Cuando se le dice a alguien: “tenés que disfrutar”, “pasala bien”, “sé feliz”, “relájate”, entonces ya está todo echado a perder.
Bitácora en Buenos Aires
Ligeras anotaciones que hace Gustavo Ng de asuntos que piensa o encuentra escritos en libros mientras va en colectivo y luego comenta con tal o cual persona.
martes, 11 de marzo de 2025
Dicha
domingo, 9 de marzo de 2025
En el medio
Estoy a mitad de camino de todo.
Y no me queda tiempo para llegar a ningún lado.
No hay tiempo para llegar a nada.
Nunca me alcanzó el tiempo.
Powerpoint
Mi colega periodista tiene 70 años.
Como periodista está al día con todo. Sus aguas son las aguas de la coyuntura al minuto. De nada se entera más de 45 minutos después de que sucedió.
Cómo persona de 70 años, aunque no son los 70 de su padre, que ya estaba plenamente jubilado de todo, hay temas que ya no alcanza.
Las últimas bandas de moda, palabras, marcas, famosos, redes sociales.
Se va quedando atrás.
Usa la AI, pero un poco. Cuando se le complica, la pide ayuda a la hija.
Los otros días le pidió ayuda para hacer un powerpoint.
En realidad, ya lo había hecho, pero alguien le dijo que estaba anticuado, que los alumnos ya ven todo el tiempo powerpoints de ahora, tienen otro código.
Entonces trató de que una AI le hiciera una versión “moderna” de su powerpoint.
Fracasó.
Le pidió a la hija.
La hija lo hizo.
Le agradeció, pero al hacer correr el powerpoint vio que, aunque era más lindo de colores, tenía diseño, piripipí, era moderno, había cambiado sus palabras.
Le había puesto adjetivos que él jamás usaría —por horribles, porque él no adjetiva y porque cambiaban el sentido de lo que había escrito.
También había simplificado lo que había escrito en general. Lo había achatado, lo había hecho neutro, objetivo, técnico.
Le había hecho perder toda la sutileza, la paradoja, la ironía, las implicaciones.
Lo había empobrecido.
Y le había apagado las entrelíneas, que es su trabajo principal y más logrado.
Cuando llegó el momento de la presentación, pasó el primer powerpoint que hizo, que era bastante espantoso.
Relato de una línea
Un policía confiesa: “yo tenía una novia. Se emborrachó. Pasó la noche afuera. Volvió a la mañana. Casada”.
Se puede escribir un cuento de varias páginas con ese mínimo relato de una línea.
Pero ¿para qué?
Amigos ricos
Dice alguien en la novela de Steinbeck Uvas de Ira, “si están en problemas, o herido o te falta algo, andá con los pobres. Son los únicos que te van a ayudar. Los únicos”.
Años después Ernest Hemingway escribirá: “al final los ricos siempre te van a cagar”.
Quizás es verdad, quizás no.
Por supuesto que hay trillones de casos en que los ricos ayudan, hasta salvan, y la idealización de los pobres es una estupidez.
O también, ¿quiénes son esos ricos de los que hablaban Steinbeck y Hemingway?
¿Y quiénes son esos pobres?
Hay infinitos argumentos facilísimos para hacer trizas esas afirmaciones, e incluso para demostrar que son banales.
Sin embargo, los buenos escritores ven verdades. Verdades parciales, veladas, inconvenientes, insoportables, irracionales, inaceptables, disparatadas, fanatsiosas.
Pero son verdades de fondo.
Este asunto acaba siendo no un asunto sociológico, sino literario.
Lo mismo, tengan cuidado con los ricos.
viernes, 7 de marzo de 2025
Nombres
Se elige un cuaderno, una libreta.
Cada día se escribe el nombre de alguien a quien se le desea el bien.
Se escribe el nombre y abajo qué se le desea.
Cada día un nombre.
Pueden ser más, claro, pero por lo menos uno.
Se deja la libreta en el mismo lugar.
Nada más.
Los efectos no nos serán revelados.
Pero todo deseo hecho acción tiene efecto.
jueves, 6 de marzo de 2025
COYUNTURA - Sangre
El espanto es doble.
Arremeten multiplicándose las alimañas brutales y los nuestros se acobardan.
No podemos parar de preguntarnos cuándo, de dónde, surgirán las fuerzas para detenerlas.
Llegamos a perder la fe.
Pero entonces alguien planta un acto de dignidad.
El fotógrafo Leandro Teysseire, trabajador que está todo el día sacando fotos de todo para un diario, no retrocedió ante la inmundicia de este gobierno de pusilánimes violentos.
Estas son dos fotos para que den la vuelta al mundo.
Muestran la decisión inhumana de los fascistas de matar la vida de la gente.
Gritan “libertad” y destrozan la libertad de todos para arrastrarse ante sus amos.
Pero las fotos también muestran la integridad del fotógrafo, y en medio del desánimo que nos atrapa, nos dicen que aún tenemos sangre en las venas.
Leandro Teysseire tiene dos hijos adolescentes.
Nos llena el corazón saber que ellos verán estas fotos.