Borges, se pregunta “de qué manera un libro puede ser infinito”. 

Luego escuché la magistral y vasta conferencia en el semiólogo Rubén Pose sobre Sueño en el pabellón rojo. Pose explica un mecanismo que tiende al infinito: cuando se llega a un determinado capítulo, se halla una clave que obliga a empezar a leer la novela nuevamente, y todo lo que se ha leído cambia de significado —y esto vuelve a suceder con otro capítulo.

Entonces escribí la novela Vagalumes con una estructura que demostrara que todo lo que ha sucedido sigue sucediendo eternamente.



domingo, 6 de agosto de 2023

Tus listas preferidas

Cuando aprendió la idea de bucket list, mi amiga Paula es aficionada a las listas. Quería hacer una agenda en la que cada día se le proponía al dueño de la agenda que haga una lista. 

Por ejemplo, la lista de sus perros más queridos a lo largo de su vida, la lista de las personas que se visten peor, entre quienes conoce; la lista de cosas que la sacan de malos pensamientos; la lista de sus caramelos preferidos, y así.


Podría haber pensado entre otras, en estas listas:


1. La lista de las personas con las que pasa más horas por día

2. La lista de las personas con quienes pertenece a una organización social

3. La lista de las personas con las que tiene una relación económica de la que depende

4. La lista de las personas con las que convive (en su casa, su edificio, su barrio)

5. La lista de amigos en general

6. La lista de las personas con quienes pertenece a una institución de primer orden (la familia de la que viene, la familia que formó, los amigos con quienes mantiene una relación histórica)


Algunas personas estarán en más de una lista, pero nunca debería dejarse de tener presentes a las personas que están más cerca del corazón.

O sea, las que te quieren aunque no se lo propongan, aunque no te lo merezcas y aunque ellas no sean particularmente benevolentes, y a quienes querés aunque no te lo propongas, aunque no se lo merezcan y aunque vos no seas particularmente benevolente.





Alguien

¿Hasta dónde te vas a arrastrar?

¿Tanto deseo tenés?

¿Tanto necesitás cumplir tus deseos?

¿No hay alguien que necesita algo que vos podrías darle?


sábado, 5 de agosto de 2023

El plato azul cachado

Foto: Ana Belén Ruiz.


Así decía mi madre: “yo estoy para el descarte”.

Así hacía mi tía Tita: un plato —azul, hermoso, grande, que le había regalado un novio lituano, un galán de belleza masculina asombrosa—, ese plato azul se le cachó, perdió un pedacito y ella lo arrojó a la basura con violencia.

Las dos: total intolerancia con lo que es perfecto y se falla.

Una decepción indigerible.

Insoportable defraudación.

Mejor un fin infernal que un infierno sin fin.

Un fin infernal inmediato.

Cero sabiduría para aceptar la rajadura.

Las antípodas de ese arte japonés de arreglar cerámicos que se destrozaron, haciéndolos más bellos por reparados.

Lejos de la osadía de Takeshi Kitano, que hacía en sus películas primeros planos de su rostro maltrecho en un accidente de moto.

Mi madre y mi tía eran incapaces de afrontar que las cosas lindas se arruinaran.

La pérdida de la memoria.

Quedar paralítico por un accidente de auto.

La gordura que no se ha podido detener.

La boca torcida por una parálisis facial.

La calvicie.

Una joroba.

No saber ganar la plata suficiente.

Una escoliosis.

Ser ignorado.

La piel que cuelga.

Que queden pocos años por delante.

Y las dos sabían que la gente íntegra acepta, y que la gente sabia no sólo acepta, sino que se inviste de esas cicatrices.

Usan las cicatrices como maestras. Les sacan provecho.

La amargura en la boca les es tan amarga como a cualquiera, pero esas personas consiguen convertirla en liberadora.

El sufrimiento por la mancha, la fisura, el fracaso, la quebradura, la fealdad, un deterioro irremediable, las libera de la tiranía de la perfección.

Les hace entender que la perfección es una mentira, una ilusión, un sueño de una persona bastante tonta, una fantasía poderosa que sólo sirve para no poder vivir la vida.





domingo, 30 de julio de 2023

Messi en Miami

La cursilería de Miami es infinita.

Y encierra lo peor de los argentinos.

La misma semilla de la que brotan millones de preferencias por la payasa asesina de Patricia Bullrich.

Tabarovsky vuelca de tanta razón que tiene.

En esta nota es un dulce de leche, lo mismo.

Debería incluir a Punta del Este entre los lugares donde la mersada te ahoga.

Y a lo mejor no es lo suficientemente viejo para poder decir que toda esa cosa barata y de mal gusto hace mierda el fútbol.

Eso es lo que a mí me da pena.

Messi hizo un camino de fútbol que fue glorioso (y “glorioso” en fútbol es más que en la religión, porque es humano, es lo que hubiera sido de mí o de mis hijos si hubiéramos sido buenos, y es de algún amigo que llegó lejos); Messi hizo un camino futbolero glorioso desde Sampaoli hasta Qatar, y me apena muchísimo que lo manche con esta basura.

