lunes, 18 de febrero de 2019

Cuentos que prometen

Hay temas para cuentos que son formidables. Cuando uno los escucha o se le ocurren, quiere salir corriendo a escribirlo, así a los gritos con las manos en alto y agitando las palmas. Sin embargo, el escritor de peluche ya apolillado, el pobre sexagenario con irremediables problemas de salud, sabe que esos temas decepcionan cuando se escriben. Su gracia se termina en proponerse como geniales.
Es así que Ricardo Piglia todo el tiempo decía “con eso se podría escribir un gran cuento“ o Kurt Vonnegut mechaba en sus novelas a un escritor de ciencia ficción que enunciaba el tema de muchos cuentos, pero no los desarrollaba.
El sábado me contaron de una señora de los gatos, ese personaje urbano infaltable, que vivía en un lugar muy bonito de Belgrano.
Como en todos los casos similares, era increíble la cantidad de gatos que se amontonaban en cada lugar de su casa. La gente que pasaba veía el techo alfombrado de gatos, los tapiales con una fila de gatos encima y así.
La señora no vivía sola, sino con dos hijas. Una era mala y otra era buena, las dos muy viejas también. Resultó que la buena mataba algunos gatos y los vendía por kilo.
Diríase que hacía una poda o que cosechaba.



sábado, 16 de febrero de 2019

La Mathilde de Brel


De Jacques Brel

Lleno de nervios el tipo dice “Madre mía, acá está, llegó el momento, razá por mi salvación: Mathilde volvió”.

A Bougnat, el pelado del bar, le dice que guarde el vino
Porque lo va beber sin ganas

A la María le dice “a lo mejor vamos a tener que cambiar las sábanas”
Porque Mathilde volvió.

A los amigos les pide que no lo abandonen
Porque “esta noche vuelvo al combate”:
La maldita Mathilde está acá.

A su corazón le dice que no se emocione,
Que se haga el distraído
Que deje de repetirse
“Mirá que ella está más hermosa que antes del verano”.
Que deje de golpear, el corazón,
“Recordá que fue ella la que te destrozó”
La Mathilde que volvió.

No puede más, el tipo.
Ahora le dice a sus manos que descansen tranquilas,
Que no es más que un perro que vuelve al pueblo.
“Manos no golpeen, así, cualquier cosa”
Les dice “dejen de temblar manos,
¿recuerdan cuando yo lloraba sobre ustedes?
Ahora está de vuelta”
Le pide a sus manos que no se abran
A sus brazos que no se estiren
Hacia esa Matilde sagrada que está ahí

Y ya se quema, y le pide a la madre “Madre mía, no recés más”
Porque no hay remedio, el Jacques de la madre ya está de nuevo en el infierno
“Mathilde ya volvió a mí”
Le pide a Bougnat que le sirva el vino,
¡el de los casamientos y las fiestas, qué tanto!
Le pide a María que estire las sábanas.
Porque Mathilde volvió a mí
Y a los amigos les advierte que ya no cuenten con él
Y “escupo otra vez al cielo”, dice.
Porque su hermosa Mathilde está acá


martes, 12 de febrero de 2019

El amigo de buena voluntad irresponsable



Cuando pedís un consuelo o una solución porque estás medio ahogado, hay entre los amigos una subespecie que te saca de encima con la mejor onda.

Vos: Estoy muy triste, no dejo de pensar que era tan joven. Se murió y todavía le quedaba la vida por delante.
Amigo: No pienses más. Pensá cosas lindas.

Vos: Me vinieron como nueve lucas de expensas, no llego con la guita este mes.
Amigo: ¡Y no las pagués!

Estos amigos te dan consejos que te podrías dar vos.
O te dan consejos insensatos, que si los siguieras te iría muchísimo peor.
O te aconsejan cosas imposibles de hacer.

Vos: Probé con todas las dietas. No bajo de peso, temo que seguir así de gordo me traiga problemas de salud.
Amigo: Tenés que cambiar de vida. Irte a vivir al campo.

Vos: Estoy tan estresado que a veces me desespero.
Amigo: ¡Tomátelo con calma! Sé feliz. Pará de sufrir. Che, ¿conocés esa app para no tener que andar con la tarjeta de crédito?

Claro, si te lo pudieras tomar con calma, no estarías estresado.

Vos: Estoy muy estresado con el trabajo. Voy a estallar.
Amigo: Andate de vacaciones. Tomate un avión y andate al Caribe.

Claro, entre otras cosas te vinieron como nueve lucas de expensas y no llegás a fin de mes.
Y nunca faltan los que te mandan con otro.

Vos: No estoy bien en este trabajo. ¿Vos qué harías en mi lugar?
Amigo: Hacé terapia.

Vos: El pelotudo de mi hijo toma mucho. No sé qué hacer.
Amigo: Cosas de la juventud, ya se le pasará. Vos alegrate, ¡que la vida es corta!

O sea, uno no es que va para que el amigo te solucione la vida, te dé la guita para pagar las expensas. Uno quiere decirle nada más para no estar solo con un peso que no soporta. Uno quiere que el amigo lo deje lloriquear un poco, o que busque con uno alguna solución.



