lunes, 21 de febrero de 2022

Mi camisa

 Cuando alquilé la casa en la isla, tuve una vida en la isla.

Por algún motivo, usé siempre una misma camisa.

Una camisa ni linda ni fea: mía, porque a fuerza de usarla tanto, terminó teniendo mi cara.

Se destruyó, claro, pero me compré otras iguales.

Pero entonces perdí la isla.

En estos tiempos en que todo lo que me pongo me hace horrible, mi cariño por la ropa está refugiado en esa camisa, que me dice quién soy.




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