Sólo dos líneas de Astor Piazzola hablando de sí mismo te convencían de que era un completo idiota.
Sólo dos líneas de Jorge Luis Borges hablando de política te convencían de que era un completo idiota.
¿Cómo, entonces, Piazzola componía temas que te transformaban la vida para siempre?
¿Cómo, entonces, Borges escribió historias que transformaron la literatura humana?
Platón advirtió sobre esto. Lo dijo todo en boca de Sócrates: los artistas se jactan de haber creado lo que en realidad fueron palabras de los dioses que salieron de su boca.
En su estilo de mesías incendiario sin límites, Jesús dijo lo mismo: “¿Quién me ha tocado?”, preguntó, y sus discípulos le observaron: “Pero rabí, estamos rodeados de una multitud, todos están tocándote todo el tiempo”. Y él: “No. Un poder salió de mí”. Entonces una mujer dijo humildemente: “Fui yo, Jesús”. Él la miró y comprendió que decía la verdad. “Vete, tu fe te ha curado”, le dijo.
A algunos que escriben, alguna vez les ha sucedido. Algo aparece cuando se escribe. Y si no es un completo idiota, sabe que él no tiene mérito, porque aquello no salió de su talento ni de su genio, ni de su inspiración. Aquello se escribió por él, usándolo como instrumento.
Es lo que sucede en este tema de los Rolling Stones.
Vean en el comienzo las expresiones de sorpresa, casi susto, que les aparece a los músicos en la cara.
Dios se ha manifestado.
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