martes, 8 de junio de 2010

Usted no tiene por qué


(Borges) recuerda los consejos de un peluquero Trientino, de la calle 25 de Mayo: «Para la úlcera lo principal: usted se prende de la leche como si fuera Rómulo y Remo. Las inyecciones no sirven para nada porque usted no va a tirar la plata en farmacia y más bien lo manda al facultativo a la puta que lo parió. En vez, compre en el Paseo de Julio una faja de campesino que le dé muchas vueltas y tiene caliente la panza. De vez en cuando, su cafecito, una raviolada, una copa, porque usted no tiene por qué ser el esclavo de los hijos de puta».

(Del diario Borges, de A. Bioy Casares)

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