Lo mismo hubiera pasado si hubiera ido a China o a Arabia.

Messi podría haber hecho lo que está haciendo Zanetti, o lo que está haciendo Scaloni o Menotti.

No soy el único que pienso esto, lo que pasa es que no lo decimos por respeto a lo que sintieron los argentinos el año pasado y lo que hizo Messi hasta ahora.

Veo que los que pensamos así, nos gusta el fútbol. Preferiríamos que Messi se vaya yendo como se van los jugadores de fútbol. Algunos vuelven a su club como un cementerio de elefantes. A algunos le hacen un partido de despedida. Otros, los más dignos, terminan jugando en clubes de pequeñas ciudades que nadie conoce el nombre, hasta que se rompen y ya no pueden volver. Con dolor, aceptan que ya está. Porque así es la vida, un día ya está.

Es un asunto de dignidad.


https://www.perfil.com/noticias/columnistas/lo-que-me-desagrada-de-messi-en-miami.phtml



viernes, 28 de julio de 2023

El tamaño

En un programa de radio un conductor entrevistaba a una profesora de ESI.

— Está eso de entender que el clítoris es un pene pequeño. ¿Es así? —le preguntó el conductor.

La profesora respondió:

— Disculpame, pero ¿cómo es eso de no poder aceptar que los hombres y las mujeres no son iguales? Tiene algo de absurdo pensar el clítoris como un pequeño pene. Si esa es la única manera que tenemos de comprender qué le pasa a una mujer, sólo a modo didáctico podrías figurarte que el pene de la mujer es gigantesco en comparación con el pedazo de carne que tienen los hombres. Las mujeres lo tienen distribuido en el pubis, el interior de los muslos, la parte de atrás de las rodillas, los senos, las orejas… En realidad, en cualquier parte del pueblo cuerpo, porque cada mujer tiene sus lugares sensibles y esos lugares tienen una dimensión física, pero no sólo física, porque en la mayoría de las mujeres lo físico no es lo único y es necesaria la suavidad, la dulzura, la amabilidad, no técnica, sino surgida del deseo, no de la calentura, de las ganas de ponerla de los varones, sino del deseo que el varón tiene —y de ella, no de cualquiera, no de otra, sino específicamente de ella. Si es necesaria la bobería de pensar que la mujer tiene una pija, es necesario entender que lo que la para, la erecta, es el deseo de otro o de otra por tener una relación con ella. El amor, ponele. ¿Y cuál es el tamaño del deseo, del amor?

— Se me hace difícil la idea —dijo el conductor.

— Quizás te aburriste por no entender el juego. Pobres varones. Allá ustedes. Arréglensela como puedan. Las mujeres tenemos a otras mujeres.

 


jueves, 27 de julio de 2023

George, Miriam y David



George Michael fue quedándose cada vez más solo porque descartaba las relaciones con personas que no aceptaban llegar a la intimidad.

No le interesaba relacionarse con alguien con quien no pudiera tener intimidad.

Miriam y David pudieron avanzar sólo hasta cierto punto en su relación, porque allí donde ella quería entrar, él no.

George Michael habría comprendido a Miriam.

Lo que Miriam quería abrir, David quería cerrar.

Lo que ella necesitaba contemplar, pensar, experimentar, saborear, estudiar, David sólo quería resolver.

Para él solucionar era necesario para avanzar hacia un objetivo; para Miriam el objetivo era lo que hacía con aquello que David clausuraba.

Los dos se irritaban mucho con la actitud del otro.


miércoles, 26 de julio de 2023

Monos con navaja

Patricia Bullrich tira cualquiera.

Dice que va a vender todas las empresas del Estado.

Dice que va a prohibir los reclamos.

Dice que va a hacer una revolución impositiva.

Dice que va a aplicar el bimonetarismo.

Dice que va a levantar el cepo tomando una deuda más grande con el FMI.

Dice que va a meter bala.

Adora la pistola que electrocuta.


Dice cualquier cosa.

Su insensatez es peligrosa.

Es un mono con navaja.


Pero es la que más gente la quiere de presidenta.


Entonces el mono con navaja es la sociedad argentina.


Y a Patricia Bullrich se le suma Milei, que es igual de negligente y violento.


Algunos periodistas confiesan que no han sabido crear un sentido común que vea a Patricia Bullrich y a Milei como una amenaza.

Otros periodistas le echan la culpa a la dirigencia política.


En total, se quedan pensando en ellos, en los dirigentes y en el poder económico.

Piensan que los millones de votos que hoy tienen los payasos asesinos hijos de Videla, son de la gente cabeza de tarro, estúpidos que repiten lo que dice la televisión. 

Sólo los descalifican.


Quizás los periodistas, intelectuales, académicos, analistas, encuestadores, podrían utilizar su inteligencia en tratar de comprender qué tienen esos millones en la cabeza, en la intuición, en el sentimiento, en la sensación, cuáles son sus deseos .