sábado, 7 de septiembre de 2024

Años después

 Cuando tenía 20 años veía a los viejos de 60 que escuchaban tango, tomaban vino con soda, decían siempre las mismas cosas y usaban gorra o ruleros, y me decían que era lo que ellos hacían a sus 20 años.

Entonces pensé que cuando yo y mis amigos tuviéramos 60, fumaríamos porro, nos iríamos a dormir a cualquier hora, nos emborracharíamos, nos zarparíamos con cualquier cosa, iríamos a escuchar bandas de rock, tendríamos fatos.

Pero ahora que finalmente voy para los 70, mis amigos no hacen nada de eso y no sé si tienen sexo, porque de eso no se habla.






viernes, 6 de septiembre de 2024

Junto al arroyo


Junto al arroyo, cuando ya se ha hecho de noche, Lady Cromwell y el Barón de Swanwick están sentados en el banco del parque que ha hecho instalar Lord Wilcott en la costa para observar el arroyo.

El Barón de Swanwick observa los árboles a su alrededor y dice:

— De noche los árboles cambian por completo. De día son pasivos, sujetos al universo. El viento los mece, el sol les seca las hojas, son los insectos los que producen la fecundación entre ellos. Sus colores se avivan sólo si la lluvia los moja. En cambio, en la noche, bajo las estrellas, sale de ellos su espíritu. Y todo lo perciben. Su oscuridad emana una presencia potente y llenan el aire con su fragancia.

Mientras habla, Lady Cromwell se dice a sí misma:

— ¿Por qué el Barón de Swanwick dice estas sandeces? ¿Por qué se siente autorizado a hablar como un poeta o un naturalista? Crea a alguien hablando así. Como si tuviera una audiencia que está fascinada con un actor. ¡Es tan ridículo!

Sus ojos se posan en el agua que corre lentamente por el arroyo y concluye:

— Estoy perdidamente enamorada del Barón de Swanwick, pero nadie en este mundo me causa más desagrado y enojo que la imagen que él tiene de sí mismo.

(De “Lady Cromwell”, de Gregory Hymes).


martes, 3 de septiembre de 2024

La consciencia del profesor Kant

El profesor Kant abandonó el mundo exterior y se encerró en su casa. Allí dentro, donde permanecía solo día tras día, cualquier dolor, el mínimo malestar, el que para cualquiera es desapercibido, para él eran las garras de la muerte. 

Sabía que nadie podía salvarlo.

La muerte que sentía aparecer le causaba espanto intelectual y pánico animal, el de la bestia que ve peligrar su vida.

Entonces su conciencia huía, se evaporaba, se le disipaba como un humo que flota en un ambiente cerrado cuando un ventarrón abre la ventana y sopla con violencia en el interior.


Los que abren

Cuando se hacen negocios, hay especialistas en abrir y especialistas en cerrar. Y luego, especialistas que llevan adelante el proyecto.

Típicamente, los que abren, una vez que abrieron, ya están buscando otro negocio para abrir. Ya se han olvidado del que abrieron cinco minutos antes.


sábado, 31 de agosto de 2024

Todo va a estar bien

Alberto se enteró de que habían torturado a su hermano.

Una compañera de trabajo le dijo:

— Tu hermano es fuerte. Quedate tranquilo, se va a poner bien.

Y se fue porque tenía que hacer otra cosa.

Alberto sabía que su hermano no se iba a poner bien. Se iba a poner cada vez peor.

Lo que su compañera podía haber hecho era abrazar a Alberto. 

Tenerlo abrazado fuerte mientras él sentía un dolor como si le hubiesen hecho tragar un litro de ácido. 

Podía haberlo abrazado mientras Alberto se retorcía de angustia.

El dolor, la angustia, no son enfermedades, no son tóxicas. Es lo que una persona necesita sentir para huir de una situación amenazante, y si no puede huir, para soportarla.

Dejar a una persona sola con su angustia tirándole un consuelo para sacarse la incomodidad de encima, no es hacerle un gran favor.


viernes, 30 de agosto de 2024

Tibios

 Cuándo queramos acordar y salgamos a pelear, nos daremos cuenta de que ya nos cortaron los brazos.

Hay que hacer, aún fracasando, siendo idiotas, recalcitrantes, traidores, sin esperanza, sin carisma, sin habilidad, sin plan, sin coraje, pero hay que hablar y hay que hacer algo.

Porque los tibios serán vomitados de la boca del Señor.




Creer

El deep fake se expande como reguero de pólvora.

Podemos desesperarnos, como cuando avanza un incendio. En unos minutos se hace incontrolable.

En un mundo en el que el 80% de lo que miramos está en una pantalla, antes de que termine el 2025 no vamos a poder distinguir si las imágenes y sonidos que vemos son verdad o falsos.

Milei diciendo que le va a declarar la guerra a Chile, represión a jubilados, nuestros compañeros de trabajo en un zoom, un video que nos manda nuestro hijo en el que se ve a un perro atacando a su esposa, Charly García muy recuperado cantando un tema nuevo, Xi Jinping anunciando que China se prepara para invadir Taiwan (obviamente con imágenes de tropas, armamento, barcos, aviones) Grabois manoseando un chico, yo poniéndome un balazo en la cabeza.

Es cierto que esta expansión es limitada. Es cara. Pero el poder la usará.

No me verán suicidándome, pero sí podremos ver a Messi dándole una paliza despiadada a su hijito.

Y aún si se pudiera generar mi imagen, alcanzaría a muy poca gente, pero la de Messi tendría miles de millones de reproducciones.

Además de que ustedes saben que no estoy especulando ciencia ficción, creo que lo más fuerte de esto no es que ya no sabemos qué es verdad y qué es falso, sino que no teniendo otra solución, somos nosotros quiénes elegimos qué creer. Y así vamos eligiendo una determinada realidad. Al fin, una persona tendrá ante sí una realidad y otra, otra.

Eso es lo que está pasando.

No es que estamos ante la misma rana gigante y a alguien le parece asquerosa y a otro tierna. Es diferente. Uno tiene ante sí una rana y otro, una chinchilla.

Eso ya está pasando. Se están manipulando realidades para diferentes sectores.

Así es como ante un aumento brutal del boleto de colectivo, una persona ve un saqueo a los ahorros de la gente y otra persona ve una corrección a una distorsión histórica (“estuvimos pagando precios regalados durante años”).