lunes, 20 de agosto de 2018

No soy puro


 



Cuando presenté Mariposa de Otoño en San Nicolás aparecieron unas viejas amigas de mi papá y me entregaron un retrato de él.
Mi papá llegó de China en 1954, montó una fábrica y las señoras habían sido operarias.
En los últimos años me he dedicado a conocer el lugar donde nació mi papá. He restablecido mi conexión con la China de mis ancestros.
De ese empeño surgió el libro Mariposa de Otoño.
Colgué aquel cuadro en mi casa, un amigo lo vio y dijo "ahora nos colgamos de las tetas de Ping-Yip, ¿eh?"

Hace muchos años descubrí que mi apellido no era Nig sino Ng, y me lo restituí; otro amigo me amonestó "Ahora te llamás ene gé", como diciéndome “te vas a la ciudad y te olvidás del pago”.

En un tiempo empezaré a meterme con mis raíces gallegas. Es una entre tantas.
Quizás vos tenés raíces que se hunden en un solo punto, pero casi cualquiera que lee esto tiene diferentes raíces. Sólo 1 de cada 10 argentinos tiene los 4 abuelos argentinos.

¿Se diría que alguien es un traidor, porque cuando está con un lado, traiciona a los otros?

¿De dónde sale esa pureza racial que le hace a alguien sentir que soy un traidor a mi identidad china porque también trabajo mis otras raíces?

Entiendo que es inevitable sentir ese reproche contra mí.
Lo adopto, abrazo a quien lo sienta.
Y también le digo que le acaba de asomar su vena nazi.

Entonces, de un lado estoy cavando en distintos pozos del planeta, muy alejados entre sí, para tocar con mis manos la tierra de donde salen mis genes, y del otro está alguien con su jeringa para sacarme sangre a ver si soy puro.

No soy puro.

No quiero serlo.









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