COYUNTURA POLITICA ARGENTINA / Pañuelo verde VIP



Con su pañuelo verde Mariana odia a Grabois porque Grabois es de la Iglesia y la Iglesia está contra el aborto.
Mariana va de shopping a Miami y quisiera pasar los veranos de su vida en Punta del Este.
Aborrece la negrada peronista.




lunes, 11 de febrero de 2019

COYUNTURA POLÍTICA ARGENTINA / El deseo de Juanjo y Pau



Un 20% votará a Macri. Otro 20% a Cristina. Los políticos trabajarán sobre el restante 60%, entre los que es sentido común lo que anoté de la charla con mi primo Juan José y su esposa Paula:

Sí, yo pago el colectivo 10 veces más, el gas 20 veces más, la comida 10 veces más, la ropa 15 veces más, porque eso es lo que cuestan las cosas en Estados Unidos, Italia e Islandia, y yo quiero vivir en Estados Unidos, Italia e Islandia —y no empieces a discutir lo que digo porque te estoy hablando de mi deseo, no de tener razón. No me importa que tengas razón a los gritos.
Hay mucha más gente durmiendo en la calle: sí, porque se terminó la joda de los políticos que compran con planes a los vagos. Así con las cosas en Suiza, en Alemania, en Japón. En los países en serio, y yo quiero vivir en un país en serio —y no empieces a discutir lo que digo porque te estoy hablando de mi deseo.
Hay despedidos y hay empresitas que cierra: sí, porque así son las economías competitivas. Así es en Canadá, en Inglaterra, en Finlandia, y yo quiero vivir en Canadá, en Inglaterra, en Finlandia  —y no empieces a discutir…
Se va a terminar el hospital para todos, la escuela para todos, las tablets para todos, las vacaciones para todos, el todo para todos. Ya se tendría que haber terminado. En los países en serios, la gente paga para ser dueño de sus cosas, no está lloriqueándole al Estado que la mantenga y amenazando con cortar calles cuando no le dan lo que quieren. Y yo quiero vivir en un país serio.

viernes, 8 de febrero de 2019

Primos


Un día Patri, viste cómo es, le preguntó a Mabelita delante de todos. Nadie había dicho nada en el casamiento de Mabelita, ni siquiera nos miramos entre nosotras. Fue un casamiento muy, cómo te digo, un poco de hacerlo para no no hacerlo. No es que fuera obligado, porque ellos están contentos, y no les importa qué dicen los demás, pero viste cómo son las fiestas de las segundas nupcias. Era un poco como normal, no era algo especial, como las bodas de los que se casan por primera vez. Y fíjate que sin embargo era la primera que se casaban los dos, Mabelita y el hijo de tío Manuel. Está esa sensación, de que si te casás en segundas nupcias, estás cometiendo un pecado, y eso arruina la espectacularidad que se pone en las primeras bodas, que son como anuncios para todo el mundo, todo es para mostrar. Y en cambio las segundas bodas son casi para ocultar. Acá era lo mismo, no por el pecado de haberse casado antes, sino de que son parientes.
Cuestión que cuando hablamos con Mabelita, charlamos muy bien. Ella ya había pensado todo, mucho. Y nos habló muy abiertamente, nos mostró su alma.
Está muy enamorada. Dijo que nunca que estuvo enamorada estuvo tan tranquila. Que con, ¿cómo se llama?, el hijo de tío Manolo ella está como en su casa. Que con Raúl y el otro, ¿te acordás? aquel otro, el abogado que tenía la estación de servicio; que con ellos estaba siempre como de visita. Como si estuvieran juntos un rato, y después cada uno se iba a ir a su casa. Dice que todos los problemas de convivencia que tuvo era porque en vez de irse, se quedaban, y entonces no se ponían de acuerdo. Que uno quería una cosa, que el otro, otra; que uno hacía las cosas de una manera, que el otro, de otra. Tenían muchas coincidencias cuando hablaban de la vida, de política, del mundo, pero después a ella le parecía raro que Raúl le preguntara a su madre las decisiones que sólo debía tomar con ella, o él le decía que no entendía que tuviera tantos amigos varones.
En cambio con este chico, ¿cómo se llama?, con este chico nunca tuvieron que hablar para ponerse de acuerdo. También, ¿qué querés?, prácticamente se criaron juntos.

martes, 5 de febrero de 2019

COYUNTURA POLÍTICA ARGENTINA / Tres cosas



En diferentes sectores sociales domina una actitud de desaliento y renuncia,  de darse por vencido, con la idea de que "económicamente me fue bien con los de antes, pero eran unos corruptos;  por eso voté a estos, y están haciendo un desastre económico. Ma sí,  yo me gasto lo que pude ahorrar, y que sea lo que dios quiera".
 La vena política manda no estar conforme con esto, tomar el destino en manos propias.  Si esta gente está haciendo todo mal, tiene que ser desplazada por otros. Pero esa oposición no aparece. Está bien exigir que haya políticos que se pongan al frente,  pero y si no aparecen, ¿qué hacemos? Los intelectuales están mudos, los sindicalistas están aplastados,  los políticos están paralizados. Está bien que esperemos de ellos que hagan lo que deben y no están haciendo, pero tampoco podemos depender solo de ellos.
¿Qué podemos hacer?
 No tengo idea. Sólo sé que si nos desactivamos va a ser peor.
No sé qué debemos hacer, pero tengo tres convicciones: estar alertas y dispuestos a hacer algo que nos parezca bien, estar juntos y mantener la fe en las personas con las que compartimos convicciones y sentimientos,  y poner el cuerpo. Aunque sea tímidamente, tres minutos en la manifestación que se arma en la esquina porque hay un corte de luz y no lo arreglan.